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El vestíbulo de entrada lucía antorchas flameantes y los pasos de los estudiantes cruzando el piso de piedra por la puerta de la derecha provocaban un resonante eco. Todos se dirigían al Gran Salón y hacia la fiesta de comienzo de curso.

Las cuatro largas mesas del Gran Comedor estaban repletas bajo el techo negro y sin estrellas, idéntico a cielo que podían vislumbrar por las altas ventanas. Las velas flotaban en el aire, a lo largo de las mesas, iluminando a los plateados fantasmas, quienes estaban repartidos por todo el salón y la cara de los estudiantes que conversaban con impaciencia, narrando noticias y anécdotas del verano, saludando ruidosamente a los amigos de otras casas.

Blair conversaba animadamente con su hermana, cuñada y amigas. Las mujeres estaban tan sumidas en su conversación que ninguna presto atención a lo que sucedía a su alrededor, pero quedaron en silenció al ver un papel posarse en medio de la mesa, todas compartieron miradas y Hermione fue la primera en moverse, tomando el papel.

– ¿Qué es?

–Nada interesante.– lo arrugó rápidamente y lo escondió en su bata, Blair alzó una ceja mirando fijamente a su hermana.– Solo están molestando. Padres muggles.– ninguna de las chicas dijo nada, cambiaron de tema para no incomodar a ninguna de las Granger pero Blair conocía a su hermana, sabía que mentía.

Después de algunas palabras de Dumbledore y la selección de casas para los nuevos, todos comenzaron a comer, Blair no le pregunto nada a Hermione pero esta y Ginny se habían puesto a murmurar cosas mientras recorrían el Gran Comedor con la mirada, como si buscaran algo o... A alguien.

Cuando todos los estudiantes habían terminado de comer y el ruido en el Salón comenzaba a elevarse, Dumbledore se puso de pie una vez más. La Conversación ceso inmediatamente y todos giraron la cara hacia el Director. 

– Bien, ahora que todos consumimos otro magnífico banquete, pido unos momentos de su atención para el aviso habitual de principio de año – habló Dumbledore.– Los de primer año deberán saber que el Bosque en los linderos de la escuela está prohibido para los estudiantes y unos cuantos de nuestros estudiantes más viejos también deberían saberlo.– Harry, Ron y Hermione intercambiaban sonrisas de satisfacción y Blair les envió una mirada de advertencia.– El Sr. Filch, el vigilante, me ha pedido, por cuadragésima sexta segunda vez, que les recuerde a todos que no se permite la magia en los pasillos entre clases, ni un gran número de otras cosas, todas las cuales puede ser verificadas en la extensa lista sujeta a la puerta dela oficina del Sr. Filch. Hemos tenido dos cambios en el cuerpo docente este año. Estamos muy contentos de dar la bienvenida a la Profesora Grubbly-Plank, quien tendrá a su cargo la materia de cuidado de Criaturas Mágicas; también nos encanta presentar a la Profesora Umbridge, nuestra nueva profesora de Defensa en Contra de Artes Oscuras.– Blair hizo una mueca.

 –¿Por qué tanto rosa?–dijo sin despejar la mirada de la mujer.

Hubo una ronda de aplausos, corteses pero poco entusiastas, durante la cual Harry, Ron y Hermione cambiaron una mirada ligeramente aterrada; Dumbledore no había dicho por cuanto tiempo Grubbly-Plank sería su profesora. Dumbledore continuo.

–Las pruebas para de los equipos de Quidditch de las diferentes casas ocurrirá en el...

Se detuvo bruscamente, mirando interrogante a la Profesora Umbridge. Como ella no era de una estatura muy alta , hubo un momento durante el cual nadie entendió por qué Dumbledore había dejado de hablar, pero entonces la Profesora Umbridge aclaró su garganta, ''Hem, hem," y se hizo claro que ella estaba parada y tenía intención de hablar al publico.

Dumbledore sólo miro hacia atrás un momento, luego se sentó elegantemente y miró atento a la Profesora Umbridge, como si él no tuviera un deseo mayor que escuchar su discurso. Los otros miembros del personal no pudieron ocultar su sorpresa. Las cejas de la Profesora Sprout habían desaparecido en su pelo suelto y la boca de la Profesora McGonagall estaba ligeramente abierta. Nunca antes un profesor nuevo había interrumpido a Dumbledore. Muchos de los estudiantes sonreían atontados; Esta mujer obviamente no sabía como eran las cosas en Hogwarts.

-Gracias, Director, - comenzó la Profesora Umbridge con una sonrisa idiota - por sus amables palabras de bienvenida.

Su voz era aguda, jadeante, como de niña y una vez más, Blair sintió una precipitada y poderosa aversión que él mismo no se podía explicar; todo lo que sabía era que aborrecía todo sobre ella, desde su voz estúpida hasta su mullida chaqueta rosada. Ella despejo de nuevo su garganta, hem, hem, y continuó.

-Bien, debo decir que es un placer haber regresado a Hogwarts - se rió, revelando unos dientes muy puntiagudos. - ¡Y ver las pequeñas caras tan felices que levantan su mirada hacia mí! - algunos alumnos echaron un vistazo alrededor. Ninguna de las caras a las que se podían ver lucía feliz. Al contrario, todos ellos miraban en otras direcciones como si tuvieran cinco años. -¡Tengo muchas ganas de llegar a conocerlos a todos y estoy segura que seremos muy buenos amigos! 

–Si claro..–dijeron con evidente sarcasmo Blair y los gemelos.

Los estudiantes intercambiaron miradas ante sus palabras; algunos apenas ocultaban sus sonrisas burlonas.

-Seré su amigo mientras no tenga que tomar prestado aquella chaqueta, - susurró Parvati a Lavender, y ambas emitieron un tonta risa silenciosa. La profesora Umbridge limpió su garganta otra vez ('hem, hem'), pero cuando ella siguió, la dificultad al respirar había desaparecido de su voz. Se escuchó mucho más seria y ahora sus palabras provenían desde el corazón.

– El Ministerio de Magia siempre ha considerado la educación de brujas y magos jóvenes de vital importancia. El raro don con que ustedes nacieron no puede desperdiciarse sino que debe ser nutrido y pulido por una instrucción cuidadosa. Las habilidades antiguas de la comunidad de magos deben ser transmitidas a las siguientes generaciones o las perderemos para siempre. El tesoro de conocimiento mágico acumulado por nuestros antepasados debe ser preservado, repuesto y pulido por los que han sido llamados a la noble profesión de la enseñanza. 

La profesora Umbridge hizo una pausa y dio un pequeño saludo al resto de los profesores más antiguos, ninguno de los cuales le regreso el gesto. Las cejas oscuras de la Profesora McGonagall se habían contraído por lo que parecía tener la mirada aguda de un halcón, y varios notaron como con su mirada enviaba un significativo intercambio con la Profesor Sprout, cuando Umbridge soltó otro pequeño 'hem, hem' y siguió con su discurso.

– Cada director y directora de Hogwarts ha traído algo nuevo a la pesada tarea de gobernar esta histórica escuela, y así es como debería ser, ya que sin el progreso habría estancamiento y decadencia. No obstante, al progreso hay que ponerle cierto freno por su propio bien, y nuestras tradiciones, probadas una y otra vez, a menudo no requieren ajustes. Un equilibrio, entonces, entre lo viejo y lo nuevo, entre permanencia y cambio, entre tradición e innovación... 

La atención de Blair fue decreciendo, como si su cerebro oscilara. La tranquilidad que siempre llenaba el salón cuando Dumbledore hablaba había desaparecido y los estudiantes juntaban sus cabezas, susurrando y riendo nerviosamente, ella no fue la excepción, comenzaron a conversar sobre su vestimenta y las tonterías, que según los gemelos, ella decía.

𝕱𝖔𝖗𝖊𝖛𝖊𝖗 𝖆𝖓𝖉 𝖆𝖑𝖜𝖆𝖞𝖘 | ʙᴡWhere stories live. Discover now