Capítulo 1

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Mi madre y mi padre ya llevaban separados un tiempo, perdí la esperanza de que volvieran, y me aferré a eso. Pero un día descubro que mi madre se estaba viendo con un hombre, yo tenía 16 años, la noticia de saber que mi madre se volvería a casar me impactó, pero no había remedio. Al cabo de un tiempo tiempo nos mudamos, me parecía bastante extraño, no quería dejar mi antiguo hogar, y tampoco a mis amigos. Mi padrastro vivía al otro extremo de la ciudad. La primera vez estando allí me sentía fuera de lugar, luego aún más cuando supe de la existencia de un hermanastro, obviamente no me gustaba para nada la idea, no quería compartir nada con él, aún siendo pequeño.
En el transcurso del tiempo me fui adaptando, mi padrastro era muy bueno conmigo, también me adapté a mi hermanastro, a quien ya consideraba como mi propio hermano de sangre, siempre cuidaba de él. Cuando empecé a trabajar me gustaba llevarle a la escuela. Mi padrastro trabajaba de mecánico y mi mamá era peluquera, vivíamos cómodamente y felices. Un día me surgió un imprevisto en el trabajo y tuve que salir del país, trabajaba como ministra en una pequeña empresa, pacé muchos años viviendo fuera, sólo oía a mi familia a través de una pantalla, no veía la hora de poder abrazarlos, aunque ya tenía una vida en el extranjero, y mi casa.
Después de acabar mi misión decidí regresar a ver a mi familia, no sabía si temporalmente.
Y aquí, comienza mi historia.
Llamé a un amigo de confianza de la empresa para que me recogiera en mi auto, se lo había dejado a cargo.

-Gracias Bruno, eres el mejor.

Le agradezco por su servicio, Bruno solamente sonríe y se sonroja un poco, es buen chico. Llegamos a la casa de Bruno y de ahí sigo conduciendo yo. Cuando voy llegando a mi casa veo de lejos carteles y a mi mamá y mi padrastro esperándome.
Al acercarme voy corriendo a abrazarles.

- ¡Hija, no sabes cuanto te extrañé todos estos años!

Mi madre salta encima de mi casi tumbándome.

-Como has crecido Laura.

Mi padrastro me da unas palmaditas en la espalda.

-Si, ya mi niña es toda una mujer.

Me rasco la nuca y sonrío. Leo los carteles y todos dicen "Bienvenida a casa", miro a mi madre y mi padrastro.

-¡Gracias por la bienvenida! Pero... ¿Dónde está Matt?

Me doy cuanta de que no veo a mi hermano por ninguna parte. Luego mi madre habla.

- Discúlpalo hija, pero es que tuvo que ir al Instituto hoy.

-A, entiendo.

Enseguida mi padrastro me ayuda con las maletas, me acomodo en mi habitación, ya la extrañaba. Me lanzo en la cama.

-Ah... que cansada, el viaje estuvo largo.

Mi mamá entra en mi habitación.

-Descansa hija, debes estar muy cansada por tanto trabajo.

Asiento y miro a mi mamá que me sonríe cálidamente. Le doy un beso y sale de la habitación. Luego me quedo dormida un rato.
Ya siendo algo tarde me levanto, veo a mi mamá en la cocina y mi padrastro en su trabajo.

-Mmm, Matt sale tarde del Instituto ¿Eh?

- Si mi'hija, todos los días llega tarde.

Me quedo pensando, le extraño, aquel niño pequeño llorón, ja, que no le gustaba ir a la escuela y tenía que obligarle. Me pregunto ¿Cómo será ahora después de tanto tiempo? ¿Habrá crecido mucho?
Entonces se oye la puerta de la sala abrirse, y ahí entra un chico alto, algo delgado pero en forma, ahí estaba, ojo azules como el cielo y un brillante cabello negro medio despeinado que resaltaba de su piel pálida. Espera...

Amor es amor ✔Where stories live. Discover now