Apocalipsis• [Ohmnanon]

Inicio.

Ohm. 🧟‍♂️

Antes yo era esa persona que repetía todo el día que quería morir.

Mencionaba mis ganas de suicidarme ante cada situación negativa de mi vida, y me gustaba hablar de lo mucho que odiaba seguir respirando.

Hasta que empezó el fin del mundo.

Al ver que de verdad podía morirme, decidí que ya no quería morir.

—Tiene que ser una broma —susurro al ver la cuadra llena de muertos andando.

Siempre odié llamarlos zombies aunque eso es lo que son.

No voy a mentir, yo no tengo un plan.

A veces me pregunto porqué insisto en sobrevivir si ya el mundo está en la mierda, y lo más sencillo sería dejar que me muerdan.

Empiezo a dudar de mi sentido de supervivencia, porque llevo días sin encontrar un buen lugar para dormir desde que los podridos se metieron al centro comercial donde vivía.

Muertos que caminan.

Descerebrados.

Podridos.

Come sesos.

Mordedores.

Vivos pero no tanto.

Debería concentrarme en cruzar la calle pero mi mente está ocupada, decidiendo que suena mejor.

Necesito madurar.

Si disparo van a escucharme otros y estoy muy cansado como para acuchillarle la cabeza a tantos.

Tal vez por hoy no puedo seguir avanzando.

Con la mirada encuentro al final de la calle un letrero apagado que dice "HOTEL".

Un hotel de ricos.

Si ese lugar es habitable, podría incluso dormir en una cama mejor que la que tenía antes del virus mutante.

Camino sin llamar la atención hasta la puerta principal, pero está cerrada así que intento abrir con la manija.

Resoplo al ver que no puedo.

Jalo más fuerte y golpeo un poco la puerta al impulsarme, pero aunque trato de no hacer mucho ruido, algunos zombies parecen empezar a notarlo.

—¿Qué demonios haces? —escucho una voz desde adentro y me enderezo rápidamente en mi lugar.

Entonces el lugar está limpio, porque hay gente ahí.

—Buscaba una habitación con agua caliente.

—¿Podrias ser menos ruidoso? —pregunta disgustado.

—Lo lamento —digo soltando un suspiro— soy Ohm y...

—Ando muy preguntón o porqué crees que me interesa tu nombre.

Ah, qué chico tan amargado.

—De acuerdo, entiendo que no quieres que los atraiga, y espero que tú entiendas que quiero tu ayuda para pasar la noche acá.

—No.

—Puedo pagarte —susurro mostrando mi mochila.

—No tienes nada que yo necesite.

—Pero tengo snacks y mucho alcohol —digo agudizando mi voz.

No creía que fuera a funcionar pero él carraspea y su tono de voz cambia.

—¿Cuáles snacks?

—Vengo de un supermercado —respondo orgulloso— podría mostrarte si me dejas entrar.

Lo escucho suspirar y luego la puerta se abre lentamente.

Entro con cuidado y cierro rápido.

Detrás hay muchos seguros y todo lo que está a mi alrededor parece pensado cuidadosamente para defenderse si en algún momento algún zombie quiere entrar.

—Los snacks —dice a varios pasos lejos de mí y asiento colocando mi mochila en el suelo.

Cuando subo la mirada, él está apuntándome con un arma.

—Todos están ahí —respondo alzando las manos para que vea que vengo en paz.

—¿Por qué estás solo?

—Porque no tengo amigos.

Este chico luce bastante tierno incluso mirándome así de mal.

—¿Tu nombre es Ohm?

—Sí, ¿cuál es el tuyo?

—Las preguntas son para ti, Ohm, ahora quítate la ropa.

Me siento confundido por un momento.

—De acuerdo, si tú quieres ver...

—E-Es por seguridad —aclara luego de desviar su mirada por unos segundos— necesito comprobar que dejas todo lo que traes conmigo, antes de que te permita subir a una habitación.

—¿Por qué le haría daño a un chico tan bonito como tú? —pregunto con una sonrisa mientras me quito la camiseta.

Él ya no responde.

Escucho solo su respiración en el silencio largo que se apodera del lugar y termino de poner mi ropa sobre la mochila.

—Camina a las escaleras —dice aún apuntándome y obedezco.

Quisiera quejarme pero no estoy en posición de ser exigente.

Este lugar se ve seguro y no quiero solo una noche acá.