Día 3 《Miércoles》

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Después de varios intentos y sentirme cada vez más inestable, desisto, no se si hice lo correcto, pero no puedo más.

Bajo las escaleras a pasos débiles, considerando seriamente no volver a abrir las cortinas ni encender las luces, eso me ahorraría trabajo en caso de cualquier emergencia. Una vez más me encierro en la habitación del piano, alumbrando con mi teléfono me dejo caer en el sofá, el arma sigue allí y me aferro a ella mientras dejo los minutos correr.

La próxima vez que veo la hora solo faltan 10 minutos para las 12 de la tarde y mis manos tiemblan a más no poder mientras intento poner el vinilo que ayer JungKook me había dicho tenia mayor duración. Finalmente lo logro, la música comienza y yo sigo a oscuras con mis sentidos alerta.

Una mano se posa en mi hombro.

Espero que él miedo llegue, pero no hay nada.

Es él.

Me giro tan rápido y me aferro a él que parece que estamos a punto de caer, pero él logra sostenerme, sus brazos me envuelven en silencio y yo sollozo contra su pecho, suplicando que esto termine ya, rogando por regresar a casa y volver a mi monótona vida.

— No puedes vivir en la oscuridad para siempre —menciona él, parece que quiere moverse pero lo detengo, él parece reír, su pecho vibra bajo mi cabeza transmitiendome una extraña tranquilidad— hay que encender las luces o al menos abrir las cortinas, ella ya se fue

— ¿Y si regresa? —cuestiono alzando mi mirada hacia él, puedo verlo sutilmente gracias a la luz de mi teléfono que había dejado encendido en la mesa.

— Ese será el menor de tus problemas —menciona, en priner momento no lo logró entender hasta que lo escucho.

El motor de un auto, las piedras de la entrada ser aplastadas.

Jungkook se separa de mi, no se donde va, pero enseguida tomo mi teléfono para confirmar mis miedos, eran exactamente las 12:00 pm.

Las luces son encendidas, me volteo hacia el interruptor y veo a JungKook ahí, pero eso no hace nada para calmarme esta vez. Con su cabeza hace un gesto para que lo siga, tragando secamente guardo el teléfono en mi bolsillo y tomo el arma para ir tras Jungkook, él va encendiendo las luces a su paso hasta que llegamos a la entrada.

Él se detiene junto a la ventana más cercana a la puerta, abriendo la cortina lo suficiente para poder mirar hacia afuera, me incita a acercarme y a pasos inestables lo hago, cosa que sé no sería capaz de hacer si él no estuviera aquí.

Me ubico a su lado, fuera hay un auto que logró medianamente identificar como un Ford A, aunque desconozco el año, es de color negro pero la pintura parece descascarada, solo esta ahí, detenido, las ventanas parecen estar cubiertas porque no logro ver nada hacia dentro. Pasan minutos, nada ocurre, yo solo espero que se vaya pronto, no quiero que nadie baje porque no estoy seguro de poder disparar un arma.

— Que raro —dice JungKook a mi lado, él también está mirando hacia afuera, pero parece más desinteresado que otra cosa— jamás se queda tanto tiempo

Hay silencio, porque siento la garganta demasiado seca como para decir algo, solo suena la música de fondo, parece un solo de violín, de pronto temo que la canción termine aún con el auto ahí.

— Seguro saben que estoy aquí —dice él, parece divertido mientras toma al gato que salta hábilmente a sus brazos— no es normal que yo esté cuando ellos vienen, estoy en su tiempo y a ellos no les gusta compartir

Trago en seco, me encuentro en blanco, hay silencio por unos segundos, hasta que él motor del auto ruge. Siento, alivio, por fin se va y no paso a mayores.

Resiliencia 《JJK & PJM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora