Métodos Poco Convencionales Para Obtener Un Beso

¿¡Capítulo 5!? - FINAL FALSO

Decidido en acabar con todo ese drama que por culpa de un mísero vestido pasó, Adrien estaba camino a su habitación mientras que en sus manos estaba guardado en su respectivo empaque una rueda de queso camembert para Plagg.

Las raciones de su habitación el kwami se las había acabado así que fue a buscar unas cuantas que tenía en la cocina de su casa por situaciones parecidas a esa.

Una vez se metió en los confines de su cuarto, le dió al pequeño kwami de la destrucción la rueda entera para que se la comiera.

Plagg empezó a degustar su manjar a gusto, previniendo lo que estaba por ocurrir. Cada que Adrien le daba más queso de lo normal era porque, al tener su cabeza en los locos planes que se le ocurrían para besar a Marinette, no administraba bien las cantidades que le daba cada que se iba a ir a cometer otra de sus locuras.

¿Por qué creen que se acabó el queso tan de pronto?

Cuando ya llevaba al menos la mitad de la rueda, notó que, muy por el contrario de estar repasando su nuevo plan para recuperar sus besos, el chico no hacía más que mirar por la ventana con el ceño levemente fruncido.

Plagg, en respuesta a esa actitud, no sabía qué pensar. Ya se podría decir que estaba acostumbrado al brote de locura que sufría Adrien por la falta de afecto femenino, y verlo tan serio después de todo lo que estuvo pasando últimamente, le resultaba extraño.

-¿Te sientes bien?-. Preguntó el kwami negro. -¿Iremos con Marinette hoy?

-Sí, vamos a acabar con la locura hoy mismo-. Respondió el ojiverde, sin mirar a Plagg. -Y por si te lo preguntas, voy a dejar todos esos métodos raros de lado e iré directamente al punto.

Dejando al menos una porción sin morder, Plagg se acercó a Adrien para verlo a los ojos, notando que éste no mentía en las palabras que acababa de decir. Estaba completamente serio.

-¿De veras te sientes bien?-. Volvió a preguntar el kwami; todo eso era demasiado raro hasta para Adrien.

-¿Terminaste tu queso?-. Preguntó el Agreste.

El ser de la destrucción se encogió de hombros.

-No.

Un vez dijo eso, Plagg cerró sus ojos, creyendo que Adrien iba a llamar a su transformación, pero al no oír nada, abrió un ojo y vió que el ojiverde estaba con la vista hacia su ventana.

Sin decir nada, Plagg se fue a terminar su queso, aún preguntándose qué le ocurría a Adrien ese día. Debía admitir que estaba más raro que todos los días que pasó haciendo planes locos.

. . .

Una vez que Plagg acabó de comer su camembert, Adrien finalmente llamó a su transformación y una vez que ya era Chat Noir, fue a casa de los Dupain-Cheng, más concretamente a la habitación de Marinette, para darme fin a todo la locura.

Una vez llegó, tocó la ventana para hacerle saber a su novia que había llegado y cuando ella notó su presencia, le hizo señas de que podía ingresar a su habitación.

-Marinette, tú y yo...

-Tenemos que hablar-. Lo interrumpió la chica, la cual estaba cruzada de brazos y tenía un rostro enojado.

-Te escucho-. Habló el superhéroe, haciendo una ademán a la chica para que continúe.

-Chat, he estado pensando mucho en nosotros últimamente, más que nada por toda esta situación que hemos estado viviendo-. Empezó a decir Marinette. -No fue algo que decidí a la ligera, y antes que nada quiero que entiendas mi decisión.