—Claro Peter, guardaré tu secreto—mencioné, el asintió agradecido, se puso su máscara y ambos nos retiramos con rumbos distintos—
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Luego de volar unos minutos hacia la dirección que me dió Peter, pude observar una solitaria mansión a la orilla del mar.
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Volé hasta la entrada principal y toque un par de veces la puerta. Luego de unos minutos me abrió una mujer.
—¿Si, que necesita?—preguntó la mujer—
—Necesito ver a Tony Stark—hablé con una sonrisa plana en los labios—
—Oh señorita, lamento decirle que el señor Stark no se encuentra en el país—mencionó con pena la mujer—
—Hmmm, que pena—hice una pequeña mueca de desagrado—¿Podría decirle que Tara Odinsson vino a buscarle?, Necesito hablar con el con urgencia
—Claro que si señorita Odinsson, yo le dejaré su recado—asintió la mujer con una sonrisa leve, para después cerrar la puerta—
Giré mi cuerpo y suspiré con pesadez y decepción, para no tener otra opción más que regresar al Sanctum Sanctorum. Volé de regreso a Manhattan durante unos minutos hasta llegar al santuario. Abrí la puerta y entré, todo estaba igual como cuando me fui, silencioso y vacío.
Suspiré pesado y caminé hasta la cocina, tomé unas manzanas y me las comí, abrí el refrigerador y me servi un par de copas de un licor que en su etiqueta decía llamarse "Whisky". No es lo mejor que he bebido aquí pero no está mal.
Subí las escaleras y caminé por los pasillos dirigiéndome a mi habitación, luego de pasar varias habitaciones pase por la biblioteca y me detuve al escuchar unos pasos ahí. Me detuve y me escondí detrás de un muro, me asome y no logré ver a nadie, entre sigilosa y me asome detrás de un estante, hasta logré ver al dueño de esas pisadas. Era Strange sentado sobre un sillón leyendo un libro.
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Sonreí con un poco de gracia, para ser un gran hechicero me sorprende un poco la postura que usa para sentarse. Me quedé unos segundos ahí observando le, cuando de repente ví como su cuerpo se desvanecía, como si se hubiera desmayado.
Abrí mis ojos con asustada y corrí hasta el.
—¿Doctor Strange?—puse una mano sobre su hombro dándole leves golpesitos—¿Doctor?—lo agite un poco pero no respondía—¿¡Doctor Strange!?—con ambas manos lo agite más fuerte, pero no respondía, muy asustada me acerque a su rostro para sentir su respiración pero nada—Ay no, está muerto—murmuré frente a su rostro tapando mi boca—
Pero en ese momento abrió sus ojos de golpe, asustando me y gritando al instante, tirándome hacia atrás cayendo de senton al suelo. Mi reacción de igual forma asustó al hechicero.
—¿¡Señorita Tara está bien!?—se puso de pie extrañado y confundido—¿Que pasó, porque gritó?—se hincó sobre una rodilla a mi lado, yo aún seguía con tirada sobre el suelo, mirándole confundida, aterrada y con la respiración agitada—
—¿P-pero que diablos?—retrocedí un poco sobre el suelo y me puse de pie con ayuda de su mano—P-pe-pero si usted estaba...—acerque mi mano a su rostro, el lo hecho un poco atrás pero terminé tocando su piel—Estaba muerto—susurre mirando sus ojos notando que eran de un azul intenso, y sintiendo su tibia piel, observé un leve rubor sobre sus mejillas, regresando me en si, bajé mi mano un poco apenada—¿Cómo lo hizo?, Llegué aquí y lo ví desfallecer
—Oh, eso—pareció entender—Simplemente salí de mi cuerpo físico en mi forma astral—explicó naturalmente, por mi parte yo levanté una ceja totalmente confundida—
—¿Salir de su cuerpo físico en su forma astral?—pregunté—Osea que, ¿Salió de su cuerpo en forma de alma?
—Ammm, podría decirse que si, si así lo entiende—asintió ligeramente—¿Necesita algo de mi?
—Oh, no estoy bien—negué con la cabeza y sonreí leve—Simplemente pase por aquí y fue cuando ví eso, tiene que enseñarme a hacerlo—golpee ligeramente sus costillas, el sonrió leve y me miró un poco confundido—
—Haa, claro, lo haré cuando me desocupe—sonrió plano sus labios y tomo el libro que anteriormente leía que ahora estaba en el suelo—Entonces si no necesita nada de mi, me retiro, estoy algo ocupado—mencionó y me pasó de largo—
—Amm, de acuerdo, supongo que tiene mucho que hacer, ¿nos vemos...—giré mi cuerpo pero ya se había marchado—...En la cena?—susurré mordiendo ligeramente mi labio—O tal vez no
Suspiré pesado y cambié mi semblantes nuevamente a uno triste. No sé porque de repente me sentí así, lo sé, no he sabido nada de mis hermanos ni de Asgard, aún no se que rayos está pasando con Steve y los demás, no he podido encontrar a Tony, todo eso me hace sentir mal. Pero ver cómo está tan ausente el hombre que me dió asilo en este lugar me hace sentir aún pero, ¿Porque?, No lo sé.
No he podido hablar mucho con el, ni si quiera me ha ayudado ni un poco en saber cuál es mi maldito poder interior. Y todo eso combinado con lo que sucedió hoy en la mañana. No creo que esté molesto conmigo, pero siento que le doy igual, y no se porque ese simple hecho me hace sentir fatal.
Saber que para Strange soy un cero a la izquierda, y que solo quiere mantenerme aquí para no traerle problemas a la Tierra. Está del carajo.
