Salvandote Para Mi -Jinx Y Silco-

Capitulo 7

Y ya con éste van 7 capitulos, uno más y se acaba esta historia, así que espero y les guste.
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"¿Jinx?" La voz de Silco es baja y realmente áspera, su boca se encontraba reseca. Ha estado atrapado en un oscuro abismo de dolor, dolor el cuál le parecía infinito, nadando sobre fuego invisible.

Su chica de cabello azul está sentada con las piernas cruzadas en el piso de su habitación, con la cabeza inclinada y con sus hábiles dedos moviéndose ágilmente sobre uno de sus artilugios, seguramente explosivos. Hay herramientas, pedazos de tuercas y uno que otro cachivache al rededor de ella.

Una leve sonrisa aparece en la comisura de sus labios, aliviado por verla sana y salva. Repasaba mentalmente lo último que recordaba. Siendo su último recuerdo Jinx la cual se encontraba entre  sus brazos, intentando protegerla de la explosión. Estaba complacido consigo mismo el ver qué había logrado su objetivo, y también estaba complacido de que lo primero que ve al despertar, sea su pequeña revoltosa de pelo azul.

Ella no lo escucha. Así qué intenta llamarla otra vez. "Jinx."

Al escuchar su voz, una corriente eléctrica recorre la espalda de Jinx, quien deja caer las piezas que sostenía en sus manos, y mira en dirección a él. Sus ojos son enormes en su cara delgada y pálida y su labio inferior tiembla como si estuviera viendo a un fantasma.

“¿Silco?” dice en un murmuró suave.

Se sacude todos los cables y piezas de metal de su regazo y corre hacía la cama en la qué se encontraba él. De rodillas junto al colchón, acerca su mano temblorosa a su cabeza y empieza a pasar sus finos dedos por su cabello, sin atreverse a tocarlo demasiado por miedo a lastimarlo otra vez.

"Lo lamento. Lo lamento mucho yo-."

“Shh…” susurra el, con la mejilla presionada contra la almohada y buscando a tientas su mano. Al mover su hombro un poco, el siente como si el fuego lo volvierá a quemar, pero no le importa eso en este momento. Agarrando al fin los delgados y fríos dedos de ella. "¿Te hiciste daño?"

Jinx suelta una risa vacía. "¿Yo?,Ni un solo rasguño."

"Estoy tan feliz de escuchar éso. Sentía que
Estabas a mi lado todo esté tiempo. No sabía si solo era mi imaginación o no, pero estás aquí, sana y salva, sin ninguna herida, perfecta" Acaricia suavemente los dedos de ella con su pulgar.

"Debí haber sido yo quien saliera lastimada de ese lugar. No es justo que todo ésto te haya pasado cuando todo es culpa mía" la voz le comenzaba a temblar, sintiendo a la vez un nudo la garganta, apretando un poco el agarre de sus dedos en la mano de él.

"Niña" Susurra. “Si no hubieras estado ahí para advertirnos que había una bomba, Sevika y yo estaríamos muertos en este momento. Tienes mi agradecimiento por eso, el de los dos, pero estoy seguro de que Sevika ya te ha dado el suyo"

Jinx intenta esconder una mueca. Cada vez que se cruza con Sevika, siente el profundo deseo de que la mujer le quiere regalar algo.

Una golpiza, por todo lo que ella causó.

"Te ves pálida. Has perdido peso. No te has estado cuidando, Jinx" Frunce el ceño por eso.

Inhala y exhala un momento, intentando tranquilizar el creciente nudo de su garganta, luego se seca una pequeña lágrima rebelde de un ojo "Estoy bien. Sólo. Déjame traerte un poco de agua"

Ella encuentra la taza con una pajilla con la que lo ha estado ayudando a beber todo esté tiempo y se la acerca a los labios. Cuando él toma un sorbo, ella le dice."Ni siquiera has preguntado por tus propias heridas".