Capitulo 7

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Hermione se comunicó por Red Flu a primera hora de la mañana del día siguiente con Kingsley y una hora más tarde una lechuza del ministerio, regresó con una carta y un objeto, bastante ordinario, atado a su pata.
Desenrollo el pergamino que avisaba que el traslador se activaría a las 8:05 am y que volvería a activarse para que volvieran a Bulgaria a las 9:05 am.
Hermione observó el reloj y faltaban sólo cinco minutos para que se hiciera la hora. Salió de su habitación y fue a buscarlo no sin antes comprobar satisfactoriamente que Raven ya se había ido de ahí.
Encontró a Malfoy sobre la encimera de la cocina comiéndose unos pasteles que seguramente había pedido a Trunky, ya que se encontraba a su lado mirándolo con especial adoración, seguramente alegre de que alguien lo necesitara al fin.
-Malfoy, nos vamos en cinco minutos. Apúrate.
El rubio agradeció a Trunky, logrando que la castaña trastabillara sin poder evitarlo. El gesto le levantó el humor aún más al rubio y siguió de cerca a la castaña, estudiando cuidadosamente sus curvas por detrás.
No está nada mal. Pensó con arrogancia.
La conversación de la noche anterior despertó muchas dudas en su ya atrofiado cerebro. No pudo dormir por pensar en que nada tenía sentido. El hecho de que la "Santurrona Granger" hablara como una maestra del sexo sin tabúes ni restricciones no ayudó. Y luego estaba la creciente duda de quien sería aquel que murió en la guerra. Al principio considero que en serio se trataba de él, pero luego de analizar la idea (sólo un poco) la desechó de inmediato. Ella había demostrado que seguía sin soportar su mera presencia, ademas vio en sus ojos una profunda adoración por esa persona de la que, claramente, estaba enamorada. Sería imposible creer que se trataba de él. Además de ser así no estaba muy seguro de poder corresponder a sus sentimientos con tal intensidad. Simplemente no le nacía. Si, ya no le parecía tan horrenda y no podía negar que no sería tan horrible llevársela a la cama, pero seguía siendo Granger y eso... era imposible, simplemente inverosímil.
Imposible.
Se detuvo en su habitación, tomó su túnica y entró por la puerta de una impaciente castaña.
-Uno pensaría que una mujer impaciente en la puerta de su habitación desencadenaría muchas cosas...
-Ninguna de las cuales que pasan por tu creativa mente, sucederá. - respondió Hermione con una divertida sonrisa en su rostro.
No te imaginas lo creativo que estoy desde ayer. Pensó para sus adentros, aunque dejó salir una sonrisa de medio lado que Hermione observó con una ceja alzada, como adivinando sus pensamientos.
Intento cortar ese extraño pero cómodo momento en el que parecían dos adolescentes hormonales, tendiéndole el diminuto objeto.
¿No había uno más pequeño? Critico para sus adentros en cuanto los dedos de él rozaron los suyos, provocando varios choques de electricidad en varias zonas de su cuerpo.
Su sonrisa de diversión solo se extendió y para incomodarla aún más, envolvió su pequeña y delicada mano en la suya con firmeza.
-¿No podían enviar uno más pequeño? - refunfuño Draco justificando el agarre de su mano.
Hermione bufó concordando con él, sintiendo las mariposas esparcirse por su vientre.
El traslador se activó y unos segundos después (que parecieron horas) aparecieron en el Salón de Malfoy Manor.
Draco fue el primero en soltarse. Hermione guardó el traslador en el interior de su túnica y siguió al rubio que, sin desperdiciar ni un minuto, se encontraba subiendo de dos en dos las escaleras de mármol.
Hermione aviso a Tonks de lo que deberían hacer esa mañana y le pidió que mantuviera entretenidos al resto del equipo, los cuales se taladraban la cabeza buscando pistas donde no las había. Hermione se sentía realmente culpable por ellos pero no podían delatar a Narcissa sin delatar a Draco en el acto.
El rubio caminaba con paso decidido por los pasillos y subía escaleras sin detenerse ni un segundo. Sabía exactamente lo que había ido a buscar o mejor dicho comprobar.
Hermione pensó que se perdería en ese lugar si perdía de vista a Draco. Así que lo siguió muy de cerca, casi chocando con él cuando abruptamente se detuvo frente a unas grandes puertas dobles. Todo en esa mansión era grande y magnifico. Exagerado, diría Hermione.
Una vez dentro, Hermione dedujo rápidamente que se trataba de la habitación de Narcissa. Mientras ella examinaba la magnificencia del cuarto, Draco parecía muy concentrado revisando los atuendos del armario. Bufo frustrado y abrió una puerta dentro de la misma habitación. Hermione se asomó y comprobó con gran asombro que se trataba de un inmenso vestidor.
Draco movía los ganchos de ropa de lado a lado, buscando claramente algo. Estaba apunto de preguntarle que buscaba, para así ayudarlo cuando se detuvo en una túnica color borgoña y un ceño muy fruncido se formó en su rostro.
-¿Que sucede? - pregunto Hermione acercándose para ver la hermosa túnica que el chico sostenía con los puños cerrados. Su mandíbula comenzó a tensarse y la miró como sopesando la idea de decirle la verdad.
Después de todo era la única persona que sabía más de él que él mismo.
-No está secuestrada.
-¿Que? ¿Como sacas esa conclusión?
-Cuando supo que le habían otorgado el permiso, llamó a Madame Malkins para que le confeccionara una túnica, después de todo iba a ver a su amiga...
-Su amiga en coma mágico... - Hermione agregó con obviedad.
-Si, lo mismo pensé yo. Pero después de pasar tanto tiempo encerrada, supuse que vio la excusa perfecta para confeccionarse algo nuevo.
-Que ridicula suposición.
Draco parecía estar de acuerdo con ella pero no pensaba decírselo.
-¿Entonces dices que como la olvidó aquí ya no está secuestrada? Eso no es...
-Me envío a buscársela, ya que obviamente sus fondos están congelados, para que yo la pagara. - dijo interrumpiéndola, ella lo miró como sin entender todavía el punto. - me costó 20.000 galeones.
-¿QUE?
El rubio rodó los ojos.
-Lo que nos lleva a la siguiente pregunta ¿Crees que una persona que lleva tanto tiempo deseando salir de aquí, manda a hacerse una túnica a su gusto y que paga una desorbitante suma de dinero por ella, la olvidaría por error? - preguntó probando su punto. Empezó a registrar los bolsillos de la túnica, mientras Hermione terminaba de asimilar lo de los 20.000 galeones.
-Tienes razón. No es lógico.
Se puso mortalmente serio a medida que sacaba una fina cadena de oro de uno de los bolsillos de la túnica.
-¿Y eso es?
Draco no le contestó. Pudo ver que sus ojos comenzaban a oscurecerse, se pasó una mano por el cabello con frustración y se mordía los labios con fuerza.
¡Concéntrate Hermione!
De repente el chico se dio la vuelta y pateo con todas sus fuerzas una butaca. Hizo lo mismo con las puertas del closet y con un espejo que rompió en mil pedazos.
-¡Draco!
La mención de su nombre lo trajo a la realidad. Estaba respirando con dificultad y la rabia lo inundaba. Todo en él era furia, dolor, miedo y culpa.
-Es de mi madre. La tomaba entre sus dedos cuando algo le preocupaba. Yo le preguntaba que ocurría y ella me contestaba "Estoy bien". - dijo entre dientes, sus ojos fuertemente cerrados y la cabeza inclinada hacia atrás.
Su madre iría a Azkaban. No estaba secuestrada. Esto era considerado una fuga y todo por ese maldito Giratiempos.
Entonces sintió una mano posarse insegura en uno de sus hombros. El roce era reconfortante y a la vez insuficiente.
-Deja de preocuparte. No voy a delatarlos. - la escuchó susurrar a sus espaldas. De alguna manera supo que no lo haría, después de todo ella tenía parte de la culpa.
-¿Para que querría el Giratiempos tú madre? - su pregunta estaba impregnada de miedo.
-¿Draco? - volvió a preguntar al no obtener respuesta del chico. Se puso frente a él sin dejar de tocar su hombro.
La suavidad con la que sus labios pronunciaron nuevamente su nombre lo hicieron despertar del trance de furia en el que estaba, para encontrarse de frente con la mirada llena de preocupación de la castaña.
-Lo quiere para mi. Quiere que recupere mis recuerdos. - dijo sin parpadear. No quería perderse ni un segundo la reacción de la chica.
La castaña palideció al momento de escuchar eso y abrió los ojos desmesuradamente.
-¿Que es lo que no quieres que recuerde Granger? - preguntó cuando percibió el miedo en su mirada. - te das cuenta que si no hubieras huido y me hubieras dicho de una buena vez lo que tanto ocultas ¿Nada de esto estuviera pasando?
-¿Como planea hacer que recuperes tus recuerdos? Ese Giratiempos no te llevará al lugar de los hechos. Tomarías tu puesto y cambiarías muchas cosas, por si no lo haz notado no sabes nada de lo que paso ahí. - dijo con una exasperante rapidez, sus voz poniéndose cada vez más y más aguda.
-Pues tal vez eso sea bueno...
Ella se alejó dos pasos de él, negando fervientemente con la cabeza. Sus ojos empezaban a enrojecerse y sus labios estaban parcialmente abiertos.
-¿Que no estás escuchando? ¡Cambiarias toda la historia! Voldemort podría seguir vivo, tu y...
-¿Yo que Granger? - la interrumpió, sus ojos grises la taladraban. Obviamente no pensaba volver en el tiempo a cambiar nada. Le gustaba su vida tal y como era ¡Todo lo que él quería era recordar maldita sea!
Ella selló sus labios. No podía decir más. Estaba furiosa, asustada y bastante vulnerable. Justo ahora, podía entrar en su mente con facilidad si se lo proponía.
-¿Que es lo que no quieres que recuerde, Granger? - volvió a preguntar, esta vez con suavidad.
Ella negó, tragándose el nudo en su garganta. Sabía que estaba apunto de llorar.
Ella le estaba ocultando algo muy importante o sino no se pondría de esa forma. Pero ¿Valía la pena presionarla tanto? ¿A ella que acababa de decirle que no pensaba delatarlos, que se veía más que dispuesta a ayudarlo?
Podía entrar en su mente ahora mismo y saber todo lo que se esforzaba por ocultarle.
Podía hacerlo y acabar con esto.
Podía y no lo hizo.
Dio dos pasos atrás y escuchó claramente cómo ella volvía a respirar. Estaba bastante consciente de lo indefensa que estaba ante él y aún así no peleo mas. Ni siquiera intentó levantar su varita.
Por primera vez, tuvo la oportunidad de vencer a Hermione Granger y humillarla, pero no lo hizo.
-Tenemos que encontrar a mi madre. No tengo pensado volver en el tiempo ni mucho menos ir a Azkaban y tampoco quiero que ella lo haga.
Ella alzo la mirada al escuchar sus palabras. Estaba claramente sorprendida por haberla dejado ir tan fácilmente. Sus ojos y sus mejillas estaban rojas, se veía adorable.
-Por favor Granger, ayúdame a encontrarla antes que los demás y prometo no volver a meterme en tu vida.
Hermione solo asintió como toda respuesta.

2 años y 1 mesWhere stories live. Discover now