ㅤㅤㅤㅤㅤ🧶⌇ ˚ ༘ˀˀ ꒰‧ 𝗱𝗼𝗰𝗲 𝗺𝗲𝘀𝗲𝘀 !i
ㅤㅤㅤㅤ─ 𝘀𝗮𝗶𝗸𝗼 solamente te bastó un año
ㅤㅤㅤㅤㅤpara poder romper mí corazón.
ㅤㅤㅤㅤㅤaquel corazón que siempre te
ㅤㅤㅤㅤㅤperteneció a ti, mí agridulce
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝘀𝗮𝗶𝗸𝗼.
ㅤㅤㅤㅤ ▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
ㅤㅤㅤㅤㅤ!i los...
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Decidió regresar a la casa, aún recordando las palabras que anteriormente le había dicho su nuevo tutor. No debía llegar muy tarde. Pero realmente no supo el concepto de tarde, ya que era de noche. No sabía exactamente qué hora porque no llevaba ningún reloj y el teléfono que le había obsequiado la ex novia de su difunto padre, lo dejó en su habitación. Cómo nunca tuvo un teléfono, no consideraba necesario llevarlo con ella.
Lo utilizaría para cuando Ketō deseara comunicarse con ella, solamente para eso.
Apuró el pasó, se había tenido que aprender las calles de memoria para llegar correctamente a la residencia. Cuando estuvo frente a esta, no supo si tocar el timbre o entrar directamente.
No quería ser una mal educada.
Pero tampoco quería molestar a los demás tocando el timbre cuando se suponía que ella también vivía ahora con ellos.
Decidió pasar directo, si nadie la notaba no iba a llevarse la vergüenza. Caminó rápidamente hacia su habitación y una vez que estuvo en ella cerró la puerta tras de sí.
Se sentó en su cama, sacando el teléfono debajo de la almohada para revisar si tenía algún mensaje o llamada de Ketō, pero no había nada. Bueno, por lo poco que ella sabía usar un teléfono, sabía que Ketō no se había contactado aún con ella.
