Capitulo 7: Querencia

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Un nuevo día había comenzado.

Me levanté extrañamente tranquilo, sin ninguna pizca de sueño o cansancio. Simplemente... tranquilo, como si hubiera alcanzado la iluminación.

Deje de divagar por unos segundos y me fijé en mi reloj despertador, aún faltaban 30 minutos para mí hora habitual en la que me despertaba.

Apague la alarma para que no sonara luego. Me levanté de mi cama y estire mis brazos, me sentía extrañamente enérgico.

Salí de mi habitación en dirección al baño, me di una ducha con agua tibia. Me cambié y luego baje a la cocina.

—Oh buenos días Kazuma, es raro que te despiertes antes de lo habitual.

Mi mamá me saludo con una ligera sonrisa, viendo cómo estaba pelando finamente unos vegetales.

—Buenos días mamá. Y si, yo también pienso lo mismo, aunque me siento extrañamente bien y tranquilo, me desperté sin ninguna pizca de sueño.

Inicié una conversación con mi madre, me senté en una de las sillas que estaban apoyadas sobre las mesas y miraba a mi mamá cocinar, se veía feliz haciendo lo que hacía.

—Eso es bueno cariño, ¿tuviste un buen sueño?

—No sabría decirlo con exactitud, pero siento que he dormido mejor que nunca.

—Jeje.

Ella ríe ligeramente, agarra un vaso de los tantos cajones que hay y me sirve algo de jugo de naranja.

—Toma, ya estará el desayuno dentro de poco.

—Gracias.

Le doy un pequeño sorbo y noto que no está ni muy frío ni muy caliente, lo que hacía que el sabor sea más agradable de alguna forma.

—¿Y papá?

—Acaba de salir hace unos minutos, al parecer hoy le toca una dura jornada en la oficina. Así que tal vez llegue tarde hoy.

—Ya veo. Dile que no se esfuerce demásiado, que ya no está en edad para sobrecargarse de trabajo.

Suelto una carcajada, para luego darle otro sorbo a mi jugo, terminandola de una vez.

—Hey jovencito. Tu padre y yo tenemos casi la misma edad, ¿acaso estás diciendo que ya estoy vieja?

—No, no es eso...lo juro mamá, lo juro.

—¿Entonces que es lo que tratas de decir?

—Eehmm... jeje..

Estaba nervioso, había olvidado ese pequeño detalle de la edad de mis padres, y como se sabe bien, las mujeres odian que se les diga viejas..mundo, tal vez este sea el último respiro que dé.

—¡Jajajajajajaja!. ¡Deberías haber visto la cara que pusiste!. ¡Te cagaste del miedo!

—Tch.

Debí haberlo suponido...pero estaba tan metido en mi nerviosismo que no se me pasó por la cabeza.

—No te enojes, era solo una broma.

—Hmph.

Bufé y oculte mi mirada, como cierto emo Uchiha que no es necesario mencionar.

—Emm..mamá... se está oliendo algo quemado.

—¡¡El desayuno!!

—¡¡Jajajajajaja!!. ¡El karma si existe!

—Tch.

Konosuba: Bendita sea está maravillosa compañera.Where stories live. Discover now