CAPITULO 22

240 25 7
                                    


Daniel Esquinca.

Ese día me contuve lo más que pude al verlo. Quería decir tantas cosas que al final no fueron capas de salir de mi boca, y solo dije lo que debía. Tratar de entender a alguien más es lo más complicado, cuando ni siquiera tu puedes comprenderte a ti mismo. Solo es complicado, el amor lo es......



Domingo 12 de agosto 2018, por la tarde.

—Que película quieres ver? —preguntó Villery emocionada.

—No lo se, una romántica —propuse.

—¿Es enserio? —frunció el ceño.

—Si, Titanic.

Siempre había querido ver esa película, que me emociona mucho poder verla al fin. Había escuchado que tenía un final triste.

—De acuerdo veremos esa, me gusta, hace años que no veo esa película, me la he visto muchas veces, no lo sé talvez esperando que el final cambie, realmente es triste, así que espero no termines llorando he Dani —me advirtió mientras reía con burla.

—Ya veremos.

Estamos sentados en mi cama frente al televisor, yo me sostengo del respaldo de la cama y Villery está recargada en mi hombro derecho, ambos metidísimos en la trama de la película, va en la parte donde Jack y Rous bailan sin cesar y beben con los de la clase baja, es tan hermoso como el amor te hace experimentar cosas que nunca imaginaste pasar. Hasta ahora nada ha sido triste, por lo que me sorprende escuchar los sollozos de mi amiga, la observó de inmediato y veo caer gruesas lágrimas que bajan sin parar de sus mejillas, mantiene su atención al televisor como si la película tuviera su completa atención, pero ¿porque llora? aún no llegamos a la parte triste, o será que tanto sentimiento le da está película. Al ver qué no se detiene decido indagar.

—¿Que pasa? —pasan unos segundos, pero no contesta nada, se que algo está mal con ella, y también se que no llora por la película. La muevo un poco hacia mí y la abrazo sin mencionar nada, no se que es lo que provoca sus lágrimas, pero su llanto es en silencio es de ese que te estremece la piel y puedes notar tal sufrimiento.

Entiendo que ella no quiere hablar de eso, ella siempre ha sido así y no la juzgó, cada quien tiene su forma de ser, y no podemos cambiarlos, eso lo tengo más que claro. Su llanto me hace sacar mis propias conclusiones será por un chico, no lo creo, entonces ¿porque será? ¿Será por?, me detengo a pensarlo detenidamente, en eso su respiración se calma y se aleja de mi, las lágrimas han parado ya, su mirada tropieza con la mía, una sonrisa de boca cerrada, me confirma que su crisis ya ha pasado. Curioso decido preguntar otra vez.

—¿Quieres hablar de eso?.

—No, no quiero —me responde segura, mientras se seca las lágrimas con sus manos.

—Sabes que te quiero mucho verdad —le recordé.

—Lo se —me dice en un tono triste y con la mirada baja.

Pasan unos minutos, y ninguno de los dos menciona nada, según estamos poniendo atención en la película, pero es obvio que nuestras mentes están en otras cosas, sin esperarlo la escucho mencionar los siguiente;

—Me siento sucia, me doy asco —las lágrimas empiezan a brotar nuevamente de sus ojos con tanta facilidad.

—¿que?, no, no digas eso cariño, no fue tu culpa de acuerdo —intenté calmarla —cuántas veces hemos hablado de eso, por favor no sigas —le digo casi regañándola, pero cierto yo no soy nadie para opinar y meterme en su vida a decirle que hacer, y pensar, se que es difícil vivir sabiendo que fuiste abusada sexualmente, y aún peor que tú seas la única que lo sabe por el miedo de causarles un dolor inmenso a tu familia. Está siendo muy egoísta con sigo misma guardándose ese dolor. Le agradezco que se abriera conmigo eso significa que me tiene confianza pero, no me gusta compartir su dolor, al verla así de sensible el corazón se me hace añicos. Quisiera ayudarla, pero no sé cómo, ella es firme con lo que quiere, aún no quiere contarle a nadie más, al menos no por ahora.

—¿Necesitas más tiempo?.

—Si, algo más —confesó.

—Si se los dices, seguro te apoyarán.

—Solo necesito más tiempo.

—Promete que lo harás, no puedes vivir cargando con eso tú sola, por toda tu vida, te haces daño, promete que se los dirás —la vuelvo a tomar en mis brazos para calmarla y hacerle saber que cuenta conmigo —todo va a estar bien, lo prometo, tienes que ser muy valiente que yo estaré a tu lado —le dije.

—¿Crees que dios existe? —de la nada cambió de tema.

—Quiero creer que si —suspiré.

—Yo creo que ya no existe, pienso que tal vez si existió pero ha muerto.

Incrédulo por lo que acabo de escuchar, me guardo silencio, y ella vuelve a hablar;

—Si el existirá no hubiera permitido que me pasara eso, y si realmente existe aún, creo que es un dios malvado y sin sentimientos muy diferente a como lo describen los demás, pero prefiero pensar que ha muerto, y por eso vivimos en esta mierda.

En parte creo que lo que me dice tiene mucha razón, parece algo fuera de si, pero hay muchas razones de peso para llegar a esa fatable conclusión. Triste pero cierto.

No se que más hacer para ayudarla, no me corresponde a mi ir a denunciar a su violador, ni mucho menos ir a contarle a su familia, jamás haría eso, yo respeto su decisión, pero eso no quiere decir que este de acuerdo con ella, se que está sufriendo, se que no ay día en que no piense en eso, se lo difícil que es para ella lidiar con esto a diario. Todos estos años a vivido ocultando su más grande dolor, ese peso que día a día la atormenta.

De verdad espero que ese ser pague con lo peor de este mundo por haberle destruido la vida a mi amiga, lo deseo con toda el alma. Que así sea.

Pasado el tiempo, la película termina, y si, ahora el que está llorando soy yo, y no solo por el triste final, si no también por los sentimientos encontrados de hace rato. Villery a caído en sueño profundo, me levanto lentamente intentando no despertarla, la acobijo, y apagó el televisor. La miro detenidamente, sus ojos están hinchados de tanto llorar, y aún dormida su rostro refleja tristeza, su cabello negro está desordenado, aún así me parece linda, si yo no fuera gay sin duda me enamoraría de alguien como ella, hasta ahora ha sido la única chica en llamar mi atención, no solo por su físico también por sus lindos sentimientos y forma de ser, ella sería mi chica ideal. Sonriendo como un bobo una llamada me interrumpe de la nada, tomo lo más rápido que puedo el teléfono, y contesto sin darme cuenta de quién es la persona que llama.

—Bueno —digo al teléfono en voz baja.

—Voy a decirles justo ahora.

—¿Que? —espeté con la voz más fuerte.

No imagine que fuera Erick que casi pego un grito, pero me detengo recordando que Villery aún duerme.

—No ay nada más que esperar, te voy a demostrar que te amo —su voz me parece calmada, y suena muy decidido.

—¿Estas seguro? —susurré por lo bajo.

—Mas que nunca —pronunció firme.

—Quiero que lo escuches, me hubiera gustado que estuvieras aquí a mi lado, pero ya que no lo estás por lo menos escúchalo y se testigo, no cuelgues la llamada.

Continuara............





























DIECIOCHO MOMENTOS Onde histórias criam vida. Descubra agora