El timbre de cambio de hora me despierta del ensueño, bajando mi mirada a mi reloj de muñeca. Eran las diez y tenía clases en veinte minutos.

Yang Mi empieza a ordenar sus cosas, siendo Mark el primero en devolver su circo, habiendo pintado dos globos y nada más. La chica lo mira ante la nula ayuda, siendo completamente ignorada por el rubio con raíces.

—Los míos te los entrego después. Si me aburro en clases aprovecho de pintar. —Digo acomodando las cosas en mi bolso.

—Yo...yo tengo tiempo libre. —Dice Winwin en una pequeña sonrisa. —Te puedo ayudar si quieres.

Obvio que va a querer.

—¡Genial! Aquí te dejo mi caja de lápices. —Se apresura la chica a explicarle cómo deben ir los colores, entregándole lo necesario antes de que el bailarín se arrepintiera.

Salimos de la biblioteca, acordando almorzar juntas, yendo cada una por su parte al ser diferentes edificios.

Suelto un suspiro cansada, apretando los músculos de mis hombros y recordando las clases que tenía hoy. Estábamos entrando en la época de evaluaciones y todos los días había un trabajo nuevo que hacer. Odiaba estaba fecha, porque no sólo duraba las semanas de entregas, sino que durante casi un mes dormía y comía poco.

Un tumulto de gente me hace aminorar la velocidad de mi caminata, escuchando algunos susurros y un golpe seco parecido al metal de los casilleros.

—¡Qué te jodan! ¿Acaso no entiendes?

El grito inesperado y grave me hace saltar, aferrándome al lazo de mi bolso, tendiendo que inevitablemente acercarme a la voz, puesto que era la dirección en la que me corresponde ir.

—Lucas, amigo. Déjalo tranquilo. —Veo como un chico delgado con carita de príncipe le detiene el paso al nombrado.

—¿Pero no has escuchado lo que dijo de mi? –Pregunta Lucas en un tono exasperado, empujando con su cuerpo al chico para seguir avanzando.

—Lo que dije fue verdad. ¡¿O vas a negar que anduviste jugando con mi hermana?! —Se acerca un tercero mucho más bajo, sin aires de miedo.

Lucas le debía pasar por una cabeza, cosa que no era menor. Pero en los ojos del más bajo se denotaba fiereza y al fruncir sus cejas se veía mucho más imponente.

—Dejun, no es necesario. —Una chica muy parecida al bajito y con expresión de súplica lo toma por el hombro, alejándolo del más alto.

El llamado y la que supongo que es su hermana se van del lugar, sin antes recibir unas palabras del más bajo, siendo Lucas detenido por el mismo chico de cabellos oscuros en todo momento.

Poco a poco las personas que se habían detenido a ver todo vuelven a lo que estaban, también recordando que tengo clases en diez minutos.

Había visto la "discusión" muy fuera de contexto, pero aún así parecía ser algo serio.

Mi ojos chocan con los de Lucas cuando estoy por cruzar el pasillo, viendo como este volvía el rostro para caminar en dirección contraria.

Una sensación extraña me recorre el cuerpo, sin reconocer del todo el tipo de mirada que el chico me había dado, apretando entre mis dedos el lazo.

No iba a mentir que la su mirada me llegó a intimidar, algo poco común en mi. Sin embargo...

—Oye, si no te mueves llegas tarde. —La voz de Jaemin me hace girar la cabeza hacia él. Sorprendida al no haber notado su presencia.

Su blanca sonrisa me hace sonreír de vuelta, asintiendo para retomar el camino al auditorio.

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Nos vemos después; (Lee Jeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora