- El problema no es que te haya ido mal hoy, DJ, el problema es que has pasado los últimos meses más pendiente a Siope que a la escuela y eso no está bien.

- Pero Lolo…

- Estamos hablando de tu futuro. ¿Sabes cuánto puede costarte este suspenso? La universidad de tus sueños. ¿Todo por qué? Por un chico.

Al final ella misma la ayudó a estudiar para que pudiera pasar el año sin más inconvenientes. La morena podía parecer muy dura por fuera, sin embargo, se preocupaba demasiado por las personas que quería. Lauren era esa especie de ángel protector. No importaba qué tan mal le estuviese yendo a ella, siempre tenía tiempo para hacerte saber que estaba ahí si la necesitabas. A veces me sorprendía la capacidad que tenía de reiniciarte el día con un simple abrazo o con sus palabras.

- Ellos entienden la situación pero no creo que sean benevolentes por mucho más tiempo.

Asentí despacio. Era cierto que ya llevaba dos semanas faltando a clases pero no podía simplemente dejar a Lauren sola en el hospital, menos ahora que su espíritu vagaba al libre albedrío.

- Estuve pensando en tomar un año sabático. – Todas abrieron sus ojos de golpe, incluyendo a la ojiverde. Había sido muy arriesgado decir aquello delante de ella, no obstante, era casi imposible ocultárselo teniendo en cuenta que estaría presente en casi toda mi rutina. – Al menos hasta que ella despierte.

- Chancho. – La rubia fue la primera en tomar la batuta de, lo que presentía, una charla persuasiva. – Hay que ser positivas pero también estar preparadas para lo peor. ¿Qué tal si no despierta de aquí a unos cuántos años?

- No lo sé, Cheechee. Por ahora es lo que quiero hacer.

- Mila, dudo mucho que Lauren esté de acuerdo con eso. – Intervino Normani.

- No lo estoy. – La voz rasgada de la aludida me estremeció por completo.

- Ya no soy una niña. – Dije mirándola directamente a los ojos.

- ¿Y qué? Eso que planeas hacer es una estupidez.

- También lo fue conducir ebrio. – Rebatí, apretando la mandíbula para controlarme.

- ¿Qué? – Preguntó Dinah un tanto confundida.

Me palmeé la frente mentalmente porque aún no me adaptaba a ser yo la única que pudiese ver a Lauren. La tensión había aumentado y, al parecer, si ella se enojaba terminaba desprendiendo más frío. Me acerqué al termostato para prenderlo porque era la mejor forma de escabullirme de una discusión que me delatara como desequilibrada mental.

- Debemos estar como a 7ºC aquí adentro. ¿Cómo es posible eso a mitad de verano? – Escuché a Normani preguntar, pero esa respuesta traía muchas incongruencias de por medio, así que preferí mantenerme callada.

Cuando fui a girarme, tenía a Lauren frente a mí. Casi suelto un grito, sin embargo, me contuve para no alertar a las otras dos. Sus facciones relajadas se habían tornado en un rostro serio, casi impertérrito. De no ser por el mar tormentoso que exhibían sus ojos, hubiese jurado que tenía una estatua en frente.

- Tu cuarto, ahora.

Iba a negarme pero bien conocía yo las consecuencias de enfrentarse a una Lauren furiosa, así que les informé a mis dos amigas reales que iría a buscar algunas mantas a mi habitación. Cerré la puerta con seguro para no verme en la vergonzosa situación de estar discutiendo con la nada, porque ahora mismo, Lauren era nada para ellas. Aquel pensamiento debilitó un poco la ira que burbujeaba en mi interior.

- Te prohíbo que renuncies a vivir sólo por mí.

- Es una decisión que depende únicamente de mi aprobación. – Barboteé para que mi voz no llegara a las otras personas que estaban fuera o tendría el año de descanso que quería, pero internada en una sala de psiquiatría.

- No, Camila. – Alzó su dedo índice para hacer énfasis en sus palabras. – Hay muchas cosas en juego como para que las abandones por mi culpa.

- El único culpable ha sido Ty.

- Yo también lo soy.

- Deja de defenderlo, joder. – Me frustraba tanto que ella continuara haciendo de Madre Teresa de Calcuta para el hombre que la había privado de vivir con normalidad.

- No lo hago, me estoy adjudicando la parte que me corresponde en toda esta historia. – Se revolvió la melena castaña en un acto de desesperación. – Era consciente de cuán drogado iba él y aún así me monté en el auto. Fui tan irresponsable como Ty.

- Sigo creyendo que el único culpable es él.

- Escucha, Camila, no puedes ir por la vida culpando a una sola persona por algo que sucedió. Tienes que aprender a ser justa.

- ¿Qué es la justicia para ti, Lauren?  ¿Estar con esa incertidumbre de si despiertas o no sólo porque cometiste un error?

- De los errores se aprende. Te hacen más humana, te ayudan a crecer. Son la escalera que te sacan del agujero que tú misma cavaste. Hay equivocaciones que se pagan más caras que otras pero no por eso se puede verter toda la responsabilidad en un único individuo. – Bajó los brazos en señal de rendición cuando notó que mis ojos se abnegaban en lágrimas. – Ty cometió un error por haber bebido y fumado, yo también herré por no haberlo frenado. Los dos cometimos posiblemente el peor error de nuestras vidas y ahora mismo lo estamos sufriendo. Pero eso no me da el derecho de poner tus planes en pausa. No lo merezco.

- Ese es tu problema, Lauren. Te pasas el maldito día preocupándote por el resto y no quieres que nadie se ocupe de ti. – Una primera gota salada brotó de mis lagrimales, sin embargo, la aparté de un manotazo. – Entiende que eres demasiado importante para mí. ¿Qué harías si la situación fuese al revés?

Su silencio probaba mi hipótesis. Ella era el tipo de persona que se dejaba dominar por las emociones, incluso un poco más que yo. La mayoría de sus acciones eran desarrolladas en sus típicos arrebatos emocionales. Daba igual si era en un estado eufórico o con la rabia profanando sus pupilas, ella se lanzaba al mundo según lo dictaminaba su cerebro. Saqué un par de cobijas del clóset y la dejé en medio de mi habitación sin mirar atrás porque no quería escuchar más nada sobre el tema.

- ¿Estabas hablando sola? – Fue la pregunta que lanzó Dinah cuando me senté en medio de las dos.

- Pensando en voz alta. – Rebatí un tanto avergonzada.

- Es casi lo mismo, Chancho. – Me dio un ligero empujón, pero se detuvo en seco al ver cómo Grace le movía la cola a una pared. Aunque en dicha pared estaba Lauren recostada jugueteando con la costura del pantalón. - ¿Qué hace ese pobre animal?

- No tengo la menor idea. – Murmuré sin levantar los ojos de mis calcetines de plátano.

- En esta casa todos se están volviendo locos.

- Come un poco de pollo, Mila, e ignora a Dinah. La única desquiciada aquí es ella.

Hice lo que me había pedido Normani porque sinceramente no quería dirigir mi atención a la ojiverde ni tener que explicarle a mis amigas que podía ver a Lauren. Al menos ellas también habían experimentado el cambio de temperatura y acababan de presenciar cómo la pequeña mascota saludaba a un punto específico de la sala. Que vendría siendo Lauren, pero no estaban preparadas para hablar de ello. Además, en el remoto caso de que yo tocara el tema del “espíritu Jauregui”, me tacharían de esquizofrénica. Lo mejor sería mantenerme lo más alejada posible de un centro de salud mental y cuidar que Lauren no rompiera ninguna regla.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Hola, bellas criaturas del inframundo...
He aquí el tercer capítulo que salió más pronto y breve de lo esperado, pero es la recompensa para mi fan #1.
Xoxo💖
P.D: IdaAlfonso  Mine_is_Lolo ustedes decidan quién es la fan # 1 jajajaja✨

𝓓𝓸𝓷'𝓽 𝓨𝓸𝓾 𝓡𝓮𝓶𝓮𝓶𝓫𝓮𝓻Where stories live. Discover now