Capítulo 14

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Bec y Bruno partieron a la habitación luego de una exagerada seguidilla de bostezos por parte de ella, que anunciaban su retirada. No estoy segura si el objetivo era dejarnos solos, o por el hecho de que mi hermano le siguiera la corriente significaba que necesitaban una habitación para seguir toqueteandose sin pudor. 

O ambas. 

Dan y yo nos habíamos quedado solos. 

El fuego emitía chispas, los grillos daban una serenata y el silencio de la noche nos acompañaba. Me sentía a gusto de una manera que nunca antes había experimentado. 

Gracias… por haber venido - balbuceé un tanto nerviosa. 

Bueno, en realidad no tenía nada más interesante para hacer - suspiró. 

Mi expresión cambió por completo dejando a la vista que su respuesta era ofensiva. 

Dante soltó una carcajada y añadió - Estoy bromeando. Siempre la pase muy bien en este lugar, aunque esta vez tiene un condimento diferente. 

Su mirada ahora era penetrante. 

¿Y se puede saber cual es ese condimento tan especial? - lo seguí. 

Vos. - replicó. - Que vos y yo podamos estar así. 

Pum. Directo otra vez. Ya no había lugar a las especulaciones. Y yo no iba a dejar que otra vez la duda se apoderara de mi. 

Todos en algún momento de su vida encuentran a alguien para compartirla. Ese encuentro generalmente está condicionado por el espacio geográfico que ocupamos, porque nos relacionamos, en su mayoría, con quienes están a nuestro alrededor. 

Eso me lleva a pensar que tal vez algunas casualidades y encuentros pudieron haber sido buenos, pero tener la certeza de que esa persona, es LA persona, y que lo es aún encontrándose en el otro extremo del mundo, no son casualidades que ocurren a menudo. 

Hay aura, química, compañía, calidez, arraigo y desarraigo. Hay cosas que por más que pudiera encontrar las palabras justas para describirlas, sólo quienes la encuentran y las sienten, saben a lo que me refiero. 

Fue así como dejé el coraje de lado y me lancé al vacío. 

Me incliné hacia él y fui directo a su boca, mis labios chocaron con los suyos, al principio con timidez, luego con firmeza. 

Mantuve el contacto por unos segundos y me alejé. 

Dante me observaba con una leve expresión de sorpresa. ¿Había interpretado mal las señales? ¿La química entre nosotros era producto de mi imaginación?

Perdón, no se que pensab… - dije mientras me levantaba para huir, pero él fue más rápido y me tomó por el brazo antes de que pudiera terminar la frase. 

Me pegó a su cuerpo sin despegar su mirada de la mía. Volvió a chocar sus labios con los míos, esta vez con más dureza, con decisión. 

Y me besó de una manera increíble, hundiendo sus labios en los míos, jugando con mi lengua, ciñendome contra su cuerpo que se ajustaba a la perfección con el mío. Su mano rodeaba mi cintura y con las mías en su cuello, lo atraía hacia mi. 

Nos besamos por un largo rato. Su aroma inundaba mis sentidos. Sentía la energía que emanaban nuestros cuerpos. El cuerpo intelectual, el espíritu y el alma de ambos se habían fusionado para dejar el plano físico en el que vivimos todos los días. 

Ninguno de los dos cedía, hasta que se alejó tan solo unos centímetros para acariciar mi mejilla, mientras me miraba con ternura. 

Alaska.. - Su respiración estaba agitada. - Creo que nací esperando que este momento ocurriera. 

Se parecía al océano Where stories live. Discover now