Capitulo 6

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Esto ocurriría unos cuantos meses después luego de lo ocurrido en el anterior cap.
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Jinx arroja una piedra roja brillante sobre el escritorio de Silco, cayendo sobre la madera antes rodar y caer en la mano de él.

Era un granate que alguien le robó a Sevika mientras lo traía a Silco. De hecho, era una bolsa entera de ellos, era el pago de uno de los negocios de Silco. Él estaba furioso porque alguien le había robado. Jinx levanta la bolsa y la sacude, haciendo que todas las piedras preciosas caigan sobre la mesa. 

Los ojos de Silco se agrandaron de sorpresa al ver las joyas. "¿Dónde encontraste ésto?" Pregunta agarrando otra piedra preciosa con la otra mano.

Ella sonríe, lo ve y mueve las cejas, en un claro gesto juguetón. "¿te gustaría saberlo?".

Jinx luego de rodear la gran mesa que los separaba, se detiene a un lado de Silco, y se apoya en un borde del escritorio. Silco dejaba las piedras preciosas sobre la mesa, luego se acomoda girando su silla en dirección a ella, para así poder escuchar mejor su relato. Ella podía notar cómo él la miraba con toda su atención, con un brazo descansando sobre el apoya brazos y el otro brazo sirviendo de soporte mientras el descansaba su mejilla en su puño, con las piernas levemente abiertas hacía ella. En ése momento su imaginación empieza a emprender vuelo. Podía imaginarse a ella saltando sobre el y cayendo sobre su regazo.

¡Atrápame!, y el sin dudarlo ni un segundo, la atraparía en sus brazos.

Sus brazos también lo envolverían. Ella lo vería a los ojos, acercaría su rostro al de él y empezaría a plantar besos en su mejilla cicatrizada, para luego empezar a pasar su lengua por dichas cicatrices, pero se detendría al sentir la mano de él sobre su mejilla, alejando un poco su rostro del suyo para poder verlo a los ojos mientras la acariciaba suave y dulcemente, con su pulgar pasando por sobre sus labios, abriría la boca y empezaría a chupar su dedo lentamente, observando las expresiones de su rostro en todo momento.

Y luego...y luego...

Sintió un dolor que se retorcía en su pecho. Sabe que no llegarían tan lejos, por qué para entonces él la habría empujado y habría salido de su oficina.

Él nunca le levantaría la voz. Él nunca le diría que es asquerosa. Él la ama demasiado.

Pero él lo pensaría, ella sabe que lo haría.

A veces, cuando lo sorprende viéndola, siente que hay una expresión tan tormentosa en sus ojos que sabe que se está preguntando cómo crió a una hija tan enferma, retorcida y repugnante como ella.

Vi aparece detrás de la silla de Silco, con los brazos cruzados y el labio fruncido con disgusto. 

¿ACASO TAMBIÉN QUIERES CHUPARLE LA VERGA A VANDER?

Jinx responde molesta."¡Tal vez lo haría!" solo para ver la expresión de horror y asco en el rostro de su hermana.

Silco la mira con el ceño fruncido. "¿Jinx?"

Ella niega con la cabeza para despejarse la mente y centrarse de nuevo en el tema central. Le estaba hablando de los granates. "Nadie sabía que Sevika tenía los granates excepto tú y ese sujeto repugnante Stanniv, así que, lo que hice fue fácil, lo seguí  y le di un vistazo a sus bolsillos".

Se está volviendo una muy buena carteristas.

Incapaz de soportar no tocar a Silco por un momento más, se aparta del escritorio y se desliza sobre su regazo. Debe tener cuidado con lo que vaya a hacer o decir desde éste momento, por lo general, él le permite hacer esto cada vez que ella quiere. Está es la mejor parte de su día. Ella puede acariciarle el cabello. Puede jugar con los botones de su camisa, desabrochando uno que otro ‘‘accidentalmente’’, para así poder darse el lujo de ver un poco de su cuello desnudo, reprimiendo unas ganas infernales de besarlo. En ocasiones, si era lenta y cuidadosa podía pasar ambas piernas al rededor de la cintura de él y apoyar sus codos sobre sus hombros, bloqueando su vista de todo lo que hay en la habitación, menos de ella.

Salvandote Para Mi -Jinx Y Silco-Where stories live. Discover now