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THIAGO
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|BAJO EL PESO DE LAS EXPECTATIVAS|
En un bullicioso evento donde una multitud se agolpa, predominando entre ellos las mujeres, me encuentro observando con desconcierto cómo las personas, cada vez más, buscan desesperadamente obtener la firma de alguien a quien ni siquiera conocen. Esta situación, definitivamente ridícula, me lleva a acompañar a regañadientes a Koraima a un evento que no me interesa en lo más mínimo. Según ella, el evento gira en torno a Venus, su escritora favorita, quien aparentemente ha generado un gran caos en Huánuco. Mientras intento ignorar las constantes llamadas, mensajes e intentos de contacto por parte de Sofia, quien se ha convertido en una acosadora que ya no puedo soportar.
Han pasado seis meses y, aun así, Sofia sigue perturbando mi vida, a pesar de que cada uno debería estar haciendo lo que mejor le parezca. Por esta razón, ahora me encuentro permitiendo que otra persona igual de desequilibrada entre en mi vida, en un intento de alejar a la "loca mayor".
— Cuidado —me advierte Koraima.
Reacciono tarde, terminando por chocar contra una figura delicada que casi cae al suelo por la fuerza del impacto. En un esfuerzo por evitar su caída, la sujeto por la cintura y me quedo atónito al escuchar su voz. Su rostro despierta recuerdos que me han mantenido despierto por las noches, y sin pensar, pronuncio su nombre antes de siquiera procesar que está frente a mí. Se aparta de mi agarre, revelando el rostro que solía iluminar mis días, pero que ahora parece haber perdido su brillo.
—¿Quién es ella, Thiago? —pregunta Koraima por segunda vez cuando Lucero se aleja, dejándome añorando el pasado.
Recuerdo su presencia y de repente, su mirada furiosa me hace darme cuenta de que las cosas se han complicado.
— No es asunto tuyo —respondo, esperanzado en que se hagan realidad los pensamientos de Koraima.
La firma de autógrafos resulta ser una tortura interminable. Durante todo el evento, me pregunto por qué la gente se emociona tanto por alguien a quien ni siquiera conocen. Sus miradas la elevan a un pedestal inalcanzable, cuando en realidad es tan humana como todos nosotros, la diferencia que oculta su rostro con una máscaras.
Lo único bueno que surge de este día fatídico es encontrarme con Lucero y finalmente concretar una salida pendiente. Una vez más, me doy cuenta de que me vuelvo un completo idiota en su presencia.
Lo que me preocupa es el motivo por el cual Lucero no quiere que su hermana sepa que está en Huánuco, una pregunta que decido obviar por ahora, ya que me ha dado la oportunidad de estar con alguien que me comprende con una sola mirada. Lo demostró al saber lo que quería incluso antes de pedirlo. Estoy cansado de fingir que estoy bien cuando todo lo que quiero es desaparecer.
