Prologo: La llegada.

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Nos encontramos en la completa oscuridad, en ella se encontraban unas figuras, una polilla blanca gigante de ojos dorados siendo golpeada por un pequeño ser negro con cuernos de ojos blancos mientras era retenida por tentáculos oscuros que provenían del mismo infinito negro y otro ser parecido al anterior pero de mayor tamaño al igual que sus cuernos.

La pequeña criatura era conocida como "El caballero" un ser creado del mismo vacío para retener la infección que creaba la polilla a la que estaba sometiendo, el otro que era parecido a el se podría decir que era su hermano, el "Hollow Knight"  quien fue creado con el mismo propósito que su pequeño familiar, a diferencia de el, este ya no podía ser capaz de contener el poder de la Reina de la luz, por lo que junto a su hermano y los seres del vacío planeaban destruirla de una vez por todas.

La gran polilla forcejeaba en vano, las ataduras del vacío no cesaban ni un centímetro y los duros golpes del caballero no la dejaban concentrarse en usar su magia de luz para destruir los tentáculos, pronto un brillo segador salió de los ojos de la reina para seguido de eso desintegrarse.

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Hornet despertaba al mismo tiempo que buscaba con la mirada a su hermano, solo para encontrar hecho pedazos el cráneo del caballero, sin mas ella salió del huevo negro y encontró a los insectos anterior mente salvajes y erráticos siendo liberados de la infección, volviendo a sus sentidos y preguntándose en donde estaban.

Con un suspiro de alivio se dirigió a su hogar, a pesar de haber erradicado de una vez por todas la infección, eso no quitaba el hecho de haber perdido lo que le quedaba de familia y se sentía triste por ello, sin duda aquel pequeño ser sería recordado hasta el fin de los tiempos, no solo por ella, si no por todos los habitantes de Hallownest como un héroe.
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Se le puede ver al caballero en una especie de túnel frío color dorado, preguntándose el porque estaba allí, no tubo de otra más que avanzar por el único camino que había, mientras llegaba al final, se sentía cansado, en algún momento no pudo más y se tumbó en el suelo en posición fetal, no podía moverse y su visión se volvía borrosa, así estuvo unos segundos antes de caer desmayado.
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En una sala de hospital se ve a una mujer joven de no más de 20 años gritando de dolor mientras los doctores le decían que pujara y pujara.

Ella era Shiroi, una mujer bella de cabello blanco que le llegaba a la cintura, tes pálida y ojos grises, lastimosamente quedó embarazada involuntariamente a causa de una noche pasada de copas

Doctor: Felicidades señorita, es un hermoso varón.

La mujer acunaba al bebé en sus brazos mientras lo mecía lentamente, a pesar de que la escena se veía tierna, para ella era todo lo contrario.

Shiroi: (Maldita sea, no quería ser madre tan pronto, aún no he hecho todo lo que quería en mi vida, ni siquiera e terminado mi carrera, ¿Cómo arreglo esto?). La mujer estaba consternada mientras veía de forma neutral al pequeño mirando de forma curiosa a su alrededor.
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En una noche lluviosa una mujer con saco grande estaba caminando por las calles con un paraguas en su mano izquierda y una canasta grande en la derecha, en esta se encontraba un pequeño bebé peli blanco que se encontraba dormido.

La madre detuvo su andar en frente de un orfanato, dejó la canasta a un lado de la puerta, tocó el timbre y se fue corriendo dejando al bebé solo en la lluvia. Al cabo de un rato sale una mujer en sus 40 años, peli café un poco canosa, usaba lentes, suéter verde y una falda larga de color azul.

Señora mayor: Oh, pero miren que tenemos aquí, ¿Cuál es tu nombre pequeñín?.

Mencionaba la mujer mientras buscaba alguna nota en la canasta con alguna instrucción o nombre encontrando la justo debajo de uno de los brazos del bebé, ya era algo típico el que alguien abandonara a un bebé de esa forma, no era la primera vez.

VASIJA HERÓICAWhere stories live. Discover now