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      ———————༺𝖕𝖔𝖗 𝖊𝖑 ༻———————

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Nos movimos al otro refugio como dijo Vince que haríamos. Pasaron los meses y nos habíamos instalado muy bien en el nuevo refugio, sin embargo sin Minho, Aris o Sonya. Es por eso que estamos aquí.

Vince, Thomas y yo estábamos en el auto camino al tren. Thomas sacó el radio de su bolsillo para informar a Brenda de nuestra llegada.

—Esto es una locura Thomas. —Afirmó Vince casi arrepintiendose de haber accedido a esto en un inicio.

Salí del auto para subir al cofre de este, Thomas me paso el gancho con la cuerda para así colocarlo en uno de los vagones.

—¡Acércate más! —Obedeciendo, Vince aumento la velocidad hasta que el auto quedó justo detrás del vagón y finalmente coloqué el gancho.

Salté al vagón y al girarme Thomas ya venía saliendo del auto.

—¡Vamos Vince!

Subió al cofre del auto pero cayó en cuanto una de las llantas de este explotó e hizo al auto desviarse y relentizarse pero Vince logró saltar quedando algo bajo y Thomas y yo le dimos una mano para subirlo al vagón completamente.

Vimos un Berg a lo lejos y avisamos a Brenda y Jorge pues iban detrás de ellos, pero nosotros debíamos avanzar.

Subimos el vagón por las escaleras y cruzamos varios de ellos por arriba pero nos detuvimos al ver a los guardias venir hacia acá. Vince bajo a separar los vagones mientras Thomas y yo disparabamos tratando de ganar algo de tiempo para que Vince colocara la bomba.

Cuando finalmente lo hizo nos pusimos a los costados del vagón evitando el impacto de la bomba. Los vagones que venían detrás del que separamos se detuvieron debido a que ya no había que lo impulsara.

Thomas llamó a Newt y a otros dos chicos para que nos ayudarán con el vagón que separariamos de las ruedas.
Fui tocando vagones buscando por Minho hasta que estuve segura de escuchar su grito.

—¡Thomas es este!

—¿Segura? —Se acercó a mi corriendo y asentí con la cabeza. —¡Newt, es este! —El rubio se puso a trabajar mientras nosotros colocabamos las cuerdas en las esquinas del vagón para después gancharlo del Berg que traerían Brenda y Jorge. Disparamos a los guardias frente a nosotros pero cada vez eran más, hasta que finalmente llegaron los chicos con el Berg y bajaron el gancho.
Lo tomamos para conectarlo con las cuerdas del vagón Y finalmente nos subieron.

—¡Si! —Celebramos victoriosos, no podía esperar más, estaba impaciente.

Llegamos al refugio después de un rato y en cuanto todos bajamos del Berg y del vagón nos pusimos a abrir la puerta del vagón e impacientes entramos, pero en cuanto lo hice no ví a Minho en ningún lado y supe que no estaba aquí. Thomas, Harriet y Newt se acercaron a Sonya y a Aris pero yo me detuve a tragar en seco y cerrar mis puños con fuerza, tomé una bocanada de aire y ayudé a soltar a los chicos de sus cadenas.

𝕰𝖑 𝖑𝖆𝖇𝖊𝖗𝖎𝖓𝖙𝖔 𝖉𝖊 𝖒𝖎𝖘 𝖊𝖒𝖔𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘 •Minho•Où les histoires vivent. Découvrez maintenant