17. tequila

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Los sentimientos empiezan a pesar más que la razón ___________________________

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Los sentimientos empiezan a pesar más que la razón
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A C T U A L I D A D . . .

—Y ella te ha dicho que pares, maldito depravado.

Niragui se detuvo al escuchar aquella voz, sonriendo de una manera que a Lime le pareció terrorífica. Ella dirigió su vista a la puerta, sintiendo un fuerte alivio al ver que Chishiya se encontraba allí.

—Lime, vete de aquí—le dijo el platino, sin apartar su mirada de la de Niragui, y la chica obedeció. Se levantó de la cama y caminó hasta la puerta de la habitación, mirando a Shuntarō durante un instante.

Él le hizo un gesto con la cabeza para que saliera y cerró la puerta tras ella.

Lime se quedó quieta por unos segundos, sin saber cómo reaccionar, todavía presa del pánico.

Entonces, escuchó un fuerte golpe dentro de la habitación, y pareció reaccionar de nuevo. Colocó su mano sobre el pomo de la puerta, pero tras pensárselo por un momento, se separó de allí.

No iba a entrar. No podía. No quería ver a Niragui. Le aterrorizaba.

Así que se alejó de aquella habitación y caminó hacia el cuarto de Chishiya, suponiendo que él sabría donde encontrarla.

Cerró la puerta con fuerza y se sentó en el suelo, apoyando la espalda contra una pared, en una de las esquinas de la sala. Se abrazó a sus rodillas y ocultó su rostro en ellas, dejando las primeras lágrimas empezar a salir.

Estaba sola. Completamente sola y vacía. Había dejado a sus amigos por seguir a un chico al que conocía de un par de semanas a un lugar peligroso. Nunca se había sentido tan ingenua e insegura.

Solo pensarlo le daba rabia.

Chishiya le había mentido. Y le había ocultado cosas. Y ella era una idiota por seguir allí. Y era más idiota por haber hecho un trato con el Sombrerero por él. Ahora no podía irse. No hasta que terminase su visado, al menos.

La puerta de la habitación se abrió minutos más tarde. La rubia levantó la cabeza al escuchar el movimiento, y una parte de ella se relajó al ver que era Shuntarō quien acababa de entrar. Él cerró de nuevo la puerta y se acercó a ella, que todavía sollozaba. Intentó llevar una mano hasta su mejilla, pero Lime le apartó.

—No me toques—protestó—Vete. Déjame sola.

El chico frunció el ceño al escucharla. Evidentemente estaba en shock, pero por mucho que quisiera cumplir sus deseos, no podía irse. Dejarla allí después de lo que acababa de hacerle a Niragui era peligroso.

La Reina Blanca [Chishiya x fem OC]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu