💫Ene-amigos💫 [Zadr] (Pausada)

#2

Para el niño amante de lo paranormal ya era rutina asegurarse de que el Imvasor no aya regresado de su misterioso y repentino viaje, había de admitir que la vida de dib se había vuelto algo aburrida desde que Zim se había ido, pero no por eso bajaría la guardia ya que en cualquier momento o instante en el que se descuide el podría volver.
Y al llegar a el lugar. O sorpresa, sorpresa la casa del de piel verde estaba donde siempre. Así que como si su vida dependiera de ello dib corrió hacia ella fijándose por las ventanas si el de piel verde estaba por algún lado y al revisar dándose cuenta que no se encontraba por ningún lado. Se paro frente a la puerta pensativo.

—donde pudo haber ido... ¡ha, la eskuela, el debe estar en la eskuela. Esperen todos yo ya voy hacia aya!—Exclamó dib corriendo encontrándose a su hermana en el camino.

—paso al-..—Gaz fue totalmente ignorada por el azabache el cual paso corriendo a toda velocidad sin prestar atención a que su hermana ahora furiosa lo perseguía—¡hey tu pedazo de idiota donde crees que vas!

—Lo siento Gaz pero hay que llegar a la eskuela lo más rápido posible—dijo dejando sin explicación alguna a su hermana que debido al cansancio se detuvo.

Toda esta situación parecía un sueño, después de 4 meses. Zim decidió por fin volver. Y quien sabe con qué intenciones, ¿cuando es que llego?, ¿cuál será su próximo movimiento? Y lo más importante ¿que le tardo tanto tiempo hacer que se demoro 4 meses?. Pero ahora la prioridad de Dib es llegar a su eskuela y asegurarse de que todo estuviera bien.

(...)

El aula estaba en total tranquilidad asta que dib entró asotando la puerta para luego dirigir su mirada a el asiento donde usualmente se soli sentar Zim comprobando que efectivamente este estaba sentado alli.

—¡Zim, haci que por fin das la cara!—Grito dib mientras apuntaba un dedo en dirección hacia el de verde, el cual solo lo miro en silencio y sin reacción alguna.

—Si...—dijo secamente antes de que la amargada profesora le gritara a Dib para que se sentará de una vez.

De todas formas en cuanto salieran a el recreo el pondría en marcha el plan que había estado guardando para cuando el pequeño irken volviese.
Haci que se sentó y con una sonrisa semi tenebrosa espero a que sonará la campana.

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