CAPÍTULO 11 .- tercer fragmento

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Lo único que necesitaba era mantener su mano en el pecho del cuerpo de Alan, recitar el conjuro sellador e incapacitar al demonio. Cosa que parecía ciertamente imposible. Si te acercabas mucho a Agares, podría matarlo con facilidad.

Dylan empezó a tener un ataque de pánico, sentía que estaban perdidos.

—¡Tío Dylan!

Estefan apareció ante él volando con sus monstruosas alas metálicas.

—¡¿Qué haces aquí?!

—¡Gabriela lanzó a Bael de un precipicio para que le aparezcan las alas, pero ahora no despierta! —gruño Estefan—. Nosotros...

Estefan callo al ver como Agares golpeaba a Catrina.

—¿Mama...?

—Yo iré a ver a Bael, tu ayuda a...

No faltó que le dijera que hacer, Estefan voló a gran velocidad y furioso hacia Agares. Dylan se dirigió hacia la entrada de la cueva cuando vio a su sobrino apuñalar a Agares con sus plumas metálicas por la espalda.

Sonrió al entender que sus queridos hijos serán la perdición de Alan.

Encontró a Gabriela en el suelo junto a su gemelo. Bael se retorcía y gemía de dolor.

—¡No lo mate! —exclamó Gabriela con alegría—. ¡Mi demonio tenía razón, él solo necesitaba sentir una emoción muy fuerte!

Dylan la miro asustado, Gabriela tenía cachos y unas horribles alas que parecían estar hechas de un fuego negro y espantoso.

—Si que te lancen de un precipicio enorme sin que sepas no te da una emoción fuerte, no sé qué puede dártelo —prosiguió Gabriela.

Dylan presenció como a Bael le salían dos alas gigantes, pero a diferencia de su gemela. Estas eran brillantes y rojas. Parecían hechas del fuego mismo.

Dylan nunca había visto un rojo tan intenso.

—¿Duele cierto? —le pregunto Gabriela.

Bael le devolvió una mirada colérica y roja.

—Cuando esto acabe te mataré —le gruñó a Gabriela con una voz muy ronca.

—Tenemos que ayudar a Catrina y a Estefan —habló Dylan—. No hay tiempo para sus tontas peleas.

Un aullido resonante llegó a ellos, los tres se pusieron en marcha como pudieron. Bael casi se cae porque apenas se acostumbraba a sus nuevas alas, en cambio Gabriela parecía que las había tenido siempre.

Llegaron al punto para ver como Estefan y Agares caían peleando en medio de una tormenta eléctrica que los envolvía a los dos.






***






—¡Liam! —Oliver se transformó apenas vio a su hijo.

Los espectros habían dejado de aparecer de un momento a otro y pudieron avanzar un poco. Estaban a punto de entrar por la abertura oculta cuando vieron a Liam y Alex saliendo de esta arrastrando a Jose.

—¡Liam! —Oliver abrazo a su hijo con afecto—. ¡Estaba tan preocupado!

—Papá estoy bien... —Liam intentaba zafarse del abrazo que más parecía una llave de su papá—. Estamos bien...

HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now