Capitulo 6

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-¡¿Que hiciste qué?! - gritó Tonks.
-¡Tonks! - dijo Hermione bajando la voz.
-¡La habitación está insonorizada! Además ¿En que estabas pensando Hermione? - preguntó muy preocupada por la chica.
-Lo se. Se que estuvo mal... No estaba pensando y solo sentí que lo necesitaba y lo hice. Soy una idiota Merlín...
-¿En serio? Explícame por favor ¿Como esa clase de tortura iba a ayudarte? - Tonks se paseaba de lado a lado en la habitación de ella. Hermione sentía que estaba hablando con su madre.
-¡Pues si me ha ayudado! Draco no... él no... no fue... - se cortó, no sabiendo o no queriendo decir en voz alta lo que ahora sabia.
-No fue lo mismo ¿cierto? - completo Tonks al cabo de varios segundos en silencio.
Le daba muchísima pena ver a su amiga de esa forma pero tal vez no fue tan mala idea. A veces saltarse toda esa parte de la ilusión y expectación sería lo mejor.
Hermione siempre había sido una persona práctica y ahora lo entendía. Pasó directo a la desilusión, el entendimiento de que no era la persona de la que se enamoró y quizás ahora todo sería más fácil para ella.
Quizás.
-Volvamos a lo importante ¿Quieres? Tenemos un nuevo problema. Puede que Narcissa no esté realmente secuestrada. Lo cual me preocupa quizás más porque quien sabe para que quiere ese Giratiempos. - intentó desviar el tema.
Habían pasado seis días desde su desaparición y aún no habían resuelto cómo manejar la situación.
-¿Le preguntaste a él? Estoy segura de que debe saber algo más.
-No, no lo hice...
-Estabas haciendo otro tipo de investigación ¿no? - bromeó la chica ya menos molesta.
Hermione la miró ofendida.
-Tal vez si son familia, ustedes dos. Tienen bastante en común. - la acusó Hermione a lo que Tonks río.
Se acerco a la castaña que se encontraba tendida en su cama con los ojos cerrados. Le acaricio el cabello y se tumbo junto a ella.
-Hermione... no puedes acercarte mucho a él. Te hará daño.
-Lo se...
-No imagino lo difícil que es todo esto para ti, pero debes dejar de pensar que es "Draco", piensa que es "Malfoy". El mismo que te molestaba en el colegio a ti y a los chicos. Dudo que el mismo Draco te quiera cerca de él ahora...
-Lo se... - dijo llorando en silencio. Tonks solo se limitó a abrazarla.
Pasaron así un par de horas en las que Hermione se desahogó y terminó de convencerse que no era él.
-Hermione... tienes que preguntarle que sabe su madre del Giratiempos. Es importante que no lo encuentre.
- Iré a hablar con él... - asintió y se levantó con pereza de la cama.
-Si bueno... a "hablar". - bromeó haciendo unas excesivas comillas.
Hermione no pudo evitar reír ante su broma y se contuvo para no insultarla. Su charla con Tonks fue renovadora y la necesitaba.
-Gracias...
-No hay de que. - respondió guiñándole un ojo.
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Se había levantado para seguir a Granger por el pasillo y ahora se encontraba de pie en medio de él como un idiota. Pero lo que más le desconcertaba era el adolorido bulto al sur de su cuerpo.
No entendía en que momento pasó. Solo sabía que estaba observando a la chica morena esa Raven hablar y luego que salió tras Granger.
De una cosa estaba seguro. Por Granger no había sido. No podía ser.
Inició su camino de vuelta a la sala de estar a lo que la morena casi se tropieza con él en la salida.
-Disculpa. - dijo con nerviosismo. Que oportuna, pensó Draco. - ¿Sabes a donde fue Hermione? Necesito mostrarle mi punto, esta cuerda de inútiles no me deja hablar.
-¿Frustrante no? - preguntó con voz ronca, como quien acecha una presa. La mujer se encogió aún más en su sitio, intimidada por la mirada gris del chico.
-Algo...
-No se donde está Granger, pero puedo ayudarte con esa frustración. - dijo encogiéndose de hombros con indiferencia, logrando un obvio suspiro de la chica.
-Te sigo entonces... - susurró con una sonrisa bastante sugerente.
Draco alzó una ceja y con paso decidido fue a su habitación, sin molestarse en verificar que la mujer lo estuviera siguiendo. Era un hombre y sin saber cómo, tenía un asunto que resolver, luego de eso, buscaría a Granger y resolvería lo del Giratiempos y su madre.
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Unos suaves golpes en la puerta lo sacaron de su ensoñación. Se rasco los ojos con pereza y descubrió que la habitación estaba en total penumbra. Vio la hora y se percató que eran pasadas las once de la noche. Sintió un cálido aliento sobre su hombro y se horrorizó al darse cuenta de que la chica se había quedado dormida y babeaba en su cama.
Genial, ahora tenía que cambiar las sábanas.
El intenso golpeteo le recordó por que había despertado en primer lugar y dando Gracias a Salazar por hacerlo salir de la cama que al parecer estaba compartiendo con esa mujer, se puso el pantalón y se acercó a la puerta sin molestarse en abrocharlo.
Abrió la puerta molesto todavía por el atrevimiento de la morena y para completar aquel cuadro de frustración, una estupefacta castaña sin palabras apareció del otro lado.
-¿Que se te ofrece Granger?
Hermione estaba, completa y literalmente, sin palabras. Ciertamente había afirmado hace varios minutos que morder la manzana, caer en la tentación de una vez, la ayudaría a salir adelante con ese sentimiento que la embargaba cada vez que veía al rubio.
Pensó con orgullo que su plan había funcionado al notar que no había adoración, ni entrega, ni pasión en la forma que la besaba. Solo un deseo carnal y mera curiosidad por saber que seguía. Aunque no podía negar que lo hacía igual de bien que como recordaba, al menos ahora comprobó que no era la misma persona.
Pero tenerlo frente a ella de esa forma, sin camisa, pantalón sin abrochar y cabello revuelto, era mucho. Demasiado. Era una vil jugada del destino. En cierto modo, parecía un castigo y en el fondo, muy en el fondo, sabía que se lo merecía. Era el mismo aspecto que tenía cuando terminaban de tener sexo.
Una ceja levantada en ese fino rostro de ángel la devolvió a la realidad. Ella llevaba un rato observándolo descaradamente sin emitir ningún sonido y la diversión en su rostro le decía que había sido bastante tiempo.
Pero aún seguía sin poder emitir ninguna palabra coherente ¿Para que había ido a buscarlo? ¡No podía recordar por más que lo intentara! Todo lo que quería era...
-Estoy ocupado Granger, así que a menos que quieras unirte... - dijo en tono burlón. Le pareció divertido la forma en que ella lo escrutaba y se ruborizaba sin decir ni una palabra. Recordó que esa tarde, ella lo miraba de forma parecida, solo que esta vez había más fuego en su mirada.
Hermione contuvo el aliento y frunció el ceño, cometió el error de mirar sobre el hombro del chico y ahí estaba la segunda parte de su castigo.
No, no, no. Este no es él, no es Draco, es Malfoy. Él jamás te haría esto.
Consciente del rubor en sus mejillas y que en cualquier minuto habría una cascada de lágrimas descendiendo sin piedad por sus mejillas, respiro hondo, enfrió su mirada y llamó a todo el autocontrol en su cuerpo.
-Malfoy, en cuanto termines de portarte como un adolescente hormonal, te necesito en mi habitación. - se dio la vuelta pero la suave risa del rubio la detuvo. Se parecía mucho a la de aquel hombre que tanto amaba.
-Granger, me sorprendes... Estoy algo agotado, pero creo que puedo sacar algo de fuerzas para ti. - dijo y sin poder contenerse comenzó a reírse de la cara que puso la castaña.
Hermione volteó horrorizada, comprendiendo el retorcido sentido que el chico le dio a sus palabras. Respiró hondo... por lo menos las ganas de besarlo se habían esfumado, ahora tenía ganas de matarlo, eso era bueno.
-Para hablar de tu madre y de lo que ya tú sabes. - puntualizó ella mirando con horror el brillo depredador en los ojos del rubio que estudiaba su figura.
-¿De que cosa? - la descarada figura de Raven, envuelta en las blancas sábanas de Draco, le sacó a Hermione una auténtica mueca de desprecio, la cual no pasó desapercibida para el rubio.
Draco se sobresalto al escuchar que la chica había despertado y ahora se apoyaba con toda la confianza del mundo en su hombro ¿Que demonios le pasaba a esta?
-Es clasificado. - respondió tajante Hermione.
-¿Como? Pero soy parte del caso, Hermione...
-No se si estás al tanto del manual reglamentario en un grupo de trabajadores, sección 5 párrafo 2. A él no puedo despedirlo ya que es su madre, por lo tanto...
Raven abrió los ojos desmesuradamente al entender lo que eso implicaba e intentó excusarse pero Hermione la detuvo levantando una mano.
-Recoge tus cosas cuando termines por favor. - dijo y se retiró del lugar tan rápido, que no tuvo tiempo de ver la expresión de auténtica diversión y gratitud en el rostro de Draco.
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A penas llego a su habitación y cerró la puerta se derrumbó. Tonks que aún seguía ahí se tiró al suelo junto a ella.
-¿Que paso Hermione? - preguntó preocupada por verla tan destruida, hace tan solo unos minutos se fue mucho más tranquila.
Ella le contó todo lo que vio como pudo.
-Tonks, está por venir, necesito calmarme por favor. No puede verme así... - dijo entre sollozos.
-Espera aquí, no abras si no soy yo.
Salió de la habitación y en menos de dos minutos regresó con un frasquito con una poción amarilla.
-Bébela toda.
Hermione sin pararse a preguntar que era la bebió.
-¿No vas a preguntarme qué es? - preguntó sorprendida y divertida Tonks.
-¿Debería?
Tonks se encogió de hombros y comenzó a reírse. Hermione se contagió de su buen humor y empezó a reírse también, olvidándose del dolor abrasador que la inundaba hace unos segundos.
-¿Que era eso? - se decidió a preguntar.
-Whiskey de fuego, con unas cuantas gotas de Félix Felicis.
Hermione al escuchar eso estalló en risas y Tonks con ella.
-¿No tienes más Whiskey solo? - preguntó Hermione. Tonks la miro con complicidad.
-Accio Whiskey de fuego.
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Él muy descarado se tardó en aparecer por esa puerta exactamente treinta minutos y cuando lo hizo al parecer no se molesto en acomodar su desordenado (y sexy) aspecto. Bueno al menos tuvo tiempo de tranquilizarse y de beberse dos copas más.
-Granger, ya estoy listo para el segundo round. - No pudo contenerse de burlarse de esa forma. Mucho menos después de lo que le pareció un ataque de celos por parte de la castaña. Eso o es que era demasiado santurrona. De cualquier forma, le parecía increíblemente satisfactorio burlarse a expensas suyas.
Estaba de buen humor, tuvo un buen polvo (bueno varios) ese día y Granger le daba material de sobra para divertirse. Además de que le ahorró la molestia de botar a la chica.
Ella estaba caminando de un lado a otro por la habitación, casi ni le prestaba atención a él.
-Estoy segura de eso hurón, pero no tengo planeado morir de indigestión hoy, así que pasemos a la conversación de adultos ¿Quieres? - dijo tomando varios pergaminos a la vez sin molestarse en mirarlo.
-Si sabes que es una cosa de adultos ¿no? Tener necesidades y todo eso. - siguió molestándola. Le encantaba.
Hermione lo miró con recelo, una idea surgiendo en su cabeza.
-Claro que no me sorprende de ti.- agregó Draco tomando un pergamino que ella tenía en la mano, sin permiso.
-¿Que quieres decir, hurón? - preguntó, mordiendo el anzuelo.
-Vamos, no es secreto para nadie lo santurrona que eras en el colegio. Me imagino que eres de esas que la sola mención de la palabra "sexo" te escandaliza.
-¿En serio? - preguntó, sin querer una sonrisa comenzó a formarse en su rostro. Le parecía realmente divertido que el hombre parado frente a ella hablara de esa forma sin saber que fue él quien le dio las mejores (y únicas) experiencias sexuales de su vida. Él más que nadie en el mundo sabía que de "santurrona" no tenía nada.
-¿Me equivoco? - preguntó alzando una ceja, de repente extrañado por la diversión de la castaña. Pretendía ofenderla, no entretenerla.
Un minuto de silencio y Draco podría jurar que no le gustaba la mirada de la chica ¿Que estaría pensando?
-No tienes ni idea.
-Ilumíname. - respondió sin chistar. Se puso cómodo en su sillón para leer y puso su mejor cara de atención.
Hermione evaluó la situación y pensó ¿Que podría salir mal? Por primera vez se sintió en presencia del mismo Malfoy de siempre, el mismo que conocía de toda la vida, el mismo que la fastidiaba en el colegio, el burlón y malintencionado hurón con el cual era increíblemente entretenido pelear y al que disfrutaba retar con insultos brillantes que solo él parecía entender. Quizás una dosis de su propia medicina le caería bien a ese orgullo tan inflado que lo sostenía.
-¿Me estás pidiendo que te cuente sobre mis experiencias sexuales? - preguntó con diversión siguiéndole la corriente.
-Si es que haz tenido alguna... - dijo burlándose, pero sin lograr que sonara como un insulto, sino como auténtica diversión ya que estaba seguro de que ganaría esta pelea, estaba muy seguro.
-Oh, bueno... he tenido muchas la verdad y cada una más satisfactoria que la otra. - dijo desviando la mirada, recordando cómo el hombre frente a ella la había hecho suya una y otra vez.
Una pequeña y adorable sonrisa adornaba sus labios y a Draco no le quedó duda de que no se lo inventaba. Sin entender por qué, sintió celos de ese alguien, quien posiblemente era la comadreja, por lograr ese leve pero hermoso rubor en sus mejillas. Por lograr ese brillo en sus ojos. Por lograr que esa lengua humedezca esos carnosos labios. Por primera vez, le pareció que Hermione Granger no era tan horrible y sin poder detener su mente ni un segundo, imagino que sería una increíble amante. Si ponía el mismo empeño y pasión que le ponía a todo lo que hacía, ya podía imaginarse como era en la intimidad.
Se sintió miserable, porque a pesar de que sabía que si se lo proponía, podía engatusarla y enredarla en sus sábanas, estaba claro que nunca lograría que ella pensara en él de la forma en que lo hacía en esos momentos. Además de que la gran e impoluta Hermione Granger, jamás caería en sus redes y juegos. Y él no era un conformista. Quería todo o nada. Así que sabiendo que no obtendría todo de ella, llegó a la resolución de que se tendría que conformar con nada.
-Permíteme que lo dude. Si no haz estado con más de uno no puedes tener un punto de comparación. - dijo.
Hermione notó su repentino cambio de humor, ahora parecía molesto. El león terminaba siendo cazado, después de todo.
-Oh eso también lo he hecho. Estar con más de uno, digo. - Se reprendió a sí misma mentalmente por tener la lengua tan suelta pero luego se dejó llevar, tenía varios tragos encima y un poco de Félix Felicis en su organismo, la poción sabía lo que hacía o eso esperaba ella.
Draco abrió los ojos y no se molestó en ocultar su asombro. Parecía que finalmente, se había quedado sin palabras.
Hermione le regalo una sonrisa de satisfacción la cual lo hizo reaccionar. Él tenía la intención de molestarla, no al revés.
-Un buen punto de comparación, no uno cualquiera. Sino no vale. - insistió Draco.
-Oh créeme, tuve un buen maestro.
No entendía porque la castaña se veía tan divertida. Pero cada vez se sentía más y más molesto con esa persona que había logrado pasar todas las barreras de la "Comelibros Granger".
¿Quien era considerado lo suficientemente bueno para que Granger lo dejará entrar? Y peor aún que ella hablara de esa forma sobre esa persona. Poniéndolo como un Dios.
-Lo dudo. - contrapunteó tenso. De repente esta disputa se había vuelto algo personal para él.
La sonrisa en el rostro de la chica se extendió y Draco sentía que empezaba a sudar.
-¿Quieres comprobarlo por ti mismo Malfoy? Porque no me molestaría enseñarte cuan equivocado estás, como siempre he hecho.
Sabía lo que estaba provocando en él y encontraba reconfortante y tener esta discusión sin inhibiciones con él.
Le divertía a sobremanera el asombro mal disimulado en su rostro y la evidente competencia con esta persona que ella mencionaba sin saber que es sobre él mismo de quien hablaban.
La cara de este Draco Malfoy, matón del colegio, el chico que la molestaba siempre, orgulloso, arrogante y pagado de si mismo; en estos momentos no tenía precio.
¿Hermione Granger le había hecho una insinuación o eran ideas suyas?
Consciente de su boca abierta como un auténtico idiota, la cerró inmediatamente y en su mirada desapareció todo indicio de duda. El hielo de sus ojos parecía derretirse dando paso a la oscuridad de sus pupilas dilatadas. Deseo puro reflejado en esas orbes que pretendían desnudarla aquí y ahora. Ella no tenía idea de lo que estaba haciendo. La haría retractarse por osar jugar de esa forma con él. Si creía que iba a intimidarlo con ese juego de palabras para niños, estaba muy equivocada.
Se levantó del sillón y se acercó peligrosamente a ella tratando de intimidarla.
Sorprendentemente ella no parecía retraerse, sino más divertida aún. Lo cual empezó a irritarlo ¿Ella creía que él estaba jugando? ¡La tomaría por la fuerza si era necesario!
-Permite que te haga una pregunta Malfoy. - dijo deteniendo el avance del chico, que aparentemente iba directo a sus labios. No entendía como podía estar de una pieza, al parecer la diversión que sentía, aplacaba todas las demás emociones. - ¿De quien crees que hablamos?
-Muy a tu pesar, de la comadreja.
Su risa inundó la habitación. No parecía una risa nerviosa sino más bien una de auténtica diversión. Draco se sintió levemente contagiado pero se contuvo. Esperando a que su nueva presa recobrara la compostura y se diera cuenta de que estaba a solo centímetros del rostro de él.
Cuando el insoportable ataque de risas (porque cada segundo que transcurría era más y más difícil para Draco no contagiarse) se acabó, Hermione miró al infinito y dijo en voz baja, algo que pretendía ser un pensamiento solo para ella.
-Pagaría por que escucharas esto algún día... - No se lo dijo a él ni tampoco lo dijo con rencor. Parecía decírselo a alguien que claramente, no estaba ahí.
Ella se dio cuenta de su error al momento en que lo dijo y se revolvió nerviosa. Dio un paso atrás para alejarse de él y unió sus manos con nerviosismo. Draco la observo con atención. La euforia de la conversación que estaban teniendo hace tan sólo unos segundos parecía haberse aplacado.
-¿Murió en la guerra? - se atrevió a preguntar, su curiosidad sólo se comparaba a la de Granger.
-Si... - fue todo lo que ella dijo. Se veía de repente muy triste. Quien la viera no podría imaginarse jamás que hace solo cinco segundos estaba riendo sin inhibiciones.
A Draco le gustaba más la Hermione inhibida.
Pensó que aún estaba invadiendo su espacio personal y dio otro paso atrás. Retirarse a tiempo a veces era considerado una mejor estrategia. Claramente el corazón de la castaña pertenecía a una persona que ya no estaba entre los vivos y era muy difícil competir contra eso. Pero aún así, pensó en un último comentario astuto y lo soltó sin pensárselo mucho.
-Tengo que reconocerte digna para discutir de cualquier cosa conmigo. No me molestaría compartir nuestras experiencias en otros campos algún día. - le guiñó un ojo y se sentó nuevamente en el sillón.
¿Eran ideas suyas o Malfoy intentaba aligerar el ambiente para que se sintiera mejor?
A Hermione le agradó la forma en que aquellas palabras salieron de sus labios. Como si un tipo de tregua se hubiera instalado entre ellos. Ahora parecía más una conversación entre dos amigos, que jugaban entre ellos a no desearse, cuando en realidad era todo lo contrario.
-Por primera vez en la vida, concuerdo contigo. En lo de que eres digno... para discutir conmigo... - se apresuró a añadir y una risa nerviosa salió de sus labios. Él se contagió y una pequeña sonrisa apareció en su rostro, mientras que sus ojos la miraban con intensidad.
Draco se maldecía internamente por considerarla tan perfecta. Necesitaba un cambio de conversación ya y Granger pareció leer sus pensamientos.
-Bueno, volviendo a lo realmente importante en este punto ¿Que haremos con tu madre?
Excelente elección de palabras para calmar mi ereccion Granger. La felicito mentalmente.
-Necesito comprobar una cosa más. Tengo que volver a la mansión.
-Te acompaño entonces.
Sin saber por qué, a Draco le gustó nuevamente su elección de palabras.

2 años y 1 mesWhere stories live. Discover now