Los secretos de Ismael

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Día 12: Gargantilla.

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Gael se veía en el espejo del baño de Ismael. Reconociendo su buen gusto en ropa de una marca, un lujo que Gael no pudiera darse así mismo. Una camisa lila, ajustada y unos jeans azules. Todo el conjunto remarcaba su buen cuerpo.

Ismael se acercó por su espalda. Lo rodeó con sus brazos para acercarlo a su cuerpo. Recién caía en que le llegaba hasta el hombro, sin contar que su musculatura lo hacía ver enclenque. El modo en qué su bicep se tensaba al rededor de su garganta lo ponía nervioso. ¿Cómo se habría de sentir un apretón así sin ropa? Estaba sonrojado de pronto.

—Hueles a lavanda— le susurró Ismael al oído.

—Sí— Gael bajó la cabeza. —... Tienes buen gusto— admitió para agarrarse de su antebrazo. La imagen que tenían de frente era adorable. Se miraban a través del reflejo.

—Solo te imaginé con esto puesto, aunque te falta algo— su otra mano sostenía un estuche alargado. Gael lo encaró. Ismael abrió la caja, revelando así una gargantilla de pedrería brillante. Sencilla, no muy gruesa. —... ¿Te gusta?

Gael asintió, los destellos le fascinaron.

—No puedo aceptarlo...

—Gael— el nombrado se estremeció al oír su voz fuerte. Levantó la mirada. —. En mi familia es tradición que un alfa le de una joya al omega que esté pretendiendo— el pelirrojo se tapó la boca.

—¿De verdad?— Ismael asintió. —... Ismael... Yo no tengo nada que darte— el mayor cargó al chico en sus brazos y lo llevó a la habitación. Lo dejó en la cama y se sentó a su lado, dejando el estuche de lado. —. Por favor, no pienses que no me gusta, está hermoso, me encanta. Pero yo... No tengo nada que compense semejante regalo...

Ismael lo abrazó con fuerza.

—Destruiste mi habitación para hacerte un nido en un rincón de mi casa— Ismael se reía. —. Estoy más que halagado por eso.

—Perdón... Me volví un poco loco buscando cosas— se separaron.

—No te disculpes— sostuvo su rostro.

Gael se atrevió a besarlo. Ismael no se resistió, tenía todo el día esperando que lo hiciera. El menor bajó sus manos a su cintura y se sujetó de su camiseta. Al finalizar su beso, Gael se dio la vuelta y abrió el cuello de su camisa. Ismael recibió la indirecta y le puso la gargantilla.

El menor rápido lo encaró, con los dedos tocando las piedras brillantes. Ismael se mordió el labio, su cuello ahora no sería algo que pudiera ignorar con facilidad durante la velada.

—¿Cómo luzco?

—Guapísimo...

Salieron de la habitación para tener todo listo a la hora que sus invitados llegasen. Gael recordó algo importante mientras ayudaba a poner la mesa.

—Ismael, debo ponerte en sobre aviso con Amir— empezó mientras ponía la vajilla.

—¿Qué hay con él?— preguntó y puso los cubiertos junto a los platos.

—Amir se cayó y se golpeó la cabeza hace diez años atrás, como consecuencia sufrió una contusión y a veces se le va el hilo— Gael lo miraba con un plato apretado en su mano izquierda. —. Está bajo tratamiento para mantenerse cuerdo...

—Entiendo— dijo Ismael para encogerse de hombros. —, ¿algo más?

—Sí, si de casualidad te está hablando de algo y empieza a divagar, tú solo di: "Amir, se te va el tren"— Ismael levantó una ceja.

Negociando con el Corazón || Original - #OmegaverseWhere stories live. Discover now