Toda su vida se ha basado en un blanco y negro. Pero la aparición de un gris hace que todo se de vuelta y que se permita hacer cosas que viviendo en el blanco o en el negro no se le eran permitidas.
ℰ𝓁𝓁𝒶 𝓈𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒 𝒽𝒶𝒷𝒾́𝒶 𝓆𝓊𝑒𝓇𝒾𝒹...
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Ella lo miró seriamente, no podía creer lo que le estaba pidiendo.
- Sabes que puedes pedirme cualquier cosa, Greco, y que la haré. Pero no me pidas esto, porque sé que no lo voy a poder hacer.
- Por favor, Blanca. Sé que no confías en ella, pero yo le prometí ayudarle a encontrar a su padre y si tenemos tu ayuda, lo haremos más rápido. Tú tienes mucha más información que nosotros sobre la mafia de Fedor, creemos que él sabe algo.
Muy a su pesar asintió luego de suspirar. Greco la había llevado a un lugar alejado, sin decirle a dónde iban. Al llegar, grande fue su sorpresa al encontrarse con Miranda esperando debajo de un pequeño puente, al lado de una moto.
Abrió la puerta del coche que su pareja tenía, el cual no era el Supra, sino uno que usaba para que no supiese que era él. Al estar ambos de pie frente a la pelirroja, ella suspiró aliviada y le sonrió levemente a la mujer.
- Gracias - se limitó a decir.
Blanca solo pudo removerse incómoda en su lugar y esperar a que alguno de los dos comenzara a decir lo que sabían hasta el momento.
Luego de unos largos minutos, ya había escuchado la poca información que ambos tenían acerca de cualquier cosa que pudiera relacionarse con algo de la mafia, sus actividades y el progenitor de la otra mujer. No pudo evitar sonreír burlona, mirando a la chica.
- No tienen nada - afirmó con una ceja enarcada.
Esta vez fue el turno de la otra para removerse incómoda en su lugar y desviar su mirada hacia otro lado. Greco le dedico una mirada apenada y carraspeó.
- Por eso esperamos que puedas ayudarnos, sabemos que puedes tener toda la información que necesitamos.
- Fedor se esconde en las cárnicas. Lo que sé es que ha estado planeando un encuentro con otra mafia para hacer un intercambio de armas, pero poco más. Me ha prohibido que me acerque a la sede en lo que organiza todo, porque no confía en mí, al menos no para una cosa tan grande como lo es esto para él.
- ¿Sabes... Sabes con quién hará el intercambio? - preguntó la pelirroja, haciendo que la comisaria la mirara.
- No, solo lo oí hablando con otro integrante de que era un viejo amigo. Que le tenía mucho respeto y que esto no podía joderse porque sino estarían en grandes problemas. Supongo que es alguien más tocho que él y su mafia rusa, por algo le tendrá miedo, ¿no? - preguntó tranquilamente.
El de barba abrió la boca para responderle, pero se detuvo en el instante en el que escuchó un vehículo aproximándose hacia donde estaban. Escondió a las dos chicas detrás de su coche con él, y se asomó para ver un coche blindado pasar.
El móvil de la peliazul comenzó a sonar y ella miró quien era, para luego contestar rápidamente con la respiración acelerada.
