Quizás todo es demasiado bueno para ser real; Camilo sabía eso perfectamente y lo tuvo que aprender de la peor manera.
Una profecía, un sacrificio y una separación era lo que le esperaba a la hermosa pareja de amigos que crecieron con tanto amor en...
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El pasado se acepta, no se lamenta. El presente se vive, no se reprime. El futuro ya llega, aunque te duela.
La casa era toda una bella obra en construcción con el pasar de los días. Todo el pueblo bondadoso ayudaba entre risas, música y cantos alegres; los Madrigal no podría estar más agradecidos.
En lo que la nueva casita estaba lista los amigables Guzmán acogieron con brazos abiertos a toda la familia; Dolores no podía ocultar su enorme sonrisa enamorada...al igual que nuestro Camilo.
Unos oídos atentos, unos ojos centrados y un leve suspiro lleno de amor se apreciaban en él al oír a Carolina relatar como estuvo su mañana. Ella era su mejor amiga, su compañera de vida, su amor verdadero, y daría lo que fuese por verla tan feliz como esta mañana en la que estaban sentados sobre su árbol favorito viendo el cielo azul y hablando entre besos y caricias.
Ninguno lo sabía pero ese día cambiaría todo para ellos.
— Caro...
El llamado fue suave y dulce, pero la joven notó seriedad en sus palabras, su mandíbula estaba algo tensa y empezó a jugar con la tela de su ruana.
— ¿Qué ocurre Cami?
Tomando valor él se puso de pie extendiendo una de sus manos caballerosamente para que ella se levantara confusa.
— Eh...yo... — Carraspeó para aclarar su garganta mientras acariciaba las manos de la muchacha con delicadeza —. Yo...te quiero invitar a cenar.
— ¿Por qué tanta seriedad Cami? — Comentó con sonrisa dulce —. ¿Todo está bien?
— ¡Si, todo está más que perfecto! — Se apresuró al responder, aunque por los nervios alzara un poco su voz sin querer.
Ella lo miró dudosa por lo que él hizo un gran esfuerzo por calmarse.
— La cena es...para tí — Confesó tímido —. Bueno...para nosotros.
Un leve color carmesí adornaba las mejillas de ambos.
— He querido hablar de esto...desde la primera vez que besé tus labios. Preguntarte si quieres ser mi novia quizá sea ridículo en este punto, porque te amo y sé que tú a mi también...así que quisiera tomarte de la mano esta noche frente a mi familia y decir que tú eres el amor de mi vida, lo más importante que tengo, mi milagro.
Las pequeñas caricias que él le brindaba sobre sus manos eran el único indicio para que ella supiera que no estaba soñando. Su mente era todo un revoltijo de palabras dificultándole tener una respuesta concreta.
— Es lo más hermoso que me has dicho...— Contestó poco después limpiándose una pequeña gota rebelde de alegría que caía por su ojo izquierdo.
Camilo besó su mejilla con delicadeza y su corazón estalló de alegría al escuchar la dulce voz de Carolina decir:
