Capítulo 3: Dick

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Para Conner, el más difícil de descifrar de sus amigos siempre fue Robin. Sabía su nombre solo porque su super audición se desviaba hacia las personas que conocía, pero además de eso y su edad, el chico era un completo enigma.

Durante cada misión y el tiempo que pasaron juntos en Monte Justicia, Conner se esforzó en intentar conocer más a su compañero. Sin embargo, Robin no cooperaba mucho dándole siempre respuestas ambiguas o desviando cualquier tema de conversación.

Un día, ya bastante deprimido, se acerco a su velocista.

-Wally. -Lo llamo, sentándose a su lado. - ¿Por qué no le caigo bien a Robin? –

- ¿De qué hablas? ¿Se peleo contigo o algo así? No, ya sé, dijiste algo que lo descoloco... -Su amigo comenzó a hablar muy rápido.

-No. -Conner lo corto. -Es solo que siento que no sé nada sobre él y cuando intento averiguar cambia de tema o me da respuestas raras. ¿Es qué no confía en mí? Creí que ya habíamos terminado con lo de "ser una posible amenaza" ...-

-No, no es eso, Kon. -Wally negó con un suspiro. -Robin es muy reservado por las reglas que Batman le hace cumplir y porque está acostumbrado a evadir preguntas generalmente, pero te aseguro que confía en ti. Es más, él te adora especialmente. –

- ¿Enserio? -Conner miro con esperanza a su velocista.

-Sí, eres como el hermano mayor que siempre quiso. -Wally aclaro. -Ahora, ya deja la depresión y prepárame un sándwich que muero de hambre. –

-Siempre tienes hambre. -Conner resoplo, pero se levanto del sillón. -Gracias. –

Dos semanas después de esa conversación, todos los miembros de Young Justice más Red Arrow decidieron hacer una pijamada en Monte Justicia

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Dos semanas después de esa conversación, todos los miembros de Young Justice más Red Arrow decidieron hacer una pijamada en Monte Justicia. Se divirtieron mucho y a la medianoche cada uno volvió a su cuarto a dormir.

Conner es consciente de que tanto Roy como Robin nunca antes se habían quedado durante la noche en la base, pero no le tomo mucha importancia. Por supuesto, esto solo fue hasta que se despertó por los gritos provenientes de una de las habitaciones.

Considerando que alguien podría haberse colado en su casa, Conner corrió directo a la fuente de los alaridos, solo para encontrar a Robin revolviéndose en su cama con los ojos cerrados. Aun medio asustado, se acercó a la cama y comenzó a llamar a su compañero para despertarlo. Tardo un par de minutos, pero finalmente lo logró.

De todas las cosas que podía esperar, lo que menos imagino Conner es que su amigo comenzaría a llamar a alguien mientras lloraba sobre su cama y respiraba muy agitadamente. Trato de entender que era lo que decía, hasta que noto que no estaba hablando en español, sino en Romaní. Al conocer todos los idiomas, reconoció las palabras.

- ¡Mamá! ¡Papá! -Era a quienes Robin estaba llamando.

-Esta bien, Rob. Necesito que te calmes. -Conner intento aplacarlo, pero parecía que su amigo no lo entendía. -Rob, por favor. Está bien, estás a salvo. –

Robin continúo llamando a sus padres en Romaní sin prestar atención a la otra persona en su cuarto, hasta que Conner decidió que tal vez si hablaba en su mismo idioma podría llamar su atención.

-Robin, está bien. Escúchame, es solo un sueño, estás a salvo. -Conner arrullo en Romaní y apoyo sus manos en los brazos de su compañero.

- ¿Conner? -Robin cuestiono en su idioma nativo, parpadeando. Los restos de su pesadilla iban desapareciendo de su mente. - ¿Puedes entenderme? –

-Claro que puedo, hablo todos los idiomas terrestres y algunos de otros planetas. -Conner respondió. -Está bien, estás a salvo. Por favor, ya no llores. No dejare que nadie te lastime. –

- ¿Y no te irás? -Robin pregunto, finalmente mirando a su amigo con inseguridad.

- No iré a ninguna parte, te lo prometo. -Conner aseguro, borrando con su mano las últimas lágrimas en las mejillas de su chico maravilla. - ¿Me haces lugar? –

Robin se movió y Conner se metió dentro de la cama, arrastrando a su amigo en un abrazo con el que quedaron recostados de lado.

-Trata de dormir, me asegurare de que las pesadillas no vuelvan a molestarte. -Conner declaro con una sonrisa.

-Gracias. -Robin se acurruco contra el pecho de su amigo y volvió a dormirse.

A partir de esa noche, Conner descubrió muchas más cosas sobre su compañero más joven y el idioma Romaní se convirtió en su lenguaje secreto. Si Robin quería decirle algo sin que nadie los escuchará, hablaría en su lengua materna y Conner sabría de inmediato que lo que estaba escuchando era algo que no debía compartir con nadie más. A fin de cuentas, Robin es muy reservado con todos sus secretos y Conner lo sabe. 

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