Konosuba: Bendita sea está maravillosa compañera.

Capitulo 1.

—Aun tengo una duda. Se supone que eres extranjera, ¿no?.

—Em si.

—No llegó a comprender como es que hablas un Japonés tan fluido a pesar de no ser originaria de aqui.

—Estudie por un par de me-meses antes de venir aquí. ¿Acaso crees que debes vi-visitar un nuevo país sin la necesidad de aprender su idioma?.

—.......Mejor sigamos caminando.

Mi nombre es Kazuma Satou, un estudiante de preparatoria común y corriente, y a mi lado se encuentra una mujer rubia extranjera de nombre Darkness.

—¿Aún quedan muchos lugares por recorrer Kazuma-san?.

—Solo quedan los salones de algunos clubes, y deja de llamarme asi, con solo decirme Kazuma basta.

—Esta bien Kazuma-san.

—.....No te pego nomás porque me caes bien.

Sentí una leve carcajada de su parte, pero no me digne a dirigir mi vista hacia ella, simplemente continue mi camino ignorandola.

Nos estuvimos unos segundos, apreciando el cuarto frente a nosotros. Era el club de arte y estaba tan lleno de miembros como costumbre.

—Oh ¿Eres tú Kazuma-kun?.

Genial, lo que me faltaba.

Un rubio de ojos azules de porte educado se dirigía hacia nosotros luego de notar nuestra presencia, su aura desprendía tanta nobleza y humildad que me saqueaban.

—¿Cómo se supone que te llamabas?......¿Ferrari?.

—Es Mitsurugi Kazuma-kun. Y agradecería que no intentes comparar mi nombre con marcas de autos.

—¡¿Cómo se supone que me ponga a recordar un nombre tan estúpido como el tuyo?!.

Había nombres raros en el mundo, como un señor que se cambió su nombre por una reconocida consola de Sony, pero el tener tu nombre parecido a cierta marca de autos si que me causaba gracia y estrañeza a la vez.

—Aun sigo sin entender como es que portas tan orgullosamente ese nombre.

—Mi nombre fue concebido por mi querida madre, y no hay honor más grande que portarlo orgullosamente.

Definitivamente ver esas llamas en sus ojos me repugna tanto que me dan ganas de vomitar.

—¿Y quién es tu acompañante?.

Pregunta el Ferrari rubio, ladeando su cabeza hacia un lado y viendo fijamente a Darkness.

—Es una estudiante de intercambio, mi nueva compañera. Le estaba mostrando los alrededores.

—Ya veo.

El rubio camina lentamente hacia ella, estirando levemente sus manos hacia su dirección.

—Mucho gusto, soy Mitsurugi, espero que tu estancia en este lugar sea lo más amena posible.

—Lo mismo digo Mitsurugi-san, me lla-llamo Lalatina pero puedes decirme Da-Darkness.

—Mucho gusto Lalatina-san.

Mitsurugi sonrió levemente, estrechando sus manos con el de Darkness.

Pero luego, empeze a sentir un instinto asesino masivo en el ambiente, al mirar hacia el cuarto, note que provenían de las compañeras de club de Mitsurugi, tal vez celosas por la acción recién realizada.

—Sera mejor irnos de aquí si no quieres armar un alboroto.

—¿Eh?.

Rápidamente y sin ningún tipo de delicadeza, tome fuertemente su mano, huyendo rápidamente del lugar con una Darkness desconcertada.