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Akaza se removio en la cama y se volteó abriendo sus ojos para mirar a senjuro dormido a su lado, ya era casí de madrugada por lo que senjuro no podría estar despierto, tendría que tener una voluntad demasiado fuerte para lograr mantenerse despierto hasta esa hora

¿Senjuro? - susurró cerca del menor para mirar sí despertaba, aún no confiaba mucho en que se hubiera dormido, después de todo era demasiado arriesgado lo que quería hacer - pues quien tenga miedo de morir que no nazca - pensó mientras se rendía bajamente a sus instintos, sí senjuro estaba despierto o no, no era importante, lo sometería sí estaba despierto

Se dio la vuelta y se subió discretamente encima de senjuro sin tocar su cuerpo solo poniendo sus rodillas a cada lado de sus piernas, no noto ninguna reacción del menor por lo que sonrió satisfecho - está noche, me arriesgaré un poco más - susurró contento mientras bajaba hasta el rostro de senjuro y le depósitaba un tierno beso en los labios sintiendo toda su suavidad al tocarlos, enserio todo de senjuro era mágico - creo que podría volverme adicto a esos lindos y rosaditos pedacitos de carne - volvió a susurrar despegandose de sus labios, para akaza nunca era suficiente, por eso volvió a pegarse a esos hermosos labios mientras los besuqueaba sin meter su lengua, solo saboreandolos como loco, parecían lindos duraznos, los mordisqueó jalandolos mientras su corazón se aceleraba por arriesgarse tanto, se sintió satisfecho y los soltó dejándolos en su lugar para darle un piquito tierno y dejar en paz sus labios

Aaaa, lo sabía - pensó senjuro mientras sentía como akaza se movía sobre él, le había besuqueado los labios y hasta se los había mordido, no tenía un poco de desencía o cuidado con su cuerpo, era simplemente un demonio jarioso, había hecho un enorme esfuerzo para no dormirse en todas esas horas, akaza tenía más paciencia de la creería, pero se había mantenido despierto y ahora estaba viendo todo lo que akaza planeaba hacerle

Akaza estaba jadeando mientras ardía en felicidad, se limpio la saliva de los labios y bajo sus mano hasta la yukata de senjuro para desatarla comenzando a desnudarlo levemente - uff, que niño tan lindo - susurro mientras sentía que la punta de su pene se llenaba de escalofríos, desnudo el pecho del menor abríendo la yukata y tragó saliva, era jodidamente sexy

aunque aún tienes el cuerpo de un niño de doce años, todavía quiero reventarlo - mencionó mientras se rascaba la mejilla, aunque senjuro ahora tenía quince años, solo sus pechos y trasero habían crecido considerablemente, gano unos pocos centímetros sin dudarlo, pero aún parecía ser el mismo de siempre, aún tenía que esperar que la pubertad hiciera su trabajo, pero por mientras tanto también era jodidamente erótico y le encantaba la idea de follarlo ahí mismo

¡Que grosero! ¿Que hago? - pensó senjuro mientras sentía como akaza destapaba su pecho apartando la tela de su yukata con un poco de agresividad, lo correcto sería levantarse y detenerlo, pero los calientes jadeos de akaza quien se encontraba encima de él desnudandolo lo hacía enloquecer, no quería parar algo como eso, al contrario quería más - debo estar volviendome loco - pensó mientras se relajaba en la cama rindiéndose ante akaza para que el mayor hiciera lo que deseara con su cuerpo, después de todo estaba tan éxitado que no planeaba detenerlo aunque lo penetrara

Humm esas lindas cositas ¿quieren divertirse conmigo de nuevo? - susurro akaza mientras veía los pezones de senjuro exitandose con ellos, bajo su mano hasta sus pantalones y los bajo levemente para sacar su duro miembro de la tela, jadeó satisfecho y comenzó a reír levemente mientras su pene tocaba con las piernas de senjuro, amaba toda la adrenalina que le provocaba todo eso, soltó su pene para dejarlo afuera mientras se removia encima del menor porque así podría restregarselo por todos lados mientras se movía

Jadeó mientras se acercaba lentamente a los pezones del menor y con su dedo tomo la pequeña curita que había en ellos, comenzó a removerla con mucho cuidado hasta destapar esos bellos pedacitos de carne cafes, se veían un poco rojos por lo que dudo un poco sí lamerlos o no, se rasco la barbilla nervioso y miró un poco más los pezones de senjuro, creía que lo mejor sería dejarlos descansar ese día, pero enserio quería lamerlos mucho

Rengoku and Rengoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora