Al menos ya no más. Ya no quería regresar a ese mismo ciclo, donde de extraños se convertían en amigos y luego en dos enamorados, para volver a ser extraños. Quería las cosas diferentes.

-Lo siento, Alex- Susurró- Puedo ser un imbécil cuando me lo propongo.

Eso era verdad.

-La mayoría de las veces, Bill- Alex sonrió sin querer- Pero está bien, somos mejores como amigos que... como lo que sea que fuéramos antes.

Los dos se quedaron en silencio, frente a frente. Ahí estaba ese momento incomodo de nuevo, Alex fue capaz de romperlo con una simple pregunta.

-¿Gustas un poco de café?- Se dirigió a la cocina- ¿Huevos? ¿Fruta?

Bill miro sus zapatos, pero su vista se quedó enfocada en la pequeña mesa de centro que tenía tantas cartas que parecía la lechucería de Hogwarts. Lo que más llamo su atención fueron varias cartas con el mismo sello, indicándole que Alex había estado hablando con alguien en particular. Sintió en su pecho una flama de celos, pero no quiso empezar a cuestionar o indagar, así que tuvo que dejarlo ir.

-¿Fruta?- Bill suspiro, regresando su atención solamente a Alexandra- ¿Desde cuanto Alexandra Green come frutas?

Hey!- Alex gritó, fingiendo molestia, por encima de la barra que dividía la cocina del comedor- Me estoy cuidando, quiero sentirme más saludable.

Bill no pudo evitar mirar el cuerpo de Alex mientras ella sacaba un par de tazas de la alacena, se veía diferente. Misma altura, mismo cabello castaño pero sus caderas y sus piernas se veían más marcadas en ese pantalón deportivo. Sin duda alguna le gustaba lo que veía, pero sentía que era incorrecto admirar el cuerpo de Alex sin ser absolutamente nada de ella. Lo último que quería era ser un tipo raro opinando sobre el cuerpo de Alexandra, pero creía que se veía muy muy bien.

Demasiado bien.

Ella siempre se veía bien

-Si...- Se aclaró la garganta, con sus mejillas sonrosadas por sus propios pensamientos, caminando hasta el banco frente a la barra- Eso es bueno...

-Y bueno- Alex acomodo sus brazos a lo largo de aquella barra, mirando con una encantadora sonrisa a los labios al hombre de cabello rojo- Ahora que estoy en forma, entrenando y corriendo y esas mierdas, ¿Puedo volver a La Orden?

-Lex- Bill reprochó, dándole un sorbo al café delante de té. Era tan dulce como la mujer frente a él.

-Tú sabes que necesitan mi ayuda- Alex suspiro- Tú mismo lo dijiste, cada vez somos menos y yo quiero ayudar. Necesito hacerlo, Bill.

Por la mente de Bill pasaron todas las excusas posibles, quería encontrar una buena razón por la que Alex no debería estar ahí, pero no pudo encontrar nada. De hecho en su mente pensó que tal vez a su lado, todo podría ser más fácil, porque de esa forma había sido todo junto a ella.

Aceptaba su decisión de ser solo amigos, pero no sabía si estaba seguro de poder alejarse de Alex. Lo que si sabía era que no podía dejar de verla en ese momento. Estaba brillando, como si estuviera en un día soleado junto al lago, aunque solo estaban en una fría mañana de Febrero.

Y si era honesto consigo mismo, la necesitaban. Más que nunca.

-No lo sé, Alex- Vaciló- Tal vez debería ir solo o le podría decir a...

-Estás demente si crees que te dejaría ir solo- Alex lo interrumpió, negando- Yo iré, tomaré el lugar de Charlie.

Para Bill, no había nadie más testarudo que Alex, así que acepto.

ALL THIS TIME - Bill Weasley.Where stories live. Discover now