Naruto Hijo de la Luna {Completo}

Capitulo 24

Naruto deseaba tener una buena noche de sueño, pero desafortunadamente Morfeo tenía otros planes.

"No sé porque debo de sonar con el pasado, al parecer debo de entrenar bien mis dominios"

Esa noche Naruto soñó que estaba en el camarote de la princesa Andrómeda. Las ventanas estaban abiertas en un mar iluminado por la luna. El viento frío susurraba las cortinas de terciopelo.

Luke se arrodilló sobre una alfombra persa frente al sarcófago dorado de Kronos. A la luz de la luna, el cabello rubio de Luke parecía blanco puro. Llevaba un antiguo quitón griego y un borde blanco, una especie de capa que le caía por los hombros. La ropa blanca lo hacía parecer intemporal y un poco irreal, como uno de los dioses menores del Monte Olimpo. Lo cual fue un poco extraño, ya que Naruto recuerda que Percy le dijo que Luke se cayó del acantilado del Monte Tam y se rompió.

Si eso fuera cierto, pensó Naruto, Luke no debería verse tan saludable.

Si las heridas de Luke por la caída fueron muy parecidas a las que sufrió Lee, Luke aún debería estar vendado, incluso con ambrosía y néctar. Pero aquí estaba Luke, luciendo saludable como si nunca se hubiera caído del precipicio.

"(Algo no está bien)", pensó Naruto.

Naruto no tuvo tiempo de pensarlo cuando Luke comenzó a hablar.

"Nuestros espías reportan éxito, mi señor", dijo. "El Campamento Mestizo está enviando una misión, como predijiste. Nuestro lado del trato está casi completo"

"Excelente." La voz de Kronos dijo con crueldad. "Una vez que tengamos los medios para navegar, guiaré a la vanguardia a través de mí mismo."

Naruto inclina su cabeza. A qué se refería Kronos con eso, pensó.

Luke cerró los ojos como si recogiera sus pensamientos. "Mi señor, tal vez es demasiado pronto. Tal vez Krios o Hyperion deberían llevar—"

"¡No ¡". La voz era tranquila pero absolutamente firme, la guiaré. "Un corazón más se unirá a nuestra causa, y eso será suficiente. Por fin me levantaré completamente del tártaro."

"Pero la forma, mi señor ..." La voz de Luke comenzó a temblar.

"Muéstrame tu espada, Luke Castellan."

Luke desenvainó su espada. El doble filo de Backbiter brillaba perversamente: mitad acero, mitad bronce celeste. Un arma malvada capaz de matar mortales y monstruos.

"Te prometiste a mí, Kronos le recordó. Tomaste esta espada como prueba de tu juramento."

"Sí, mi señor. Es solo que ..."

"Querías poder. Te di eso. Ahora estás más allá del daño. Pronto gobernarás el mundo de los dioses y los mortales. ¿No quieres vengarte? ¿Ver el Olimpo destruido?"

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Luke. "Si."

"El ataúd brillaba, la luz dorada llenaba la habitación. Luego prepara la fuerza de ataque. Tan pronto como se haga el trato, avanzaremos. Primero, el Campamento mestizo se reducirá a cenizas. Una vez que esos molestos héroes sean eliminados, marcharemos hacia el Olimpo."

Llamaron a las puertas del camarote. La luz del ataúd se desvaneció. Luke se levantó. Envainó su espada, ajustó su ropa blanca y respiró hondo.

"Adelante."

Entro y camino Kelli, la animadora animusa de orientación para estudiantes de primer año.

"Hola Luke" Kelli sonrió, con un vestido rojo y ocultando su verdadera forma.