— Te vas a quedar a pasar la noche otra vez, ¿de acuerdo? Me gustaría estar pendiente de ti.

Asentí un poco nerviosa pero con más confianza que la noche anterior, ya que realmente había descansos increíblemente bien. Era la primera vez que dormíamos juntos y, felizmente para mi lado diabólico y primitivo, lo primero que pensé fue que podría acostumbrarme.

Fred suspiró y se acostó sobre su espalda, pasando su mano por mi cintura para acercarme aún más a él, haciéndome descansar mi cabeza en su pecho.

— ¿Te he molestado? — Pregunté en un susurro.

Él se rió entre dientes. — Para nada, cariño. Te sientes muy cómoda para dormir.

— Eso dice Liv. Creo que es por eso que ella me aguanta — sonreí. — Qué gran paciencia tiene conmigo...

— ¡Bah! Sabes que Liv te ama tanto como ama a Luna. Granger dijo ayer que cuando le contó sobre... el accidente — tragó saliva tratando de no pensar en esa horrible noche. — Estaba increíblemente desesperada por venir aquí. Estaba realmente preocupada por ti.

Su mano fue desde mi cintura hasta mi cabello, acariciándolo con cariño. No quería dejar esa cama o estar lejos de él, quería quedarme así por el resto de mi vida.

— Todo el mundo lo estaba. No puedes imaginar cuánto — su voz adquirió un tono mucho más profundo y oscuro. — Cuando te vi ahí... tirada en el suelo con todo tu cuerpo cubierto de tu propia sangre y tus ojos casi vacíos... creo que nunca había sentido tanto miedo de perder a alguien. Y más tarde, cuando vi lo mucho que ese maldito hijo de puta te había lastimado... Solo quería volver a La Madriguera y matarlo yo mismo.

Mi corazón se detuvo brevemente.

— Ya estoy bien. Al menos no estoy muerta — moví mi rostro para verlo y ambos nos sonreímos. — Pero voy a conseguir mi venganza. Tarde o temprano, la conseguiré.

Como mi cuerpo todavía dolía demasiado como para caminar sola, pasamos todo el día juntos en la cama. Todos en la casa intentaron entretenerme y terminamos riéndonos tantas veces juntos que prácticamente me olvidé de lo que había pasado.

Liv me ayudó a ducharme y a caminar al baño cada vez que lo necesitaba, Hermione y Pauline me cambiaron las vendas y Ginny me ayudó a ponerme otro camisón limpio ya cepillarme el cabello. La Sra. Weasley me preparó una sopa increíble y comida ligera ya que todavía me dolía un poco la garganta, Tonks y Remus revisaron mis heridas dos veces y Harry y Ron me trajeron algunos libros de los estantes de la cabaña en caso de que estuviera aburrida.

Fred se quedó conmigo todo el tiempo y se aseguró de que no me aburriera en absoluto. Terminamos charlando mucho y compartiendo historias juntos, uniéndonos de una manera en la que nunca pensé que lo haríamos.

— ...así que convertí su osito de peluche en una araña — se rió Fred mientras contaba la historia, ayudándome a poner las mantas sobre la piel desnuda de mis piernas para luego acostarse a mi lado.

— ¡¿Es por eso que Ron le tiene miedo a las arañas?! — Traté de contener la risa, mirándolo sorprendida. Fred se rió y asintió con la cabeza y suavemente le di una palmada en la mano. — ¡Fred! ¡Pobre chico!

— Soy su hermano mayor, si alguien tiene que causarle un trauma ese soy yo — respondió con orgullo.

— Bueno, no debería decir nada cuando también he traumatizado un poco a Draco... Cuando tenía doce años, le di un condón inflado y le hice pensar que era un globo.

El pelirrojo estalló en carcajadas.

— ¿Y cuándo se dio cuenta de que no era un globo?

Apreté los labios, tratando de no reírme, y solté un pequeño murmullo; — Cuando regresó a su casa... y se lo enseñó a su padre...

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Kde žijí příběhy. Začni objevovat