20 de junio de 1997
Para el chico del que me enamoré:
Lamento no haber estado contigo el día de ayer, sé que no te molesta pero quería disculparme de todas formas; cuando sepas el por qué de mi ausencia te sentirás muy orgulloso.
Ayer regresé al lugar donde solía trabajar, la cafetería. No sabía cuanto anhelaba estar aquí hasta que ingrese por esa puerta. Un lugar lleno de buenos recuerdos que siempre permanecerán dentro.
Nunca pasó por mi cabeza el encontrarme con Diana, mi jefa, en ese turno. Ella me reconoció al instante y mostró clara alegría al verme. Me invitó a tomar un té con ella, y lo acepté olvidando por completo nuestra cita.
Hablamos por varios minutos, y justo antes de despedirme mencionó que parecía que había encontrado un camino, porque ahora me veía como si fuera otra persona. Una mas sana y feliz. Me preguntó si el motivo eras tú, si al final no eras solo un insignificante sueño y terminé respondiéndole con la verdad.
Cuando terminamos de hablar, me propuso volver al trabajo con ella. Aún no le he dicho mi respuesta. ¿Crees de debería aceptarla? Bueno, no importa, mañana lo pensaré.
Por cierto, recibí tu invitación y la acepto con gusto. Nos vemos pronto.
Tuya, Lilian.
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Para el chico que un día soñé
Short StoryLilian lucha por enfrentar la muerte de su hermana pequeña, pero cada día la idea de seguir adelante parece más lejana y dolorosa. No sabe si algún día podrá hacerlo pero lo intenta. En una noche estrellada de 1996 logra por primera vez después de...