Capitulo 1

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No saben la alegría que me da saludarlos de nuevo, aquí les traigo la ansiada secuela de El Giratiempo.

Aunque ya todos conocemos el final quiero ahondar un poco más en esta historia.

Les agradezco enormemente por colocar El Giratiempo en sus historias favoritas, me alegra mucho que la disfruten tanto como yo escribiéndola.
Bueno ya no los entretengo más, aquí está lo que tanto han esperado, el primer capítulo de 2 años y 1 mes.
ADVERTENCIA: No leer si no has leído El Giratiempos ya que esta es una secuela. Si aún no la has leído búscala en mi perfily déjame un lindo review al terminarla! :)
(Por cierto, este capítulo está contado en primera persona, pero los demás no son así, esto era necesario para que nos quedaran claras las emociones e intenciones de este nuevo Draco)
¡Ahora si, a leer!

CAPITULO 1

Me había preguntado muchas veces, quizás demasiadas, lo que debió sentir el viejo chiflado al caer de la Torre de Astronomía.
A pesar de no haber sido completamente mi culpa, no podía olvidarlo.
Tal vez por eso, sentí literalmente que caía de esa Torre. Un torrente de emociones e imágenes inundaron mi mente, pensé que estaba viendo mi vida pasar frente a mis ojos, hasta que vi una imagen, que me confirmó de hecho, que no se trataba de mi vida.
Simplemente no podía ser y antes de poder analizar por qué la imagen de Granger se repetía una y otra vez en mi cabeza, sentí literalmente como me estrellaba contra el suelo.
Lo curioso es que no morí, sino todo lo contrario.
Abrí mis ojos desmesuradamente, inhalé una brusca cantidad de aire y sentí mi corazón latir con fuerza.
Estaba en una cama. No era mi cama. Todo era blanco y la ropa que vestía definitivamente no era la última que recordaba usar.
¿Estaba muerto? Bueno quizás eso explicaba por qué estaba vestido de blanco. Pero era imposible, si lo estaba, quería decir que Potter y Weasley (quienes me miraban de pie con expresión preocupada) también lo estaban y dudo mucho que hayamos ido a parar al mismo lugar.
-Malfoy. - dijo Potter. - Bienvenido de vuelta.
-¿De vuelta? ¿Que me hicieron Potter? - dije con desdén. Se que debía ser menos grosero pero me molestaba estar en clara desventaja, no entendía nada de lo que me estaba pasando y ellos al parecer si.
Vi como le asentía a Weasley y este con una última mirada de lastima hacia mi salió de la habitación.
Sentía la sangre en mis venas arder.
-Habla de una vez Potter. - insistí con rabia.
-Es una larga historia, así que vas a tener que calmarte si quieres saberla. Sino, me daré la vuelta y tendrás que apañártelas solo y te aseguro, que soy el único que podrá darte respuestas. - dijo arrastrando una silla y sentándose frente a mi.
Asentí de mala gana.
-Habla de una vez. - dije con voz un poco más conciliadora. Solo un poco.
Él parecía pensárselo. Si no sabía por dónde empezar quería decir que fue algo muy grave. Empezaba a impacientarme.
-¿Qué es lo ultimo que recuerdas? - preguntó.
Sin pensarlo, no se por qué, respondí lo primero que me vino a la mente.
-Granger.
Sus ojos se abrieron con sorpresa y nerviosismo ¿Le había pasado algo a la Sangre-sucia?
-¿Que recuerdas de Hermione? - preguntó evidentemente nervioso.
¿Que recordaba de ella? No lo sabía. Ni siquiera se por qué era el último recuerdo de mi mente. Hice un esfuerzo sobrehumano y entendí la razón de ello.
-La estaban torturando, mi tía Bella, en la mansión ¿Esta...? - iba a preguntar si estaba muerta y me detuve ¿Por que coño eso me importaba?
-Ella está bien... - dijo con clara decepción. - Mira Malfoy se que lo que diré a continuación sonara descabellado pero es la verdad. Puedo enseñarte mis recuerdos siempre que lo desees.
Asentí instándolo a continuar, que fastidioso era este. Gracias a Salazar nunca estrechó mi mano el primer día de clases, no lo toleraría como amigo nunca.
-Viniste del futuro a ayudarnos a derrotar a Voldemort.
Espera... ¿Que?
-¿Que? - pregunte furioso ¿Este cuatro ojos pensaba que tenía ánimos de jugar?
-La noche que torturaban a Hermione, volviste del futuro y tu otro "yo" ocupo tu lugar. Nosotros logramos escapar y como ya sabías lo que ocurriría a continuación, escapaste con nosotros.
-¿Por que haría esa estupidez? - pregunté con recelo ¿Que tan malo habría sido ese futuro para impulsarme a unirme a este idiota?
-Al parecer, perdimos en el futuro. Y volviste para ayudarnos a derrotarlo porque era un futuro muy oscuro, incluso para ti.
-¿Como se supone que ocupe mi lugar? Los Giratiempos no funcionan así, Potter. - dije con desdén. No tenía sentido nada.
-Usaste un Giratiempos muy particular, es de tu familia, que por cierto es bastante peligroso e ilegal y voy a tener que pedirte que lo entreguen cuanto antes. Pero no hay apuro, estamos en deuda contigo. Bueno con tu "Yo del futuro".
-¿En deuda? Eso quiere decir...
-Lo logramos, acabamos con Voldemort. - dijo confirmando mis sospechas.
Una oleada de alivio me invadió. Gracias al cielo. Merlín como odiaba a ese mestizo de mierda. Pero eso quería decir que...
-¿Mis padres? - pregunté con preocupación.
-Ellos se entregaron Malfoy. Tu padre pasará una buena temporada en Azkaban pero tú madre cumplirá su condena en su propia casa. Tú, por supuesto, al ayudarnos quedas libre de toda culpa. Incluso de esa horrible marca en tu brazo. - dijo señalando mi brazo al descubierto.
Pude apreciar que la marca ya no tenía ese color negro oscuro de antes, ahora era gris, casi borrosa.
-No puedes hablar de esto con nadie Malfoy. Los únicos que sabemos que volviste en el tiempo somos Ron, yo y algunos miembros de la orden. El resto solo sabe que escapaste con nosotros esa noche en la mansión porque no estabas de acuerdo con Voldemort y peleaste de nuestro lado.
-¿Y Granger? - preguntó mi boca sin pedirme permiso ¿por qué coño seguía pensando en ella?
Potter me miró confundido y un atisbo de comprensión inundó su mirada ¿Qué no estás diciéndome Potter?
-¿Que pasa con Hermione? - preguntó como si no entendiera mi pregunta.
La verdad yo tampoco entendía por que seguía mencionándola.
-¿Ella también lo sabe? - pregunté. No se por que pero ya que mi lengua hablaba por mi, tenía que explicarme.
Él se mantuvo en silencio por unos cortos segundos mirándome con ¿desconfianza? No entendía por que me miraba así, pero de no ser un excelente Occlumante, juraría que estaba intentando entrar en mi mente.
-Si, ella también lo sabe. - dijo al cabo de unos segundos. Se levantó de su silla y entendí que esa sería toda la conversación que tendríamos hoy.
Tomó un frasco de la mesita junto a mi cama y apuntó su varita en su sien. Extrajo un hilo plateado y lo depositó en el frasco para luego dármelo.
-Por si te quedan dudas. - dijo - búscame si necesitas algo, por inverosímil que suene, estoy en deuda contigo. Ah, por cierto, hoy es 12 de mayo. Ha pasado poco más de un mes.
Se dio la vuelta para irse pero aún me sentía muy confundido ¿Estuve todo un mes fuera de mi mismo?
-¿En este frasco están todos los recuerdos de ese mes? - pregunte con temor. No estaba seguro de querer saber que hice en todo ese tiempo.
-No todos. Solo algunos, los más importantes. - dijo dándome la espalda, evadiendo mi mirada inquisidora.
-¿Que paso en ese mes Potter? Te exijo que me digas lo que sea que te estás guardando. - exigí con más odio del que debía.
-Esto es todo lo que necesitas saber por ahora. - dijo y se fue sin darme tiempo a formular una respuesta.
Maldita sea.
¿Que fue lo que hice?
—————
Mi madre me recibió con un efusivo abrazo. Su muestra de afecto me sorprendió mucho al principio pero después de recordar las miradas cómplices y escuchar unas trescientas veces "Gracias señor Malfoy por hacer lo correcto", empecé a acostumbrarme.
Mentira. No podía acostumbrarme.
Nada más llegar me encerré en la biblioteca y busqué el pensadero.
Que alivio saber que no habían mortifagos merodeando el lugar.
Vertí los recuerdos de Potter y me sumergí rápidamente sin siquiera tomar aire.
Y vi todo.
Vi como me sujeté a ellos y desaparecí esa noche de la mansión. Vi como me desangraba sobre la arena y como Granger se arrodillaba a mi lado peleando con Weasley para ayudarme.
Vi como me curaron y como me interrogaron luego de darme el Veritaserum, el cual pedí voluntariamente. Esto si no lo vi venir.
Luego vi como Granger faltaba a su palabra y se aprovechaba de mi en esas condiciones. Maldita bruja, pero luego casi se lo agradecí porque sólo de esa forma confirmé que de hecho si venía del futuro.
Maldita bruja brillante.
Y eso fue todo.
¿En serio Potter creía que me quedaría de brazos cruzados?
Sabía que no debía darle demasiadas vueltas al asunto. Es decir, ya no habían mortifagos desagradables rondando mi casa. Voldemort no existía y él había salido impune de todos los cargos. Su madre estaría encerrada pero en su propia mansión con todas las comodidades y el bastardo de su padre se pudriría en prisión.
¿Que más podía pedir?
¿Por que seguía dándole vueltas al asunto? Era demasiado pronto, se dijo a sí mismo.
Con el pasar de los días lo olvidaría, lo dejaría pasar.
O eso esperaba.
————
Se estaba volviendo loco.
Había pasado un mes y aún le daba vueltas al maldito mes que estuvo inconsciente y es que era imposible dejarlo pasar cuando en todas partes me miraban como si fuera un maldito héroe.
Tuve que decirle la verdad a mi madre, ya que llegue a un punto de tal paranoia que creí que Potter me estaba engañando y esos recuerdos no eran verdaderos.
Tenía que confirmar que ese Giratiempos si existía, además de que necesitaba hablarlo con una persona y ahora me arrepentía de haberlo hecho.
Mi madre me preguntaba unas veinte veces al día, si estaba bien luego de pasar treinta minutos viéndome como a un pavo real herido.
Me estaba volviendo loco en la mansión encerrado. Necesitaba salir y distraer mi mente.
Decidí contactar a Potter y aprovecharme de la relación cordial que mi otro "yo" parecía haber logrado por mi.
Se sentía realmente en deuda conmigo y no iba a desaprovechar esa oportunidad.
Así que con solo pedirlo, obtuve un puesto en el cuartel de aurores, aunque no me esperaba que fuera en la misma división que Weasley y Potter, pero tampoco me podía poner a exigir. Algo me decía que no debía tentar mucho a mi suerte.
Ademas sospechaba que querían mantenerme vigilado. Pero no me importó. Era eso o volver a Hogwarts a cursar el último año y claramente no pensaba hacerlo.
Tenía entrenamientos de lunes a viernes durante el día y clases de reforzamiento teórico en las noches. Llevaba ya un mes y medio de estudios. Era una excelente distracción y una muy buena forma de evadir a mi madre y sus miradas. Pero eran los sábados y domingos, que perdía el control sobre mi mismo.
Evadía la biblioteca hasta el medio día hasta que la curiosidad me mataba y pasaba el resto del día ahí encerrado.
Leía y buscaba información hasta que mis ojos se cerraban y me quedaba dormido sobre el mullido sillón y un libro medio abierto sobre mi pecho.
No salía con mis amigos. No salía con mujeres. No parecía yo mismo.
La obsesión por saber, no sé qué coño, me estaba consumiendo. No entendía que era lo que buscaba tan obstinadamente en aquellos libros, solo sabía que tenía un gran vacío en mi interior.
Algo me faltaba y esa sensación no me abandonó hasta el día que el idiota de Blaise me llevó de nuevo a San Mungo.
*
-Te ves hermosa Daphne. - dijo el moreno besándola descaradamente en el cuello delante de mi y su hermana, Astoria.
No pude evitar alzar una ceja con escepticismo ante la desfachatez de Blaise y unas irrefrenables ganas de salir de ahí se apoderaron de mi. Me volteé y vi que Astoria, la hermanita de Daphne, también los miraba con desdén. Reprimí una sonrisa.
-Voy por un trago. - dije sin esperar respuesta de ella, pero me siguió de igual manera a la barra.
Pedí un whiskey de fuego para mi y se quedó observándome esperando a que le ofreciera algo.
¿Cuantos años tenia? ¿Podía siquiera estar en ese bar?
-¿No vas a ofrecerme nada? - preguntó con voz chillona.
-¿Quieres algo? - dije con pereza sin verla.
-Eres un idiota. - la escuché decir alejándose.
Tenía razón. Me estaba comportando como un completo idiota. Tenía a una mujer realmente hermosa en frente y no me provocaba nada. Tal vez se deba al hecho de que sabía que era la hermana menor de una de mis amigas. Si debía ser eso.
Me bebí de un solo trago el vaso completo y pedí dos mas. Me bebí el segundo al igual que el primero y tome el tercer vaso entre mis dedos. El bartender me atendía complacido, pensando que se haría la noche con mis propinas.
Levante la mirada e inspeccione un poco el lugar. Me di cuenta que Potter y Weasley estaban al otro lado de la barra hablando entre sí. El Pobretón no dejaba de verme con cara de perro y Cara-rajada le decía algo.
Nuestra relación podría definirse "pasiva" en estos momentos. Yo me mordía la lengua cada vez que esos apodos querían salir de mi boca y ellos mantenían sus distancias conmigo, algo difícil de creer puesto que los veía todos los putos días, pero inexplicablemente, ellos respetaban mi espacio.
A excepción de Potter que en varias ocasiones se ponía realmente pesado preguntándome si necesitaba alguna cosa, haciendo que me pregunte si es que ese cuatro ojos se enamoró de mi durante ese mes, pero luego de ver a la pelirroja esperarlo cada viernes después de los entrenamientos y los intercambios de saliva que hacían frente a todos, eliminé esa posibilidad.
Gracias a Salazar.
Lo que no entendía era por qué Weasley me veía de esa manera. Seguramente eran los tragos.
Cada día me cabían menos dudas de que esos dos ocultaban algo. La única vez que confronte a Weasley me dijo que nada importante había pasado en ese mes que estuvimos bajo el mismo techo, pero Potter me había dicho algo muy diferente. En las dos ocasiones que lo confronte me dijo que lo que me enseñó en los recuerdos era todo lo que necesitaba saber.
Lo que me llevaba a mi siguiente pregunta ¿Que había sido de Granger? Porque parecía que se había evaporado del mapa. Ella estaba viva, lo sabía por las múltiples entrevistas que publicaron en cada revista y periódicos durante un mes.
Pero luego nada. Tenia aproximadamente un mes sin escuchar nada sobre ella.
Tal vez ahí estaba la respuesta. Debía buscarla y confrontarla y tal vez, si la agarraba desprevenida, podría usar Legeramancia en ella.
Se levantó decidido a buscarla y tuvo que sujetarse fuertemente de la barra. Vio que habían unos cinco vasos vacíos al frente suyo ¿Se los había tomado todos él?
Hizo un rápido estudio del lugar buscando a Blaise, mareándose en el acto.
Maldita sea. Maldito bartender. No le dejaría propinas.
Achicó los ojos buscando una vez más a su amigo. Maldito Blaise.
Vio la rubia cabellera de Astoria, excelente. Por lo menos ella podría ayudarlo. A medida que se acercaba se dio cuenta que La Comadreja estaba diciéndole algo al oído y ella negaba con una sonrisa insinuante ¿La estaba cortejando? ¿Que se creía? ¿Acaso no vio que vino con él?
Sin pensarlo dos veces, lancé un golpe certero en su pómulo derecho.
Bien. Por lo menos mi orgullo de hombre ahora estaba intacto.
Estaba.
Weasley se abalanzó contra mi sin piedad. Gritándome cosas que no entendía a medida que me propinaba puñetazos en la cara "¿Por que le haces esto? ¡Es tu culpa, tu maldita culpa!"
¿Que le pasaba a este imbecil? Era mi problema si quería o no invitarle un trago a Astoria ¿Por que se lo tomaba tan personal?
Entendí que estaba realmente borracho cuando sus golpes dejaron de dolerme y eran sus palabras las que me apuñalaban.
Fueron tres o cuatro puñetazos, pero yo solo sentí el primero, luego de eso, sentía como cada acusación suya me calaba hasta los huesos y una pequeña parte de mi se sentía muy pero muy mal.
Blaise llegó por fin. Ah no, era Potter.
Vi cómo levantaba al pelirrojo y lo regañaba "¿Que haz hecho?" Decía agarrándose la cabeza.
"¿Que te importa Potter?" Pensé.
-¡Draco, hermano háblame! - la voz de Blaise me perforaba los tímpanos.
-Estás sangrando ¡Mierda!
"No me digas".
Nos aparecimos en San Mungo y Blaise seguía gritando en mi oído. Este bastardo... Tomé nota mentalmente para vengarme de él cuando una figura castaña salió de una de las habitaciones.
Achiqué los ojos. No podía creer mi suerte. Era ella.
Bueno, estaba borracho, desde luego que podía ser una ilusión. Mi mente claramente se divertía a expensas mias así que decidí seguir la corriente de los sucesos y me deje llevar por el ridiculo panorama frente a mi.
"Hasta que se me pase la borrachera." Pensé.
Me deje llevar por ella, estaba bastante interesada en evitar mi mirada. Evidentemente no estaba a gusto curándome ¿Que se creía? ¿Que clase de Medimago actuaba de esa forma?
- No sabía que me odiaras tanto Granger. - Dije, siguiéndole la corriente a mi imaginación poco creativa.
-¿Odiarte? - Dijo evitándome a toda costa.
"Vamos, mírame." Empecé a prepararme para entrar en su mente, olvidándome por completo que era una ilusión creada por mi mismo. Lo más que podía pasar era que me ganara otro puñetazo en la nariz, que más da.
-Si no es odio ¿Por que razón te comportas de esa forma? - dije con fastidio.
Podía escuchar su corazón latir con fuerza y las grandes bocanadas de aire que tomaba para calmarse.
-No te odio, Draco.
Eso, definitivamente no me lo esperaba. Ahora estaba más seguro que nunca que no era una ilusión. Jamás la había oído decir mi nombre. Era imposible que mi mente creara eso.
Estaba en presencia de la verdadera Hermione Granger. Tenía que aprovechar esta oportunidad.
Me preparé para la intromisión cuando se posicionó sobre mi rostro, pero algo me detuvo.
Su olor.
Ese olor me era muy familiar, no sabía por qué, pero me recordaba al día en que desperté.
-¿Que? - preguntó ella con un hilo de voz.
Sus ojos miel me miraban con algo de temor. Su aliento me dio de lleno en el rostro y aunque la reacción más lógica sería alejarme de ella, no lo hice. Inexplicablemente mi cuerpo disfrutaba de su cercanía. Maldije al alcohol por décima vez esa noche.
Su olor y su mirada me desestabilizaron. La poca concentración que reuní para entrar en su mente se esfumó. Estaba molesto. Confundido ¿Que carajo tenía ese Whiskey?
-¿Desde cuando me llamas Draco, Granger? - dije molesto, tratando de intimidarla. No tenía permitido llamarme por mi nombre ¿Que clase de confianza era esa?
Pero al ver todo el color abandonar su rostro entendí que, sin querer, había dado en el clavo.
Ella también estuvo bajo el mismo techo que yo un mes entero y si tenía la osadía de llamarme por mi nombre es porque yo se lo permití.
Con ese pequeñísimo desliz, encontré una pieza importante del rompecabezas.
Y si ella creía que la interrupción del inepto de Theo la había salvado, le enseñaría que estaba muy equivocada.
No se libraría de mi tan fácilmente, como que me llamo Draco Malfoy, voy a averiguar que me pasó durante ese mes.
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N/A: Que le pareció? Este capítulo es algo así como el prólogo, muy necesario para lo que viene a continuación.

2 años y 1 mesKde žijí příběhy. Začni objevovat