-¿A dónde vas? -? Cuestionó de manera autoritaria.

El rubio alzó ambas cejar y rió con sarcasmo, en verdad que el contrario estaba cruzando la línea.

-¿Por qué? ¿Quieres que te pase a checar mi hora de salida? -. Preguntó con burla, algo nada agradable para el mayor.

-Estoy hablando en serio, Wooyoung

-Pues yo también, así que déjame -. Soltó sin titubeos.

-Wooyoung, ¿Por qué estás con ese tipejo? -. Dijo curioso, el tono en su voz sonaba molesto, pero con un leve sonido de preocupación.

-¿Por qué? ¿Te molesta? -. Habló sin importancia.

Esa mirada despreocupada del rubio, más ese semblante burlón, no hacía más que provocar al más alto, debía hacer algo.

-Young... -. Musitó mientras se acercaba al menor. -Te diré algo, ¿De acuerdo?

-Ahora qué quieres, no te basta con...

-Me gustas, siempre me has gustado, tú, y solo tú -. Confesó con una sonrisa.

-¿Qué?

-Young, eres tan hermoso, puedes estar conmigo en lugar de estar con tu jefe, seguro que solo te está utilizando -. Aseguró. -Choi no es buen tipo, además, puede que ni siquiera te ame, él te echará de su vida de una patada -. Decía mientras acariciaba las mejillas de su amigo.

El rubio se comenzaba a sentir triste, el pensar en eso le ocasionaba una sensación de miedo.

-Wooyoung...

-Eres un idiota -. Exclamó entre dientes. Levantó la vista y añadió: -No lo conoces y ya lo juzgas, eres un idiota, deja de meterte en mi vida -. Pidió con enojo, estaba harto. -Me da gusto que hayas vuelto, pero detesto que no hagas otra cosa que solo cuestionarme por lo que hago y lo que no. Ahora, deja de entrometerte. Tú no me gustas, solo eres un amigo para mí... y estoy empezando a dudarlo -. Comentó para luego entrar a su cuarto.

El más alto pudo sentir como su pecho dolía, había sido rechazado de una manera nada linda, y con unas palabras que le dolían hasta el alma.

A las pocas horas, el menor salió de su habitación, ya listo para la cena que tendría con su jefe. Estaba ansioso, y un poco triste, debido a que no sabía si su mayor le vería bien con esa ropa que llevaba puesta. Había optado por una camisa azul celeste, un pantalón de mezclilla color negro, y unos tenis de bota del mismo color que su camisa, entendía que no se veía bien, para nada.

Una vez que estaba fuera de su casa, pudo apreciar una camioneta color guinda con detalles plateados, aquel vehículo le daba miedo. A los pocos segundos, vió como un hombre, con traje negro, descendía de la camioneta para dirigirse a él, su corazón comenzó a latir con velocidad, le estaba dando mucho miedo la manera de caminar de ese sujeto. Cuando el contrario estuvo cerca del menor, se decidió a hablar.

-No sabía que solías tenerle miedo a tus conocidos -. Habló el hombre. En ese instante, el rubio alzó la mirada para encontrarse con ese rostro que ya había visto hace tiempo.

-¿Byoung Gon? -. Dijo sorprendido.

-El mismo -. Respondió con una sonrisa.

Wooyoung no pudo evitar esbozar una sonrisa de felicidad, hace varias semanas que no lo había visto, y en verdad que le había extrañado. Cuando acompañó a su jefe a ese viaje de negocios y conoció a la persona que ahora estaba frente a él, le agradó tener esa compañía, aunque fuese solamente por unos días. Cuando volvieron de ese viaje, ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse de su nuevo amigo.

Lo intenté // SanwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora