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Bruce estaba destrozado.

Si no hubiera sido por su indestructible sentido de la justicia, no saldría de su mansión y se quedaría todo el día en la cama. Le costaba la vida entera salir todas las noches a patrullar la ciudad, pero aunque doliera enormemente, era su deber, al fin y al cabo. Así se lo juró a sus padres, y así es como debía seguir siendo.

Aprovechaba los ratos que se tiraba moviéndose entre edificios a plena oscuridad de la noche para pensar. Lo cuál sólo empeoraba las cosas; cada vez se sentía peor, y más culpable.

Bruce sintió en un primer momento que debería haber protegido a Harvey. Que si él hubiera estado ahí, podría haber hecho que el ácido no corriera por su rostro y deformara la mitad de su bella cara. Y aún con la sucesión de eventos originales, los médicos le dijeron que Harvey tenía suerte de estar vivo.

Fue un día, al hospital, a visitarle, pero Dent todavía estaba inconsciente y sólo pudo dejarle flores mientras acariciaba su mano y le pedía perdón mientras lloraba.

Pero lo peor, sin duda, vino después. 
Harvey nunca fue un hombre mentalmente estable. Bruce lo sabía, porque él también lo era. Su obsesión por los criminales de los suburbios de Gotham; su incesante lucha por conseguir lo que quisiera sin importar los medios para ello, Bruce siempre presenció aquello y sin embargo, no hizo nada. ¿Cómo no había sido capaz de ver que el que algo así ocurriera no iba a ser cuestión de tiempo?

Bruce pensó largo y tendido sobre ello, y despreciaba la idea de que Harvey no hubiera podido cambiar nunca; y si la mitad de su rostro no hubiera sido destrozada, él estaría bien y podrían seguir viviendo su historia de amor juntos. 
Pero creer aquello sólo significaba engañarse a sí mismo.

Harvey había matado inocentes, se hacía llamar "Dos Caras" y tenía constantes pensamientos y obsesiones psicópatas por la dualidad y la suerte. Harvey nunca había estado bien.

Cuando reposaba en las gárgolas de los edificios más altos, siempre pensaba en Dent. Reflexionaba sobre su relación y siempre acababa llegando a una pregunta sin resolver de cómo podría haber ayudado a Harvey.

También temía encontrárselo en las calles. Sabía que él estaba fuera, haciéndose una reputación de un verdadero villano sanguinario. Unas de las muchas razones por las que no quería encontrarse con Harvey la ignoraba siempre, pero era la pura verdad en su corazón:

Harvey suponía un recordatorio de su fracaso, y de sus problemas psicológicos y mentales más profundos.

Cada vez que escuchaba la más mínima mención a Harvey, su corazón se llenaba de un gran malestar. Su mejor amigo, y después novio, ahora era su enemigo. Debía combatir con él porque si no rechazaría su principio moral más básico, y lo sentía culpa suya, incluso si aquel sentimiento no estaba justificado.

Porque, ¿De verdad podría haber ayudado a Harvey y evitar que todo este presente fuera real? 
Siendo honesto, ni siquiera él estaba completamente sano. Muchas veces se lo decía Alfred; salía por las noches vestido de murciélago para apalear criminales, lo que hacía no era de persona normal y temía que aquello hubiera tenido una buena influencia en su relación con Harvey que le habría afectado en el pasado.

Porque Bruce amaba a Harvey Dent, y de hecho, lo seguía amando, aún si él mismo quería renunciar a aquél nombre con la excusa de una doble personalidad. 
Pero Wayne nunca le confesó que era Batman; no era completamente sincero con él y es posible que aquello hubiera ocasionado que su relación desembocara en una artificial: fingida, como la mayoría de su personaje de Bruce Wayne.

No se veía capaz de mirarle a la cara con todos esos pensamientos asolándole con tanta fuerza.

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⏰ Last updated: Dec 09, 2021 ⏰

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Divididos {BruceHarv/TwoBats}Where stories live. Discover now