Capítulo 6.

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Esta semana estaba siendo la semana más extraña e incómoda de su vida, o al menos eso pensaba Jimin, quien acababa de descubrir que el hijo de su pareja se parecía más a un pequeño diablo que a un niñito adorable.

Era un jueves por la tarde y hacía un frío bestial, tanto que sus guantes no conseguían contener ningún tipo de calor proveniente de su cuerpo, menos mal que las manos de Yoongi servían de calefacción improvisada si metían las manos en su bolsillo mientras que Yongsun caminaba delante.

— Y cuando volvimos de la guardería, su madre tenía preparadas unas galletas de crema de cacahuete con pepitas de chocolate, y suena delicioso pero en realidad estaban horribles porque ella no sabe cocinar demasiado bien que digamos. — les contaba Yoongi entre risas a los dos de camino a un banco del parque en el que estaban.

Yongsun no decía nada, solo sonreía a lo que su padre le decía, borrándosela de la cara al momento que este no miraba. Jimin todavía se quedaba perplejo al pensar la facilidad que tenía para hacer esas cosas, ¿sería igual con todo el mundo? Ojalá a él le saliera tan fácil el disimular así con Yoon Hwa y el resto de sus compañeros de trabajo.

— Tampoco hace falta que fardemos aquí de lo que cada uno hace bien o no...— dijo Jimin en un intento de suavizar las cosas.

— Tú no te acordaras muy bien porque todavía eras muy pequeño, — el niño lo miró extrañado. — pero tu madre no aprendió a cocinar hasta que empezaste el segundo curso de colegio más o menos.

— Ahora ella nunca cocina, siempre cocina Kyung Ho, el nuevo novio de mamá. — dijo sin darle importancia al tema el jovencito, haciendo que a Yoongi se le pusiera una cara un poco incómoda.

Asintiendo con la cabeza y creando un pequeño silencio no demasiado agradable que digamos, Yoongi se sentó por fin.

— ¿No os apetece ir a por un helado? — decía este nervioso ante la situación, la cuál era estar sentados mirando los patos mientras pasaba el tiempo.

— ¿En pleno otoño? — el mayor negó con la cabeza. — Podría enfermar y coger algún catarro. Creo que es mejor idea ir a alguna cafetería a tomar algo calentito, ¿verdad Yongsun?

El niño asintió y miró a Jimin con cara neutral, indicando que en realidad no le importaba lo más mínimo a dónde ir.

— Bueno... ¿Y a qué cafetería os apetece ir?¿Qué tal si vamos a la cafetería donde tuvimos nuestra primera cita? — le susurró Jimin al mayor sonrojándose levemente.

— Yo había pensado... En ir la cafetería de tu madre.

Jimin abrió mucho los ojos en señal de pánico, no quería ver a su madre ahora, y mucho menos en esta situación, en la que su madre, quien le conocía mejor que nadie, notaría que algo anda mal con él.

— Pero si todavía no la conoces...

— ¿Y? ¿Qué mejor momento que un frío día de otoño en busca de algo calentito? — le sonrió el mayor directamente — ¿Te apetece Yongsun? Es una cafetería estupenda y la señora que la atiende es la más simpática del mundo según he oído.

El chaval asintió con falsa ilusión, seguramente pensando solamente en el trozo de tarta que se iba a pedir.

— Yupi... — dijo Jimin, quien en estos momentos, solo quería que le atropellara un camión.

O un tren, cualquiera le valía.


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Estaba nervioso, sí, lo admitía, pero ahora mismo Jungkook tenía que centrarse en la mudanza y dejar de pensar en el baile de mañana.

Cold Hands Vol. llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora