-Nunca dije que él iba a estar bien- dijo Din.
No dije nada, solo me acerque unos pasos. Preste más atención, un brazo era negro como el de un demonio y el otro era el de un humano. Desenvaine la espada Maestra y tomé la espada de mi padre clavada al suelo con la misma mano, luego seguí el rastro, caminando con normalidad.
-¿Elegido?-.
Seguí caminando.
-¿Link?-.
Paso a paso por la maleza.
-¡Link!-.
-¡¿Qué quieres?!- le grité con una voz diferente, casi como la de una bestia.
-Es muy seguro que esto sea una trampa- dijo Din.
-Más vale que lo sea- dije.
Corté el último árbol para salir del bosque y allí se encontraba todo un ejército de demonios en un lugar abierto rodeado por formaciones rocosas. Clavé la espada de mi padre y luego vi como los demonios reían apuntando a mi brazo.
-¿Cuántos son?- dije.
Los demonios volvieron a reír y uno entre ellos montado en un jabalí de ojos rojos salió hasta el frente y contestó.
-Más de 500-.
-¿Esta Garael aquí?- dije.
-Pensó que había cosas más importantes que hacer que derrotar a una rata pálida- los demonios se carcajearon- e invalida-.
-¡Link, esto es estúpido! ¡Lo más sabio es escapar y encontrar a Zelda sin llamar la atención! ¡Ir directo a su trampa no es seña de valor, solo de inmadurez!-.
-¿Quién necesita valor...cuando tienes poder?- dije.
-¡Link!- gritó Din.
-¡¿Bueno, qué esperan?! ¡Quiero ver sus caras cuando una rata sin un brazo los haya derrotado a todos!-.
Los demonios dieron un grito de guerra y armados con hachas, armaduras y lanzas corrieron hacia mi dirección. Tomé la espada Maestra y bañado en ira arremetí contra ellos.
La espada Maestra era tan poderosa que de un solo tajo era capaz de destruir a un demonio, desvaneciéndolo, sin embargo, escapar de sus ataques era muy difícil, fui golpeado y mandado a volar hasta una roca.
Me lanzaron una lluvia de flechas y apenas con la ayuda de la espada y el escudo llegué a sobrevivir solo con dos flechas clavadas en el hombro izquierdo. Corrí hacia ellos con cada vez más furia y lanzaba espadazos a diestra y siniestra sin ninguna elegancia. Fui golpeado en la cara y un martillo acertó mi estómago, haciéndome volar y tirar la espada y el escudo.
-¡Elegido! ¿¡Por qué ahora?! ¡No tengo poder!-.
Vomité sangre y luego dije.
-Pero yo si- el triángulo dorado en mi mano empezó a brillar intensamente.
Los demonios me rodearon para acabar conmigo y mi deseo de matar solo se hacía más grande. El brillo de la Trifuerza iluminó sus inmundas caras y con un aullido perdí el conocimiento.
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<<DIN>>
-Es justo como pensé- dije.
Los demonios más cercanos a Link salieron volando uno tras otro con una fuerza descomunal, destruyendo las rocas con las que se estrellaban.
-Cuando el equilibrio se pierde y la oscuridad gana...-.
BINABASA MO ANG
La Leyenda de Zelda: El Héroe Dorado
FanfictionLa ultima leyenda de Zelda. Un mal muy antiguo es liberado, una joven princesa llena de esperanza desaparece y un mundo oscuro y desolado son lo que queda. La Historia de un héroe dirigiéndose hacia su destino, viajando por el tiempo y el espacio en...
Sabiduría
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