CAPITULO 5

499 129 9
                                    

Mis clases habían terminado. Me dirigí a casa sin mucho ánimo como siempre. Daba gracias de no haberme topado con Erick, no tenía ganas de hablar con él y eso no significaba que estuviera molestó. Este día pude evitarlo pero mañana era de suponer que no, bueno igual el estaría ocupado y no me necesitaría. En cuanto llegue a casa me sentí como pez en el agua como dicen por ahí, mi casa era como un tipo de refugio donde podía esconderme de lo que no quería enfrentar. Ya en mi cuarto me quite los zapatos arroge la mochila y me deje caer dramáticamente en mi acogedora grande y suave cama. Pero claro los buenos momentos siempre son interrumpidos. Escuché algunos pasos y la puerta se abrió de golpe, me levanté rápidamente y me puse de pié en alerta.

—¿Que mierda Erick?, ¿Cómo entraste? —le grité asustado con la respiración acelerada.

—Se te olvida que tengo llaves —habló con seguridad meneando la llave en su mano derecha. Entro por completo y cerro la puerta —¿Estás solo?, No vi a tu mamá cuando entre —me preguntó observando a su alrededor.

—Si, no está —le confirmé alterado por su acto de presencia tan repentino. Menos mal que no me encontró en alguna situación más incómoda por ejemplo viendo porno o masturbándome, me sentí aliviado por eso. Debería cambiar la chapa pensé como medida precautoria.

Suena tan simple, tan normal cuando alguien menciona tu nombre, pero cuando el lo pronuncia, se siente totalmente diferente, mi piel se eriza y mi corazón se acelera. Y es por el simple hecho de que el lo dice.

—¡Dani!, ¿Donde diablos te metiste? Estuve buscandote todo el día te llamé  y me mandaba al buzón —Erick me cuestionó con una calma forzada. Me miró con los ojos entonados.

Abrí la boca para responder algo, pero Erick se apresuró a hablar antes que yo. —No pude encontrarte porque me estabas evitando ¿Cierto? —asumió. Baje la mirada y me dedique a buscar algo de ropa en mi armario, con la intención de pensar bien mi respuesta.

—Debí suponer que ya te habías enterado, los chismes corren rápido por eso quería decírtelo yo mismo —dijo ante mi silencio. Suspiró con simpleza y se dejó caer en mi cama.

—No quería molestar, pensé que estarías ocupado —le dedique una sonrisa amplia pero falsa, tan falsa como nuestra heterosexualidad.

—¡Con ella! —dijo en un tono absurdo y soltó una carcajada algo exagerada, como burlándose de lo que había escuchado.

—Pues sí —mencioné interesado.

Al cabo de un breve momento después de quedarse viendo a la nada del techo mencionó lo siguiente,.

—No acepté su propuesta —se limitó a revelar en un tono bajo pero entendible.

—No entiendo —fruncí el ceño. Mi expresión se mostró confundida.

—No me interesa —me aclaro con simpleza.

—Y lo que paso en el campo, ¿Dónde queda? —le pregunté neutral, quieto, tratando de no sonar muy interesado en el tema.

—Ante todo soy un caballero — alardeo.

—Sigo sin entender explicate —le pedí.

Se reacomodo en mi cama, se puso cómodo y empezó a hablar con serenidad. —Simplemente no quise ser grosero y rechazarla frente a todos, sí, le di un beso en la frente, pero eso no significo un sí acepto, se lo deje claro en cuanto estuvimos solos. Aunque no se lo tomó tan bien, pero debería estar más que agradecida por lo que hice —me aclaro.

—Alex dice que es linda —mencioné en un tono bajo.

—Mmm, sí, pero para mí gusto no, a mi me interesan otras cosas —expresó
con un tonito templado de sarcasmo.

DIECIOCHO MOMENTOS Where stories live. Discover now