Capítulo 2

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PARTE 1

El lobo amado.

Capítulo 2 - ALIÉNOR

Ciudad federal de Moscú, Federación de Rusia.

18 años después.

"Querida hija,

Sé que las lágrimas pueden doler profundamente. Comprendo lo que significa esconder el llanto en la oscuridad de la noche, para que aquellos que dicen ser tu familia no se den cuenta de que estás luchando entre sollozos.

A veces, no sabemos a quién culpar y nos sentimos atrapados en las consecuencias de un pasado que no hemos compartido con nadie. Es una carga pesada, ¿verdad?

Quiero que sepas que no estar cerca de un padre y una madre no es una elección . A veces, las circunstancias nos obligan a tomar decisiones difíciles para protegerte, para salvarte la vida. No es porque no te queramos, sino todo lo contrario.

No quiero que pienses que estas palabras son solo un consuelo vacío. Estamos cansados, especialmente tú, de las promesas incumplidas y las palabras bonitas que no se traducen en acciones reales.

Pero aquí está la verdad: somos tu verdadera familia. Aunque no siempre lo parezca, estamos dispuestos a enfrentar los problemas contigo. Juntos, podemos superar cualquier obstáculo.

Con cariño,
Tu padre, tu madre y tu hermano."

Terminó de leer la carta que ha llegado a mi nombre en la correspondencia. Me quedó en shock. Tengo muchas dudas. ¿Mi padre no es mi padre? ¿Tengo un hermano y no una hermana? ¿Mi madre no está muerta? Las respuestas a esto las necesito, conozco la persona que me puede ayudar.

Sé quién me puede dar respuesta a estos interrogantes, mi abuelo. Salgo a toda prisa sin importarme quienes estén en casa. Recuerdo que tengo el auto que me presta el abuelo en el taller. Me pongo a correr. Son como veinte manzanas para llegar, es casi a las afueras de la ciudad muy cerca al bosque. Paso las primeras manzanas sin importarme nada.

Todo es borroso al pasar. No me percato de los transeúntes, de los automóviles y del mundo. Solo quiero llegar donde el abuelo cuánto antes. Incluso paso un semáforo en rojo. En menos de una hora llegó.

Tengo la carta en una mano. Estoy frente la puerta hace cinco minutos, estoy nerviosa. Tocó y me abre una persona que no conozco.

—¡Buenas tardes! —digo nerviosa y añado— Está el señor Nicol...

No terminó de hablar cuando la voz de mi abuelo a lo lejos dice que me dejen pasar. Al entrar todo me da vueltas, me aguantó hasta llegar al living room. Todas las personas presentes son conocidas, aunque no recuerdo sus nombres, pero en excepción los padres de Iker y él. Todos me miran.

—Abuelo —rompo el silencio.
—Mi niña —dice él al verme y pregunta— ¿has venido sola?
—Abuelo, viene sola pero tengo muchas preguntas —respondo.
—Mi niña me hubieras llamado —dice él.
—Esto es importante.

Le muestro la carta que tenía en la mano, se pone a leer, al terminar me mira. Todos en la habitación me miran.

—Ven conmigo al estudio.

Todo lo que dice la carta es cierto. Mi abuelo me cuenta todo.

Hace 17 años mi padre John conoció a mi madre Macy aquí en Moscú, y al año después de casados nacimos Asher y yo, Aliénor. Todo fue hermoso hasta que cumplí un año, mi genética empezó a mostrarse al igual que mi hermano, no entiendo al abuelo al decir esto, por problemas de salud mi madre me entrega a sus mejores amigos para que me cuiden y ella se muda junto a mi hermano a un país desconocido, luego a dos meses mi padre la busca.

Mi padre es John y mi madre es Sofiya. John se supone que es mi tío, y mi madre está muerta, me siento confundida. Tengo un hermano gemelo Asher. Viven en Alaska. Me dejaron con sus mejores amigos cuando nací.

Estoy en el piso de arriba, en mi dormitorio. Franklyn está viendo la televisión con Ava y Dominika. Nos hemos enfadado. Es culpa mía. En cuanto he entrado por la puerta, he pedido una explicación de toda la mentira en la que estaba viviendo.

Mi tensión ha estado subiendo durante el día. No puedo evitarlo. Es la verdad de mi vida. No puedo dejar de pensar en todas las veces que me sentía fuera de lugar en esta familia. Todos son diferentes a mí, tanto físicamente como genética. Mi cabello es blanco como la nieve y natural, al igual de mi color de piel. Ellos son morenos y crespos. Al mismo tiempo, pienso en lo ridícula que soy al creer que soy parte de esta familia de mentira. Se oyen los ruidos de la calle, coches, risas de las personas, también la música de mi laptop, el mundo aquí adentro está llegando a su fin, y soy incapaz de salir de mi habitación. Permanezco en silencio.

Hasta que de repente oigo ruidos extraños que provienen de la ventana. Entonces vuelvo en mí. Me levanto y me dirijo a ella y veo que él lo hace. Él levanta la mirada hacia mí.

—Ven conmigo —dice él.

Abro la ventana y en minutos él está dentro de mi habitación. Echa un vistazo alrededor y ve la cama desorganizada, la ropa sucia en una silla del escritorio. Me siento avergonzada. Esta es mi vida. Le indico que se siente en la cama. Él obedece y se ríe. Su respiración es pesada.

—Hace años no nos vemos —dice rompiendo el silencio y añade— Lamento hacer esto. No sabia adónde ir.
—No pasa nada —digo, y me hago a un lado. No sé si hablar o quedarme callada. Finalmente, comienzo a hablar.
—¿Estás bien? —me pregunta— Pareces... como en otro lugar.
—No me encuentro muy bien —añado— Deberíamos dar un paseo.

Él se vuelve hacia mí y me sonríe.

—¿No te importa? —me pregunta— Sería como los viejos tiempos.
—Te lo agradecería mucho —respondo.
—Lo sé.

Luego de unos minutos estoy en el coche de Iker con dirección al bosque.

—¿Estas bien?
—La verdad es que no —respondo mirando a través de la ventana.
—¿Quieres hablar al respecto? —me pregunta.
—Yo... Todo es mentira —le digo con los ojos llorosos— No quiero ir a casa.
—Yo solo... No sé... Pensaba que ya tenías conocimiento del tema.
—¿Cómo lo sabes? —pregunto me quito algunas lágrimas con la mano.
—Lo siento mucho.

FLORAL VIBES © |1|Where stories live. Discover now