Capitulo 11

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Maratón 3/3

Las cosas entre Christopher y yo habían cambiado, yo había dejado de ser tan agresiva con él, y él intentaba no ser un perro rabioso lleno de celos. Volví a mi trabajo, los niños y las mujeres que había intentado proteger hace una semana habían ido a darme las gracias y disculparse por las molestias, yo le reste importancia y les dije que no se preocuparán.
Dafne vino a disculparse por el comportamiento de su madre - un lindo gesto de Dafne- se río mucho cuando vio a su madre enojada, me pidió disculpas por su comportamiento al principio y yo simplemente le dije que empezáramos de nuevo. Mike iba todos los días a visitar a su madre a la tienda, quedo un poco nervioso y lo entendía, era su única familia. Esta manada estaba llena de familias incompletas, hace muchos años hubo una batalla tan grande que muchos de los lobos murieron, pero lo que más me sorprende es como todos se unen para llenar ese vacío y ser una familia gigante.
La gente del pueblo comenzó a ir a la tienda para conocerme, cosa que fue muy incómodo, pero todos fueron amables, bueno nunca falta la mujer o hombre envidioso que no cree que yo sea suficiente para la manada, pero simplemente yo le respondía: " pase su queja a la diosa luna para que me sustituya por usted". Y eso si que los callaba.
Me encontraba caminando hacia la casa, la temperatura estaba bajando, eso quiere decir que el verano está llegando a su final, ya perdí la cuenta de cuanto tiempo llevo acá, sólo se que me estoy acostumbrado y no está tan mal tener un hogar... Hogar, esa palabra es dulce y amarga para mi boca, nunca pensé que llegaría a tener un hogar, no tan pronto. Al cruzar por la puerta principal me di cuenta que estaba completamente sola. Subí a mi habitación, tome el cuchillo de obsidiana y me dirigí a la parte trasera de la casa donde se encontraba un enorme árbol. Comencé a practicar con el árbol alguno de los movimientos. Después de una hora sentí como mi cuerpo estaba bañado de sudor, pero no estaba cansada.
- Señorita Eva - la voz de Turn me sobresalto. Cerré los ojos con fuerza y solté un gemido de frustración.
- Turn siempre que estas cerca mío algo malo pasa - me queje.
Sus mejillas se sonrojaron y soltó una carcajada.
- me disculpo por eso, pero todo era necesario- retrocedió para entrar a la casa - ¡espere! - me detuve. - hoy no hay ningún peligro cerca- se acercó a mi con un caminar muy peculiar - le vine a traer un regalo en forma de disculpa. - de su bolsita sacó una daga muy extraña. Oh. Santo. Cielos. Era una daga de diamante.
- es mucho no puedo aceptarla - tartamudee nerviosa.
- tonterías.
La tomo indecisa y la inspeccionó, el diamante por naturaleza es imperfecto y eso lo hace completamente hermoso, en el mango de la daga dos runas estaban dibujadas, Elhaz y Dagaz. Cuando levanté la mirada Turn ya no estaba. Bueno, su visita no había sido tan mala después de todo. Escuche como la puerta principal se abrió de golpe, me alarme y corrí hacia el interior de la casa, Christopher y Adam cargaba a Mike que estaba lleno de sangre.
-¿qué sucedió? - pregunte alarmada.
- aún no lo sabemos - la voz de Adam fue dura, con mi daga de diamante rompí la camisa de Mike, su cuerpo estaba lleno de quemaduras que no se recuperaban. Me acerque para examinarlo, el interior de las heridas estaban llenas de pedazos de plata
- lo atacaron con plata - murmure.
-¿qué? - Christopher toco una de las heridas y alejó la mano rápidamente - demonios, tenemos que sacarle esa mierda de ahí - gruño.
- tráeme mi mochila, agua, paños, y si puedes unas pinzas. - ordene. Todos comenzaron a correr por la casa. Mientras espera toque su pulso que era muy bajó, con el cuchillo de diamante, lo introduje con cuidado por una de las heridas, escuche su alarido, pero no me detuve, saque un poco de la plata y vi como su piel reaccionaba, hice el mismo procedimiento en otra herida, un alarido más fuerte.
-¿qué mierda haces? - me grito Adam, que traía agua, toallas, y pinzas.
Lo ignoren y tome la botella de agua. Cuando el agua toco la herida, Mike grito con fuerza y comenzó a sacudirse.
- sostenlo - le ordene a Adam, en ese momento Christopher entro con mi mochila, cuando me la entrego busque la daga de obsidiana, la introduje en otra de sus heridas donde tenía un pequeño pedazo de plata, comencé a sacar pedazo por pedazo, mis manos estaban llenas de sangre, pero eso no me detuvo. La puerta principal se volvió abrir con una Carol llena de llanto y una Dafne pálida. Los gritos de Mike no paraban, cosa que no ayudaba mucho a su madre, las heridas seguían abiertas pero ya no tenían ese color rojo infectado, cuando acabe con su torso, pedí que me ayudarán a darle la vuelta.
- Mike sólo falta tu espalda, tu puedes soportarlo - lo anime, el me dio un simple gruñido. Su espalda no había sufrido tanto, pero tenía una gran herida, con cuidado repetí el procedimiento de sacarle los pedazos de plata, saque la malaquita de mi maleta y la puse sobre sus heridas. Tome aire y me concentre en curarlo, era algo que había practicado pocas veces, pero había funcionado, las piedras tienen poderes curativos increíbles, escuche varias exhalaciones en la habitación, enfoqué mi energía en curarlo, el tenía que mejorarse, el era un buen chico. Cuando un fuerte dolor de cabeza me ataco lo solté como sí su cuerpo me quemara. Un mareo profundo me invadió, me levanté con rapidez y corrí al baño a vomitar, escuche los pasos de Christopher a mis espaldas, el tomo mi cabello y lo agarro con su mano.
- Eva - su voz sonó preocupada. - maldición Eva. Lo curaste - susurro.
-¿esta mejor? - pregunte con cansancio.
- sus heridas sanaron- su voz sonaba extraña. - estas llena de sorpresas.
Me levanté y limpie mi boca.
- me alegro- sonreí sin ganas. El tomo mis manos llenas de sangre y las limpio. Me recosté en su pecho y inhale su delicioso olor a bosque. Cuando término de limpiar mis manos, me tomo en brazos, recosté mi cabeza en su pecho y cerró los ojos. Entramos a su habitación y me sentó en la cama.
- levanta los brazos- me ordeno, saco mi blusa llena de sangre y la arrojo lejos, se arrodilló frente a mi y saco mis zapatos, luego me acosté y levanté la cadera para que sacara mi pantalón. Busco en su armario una camisa suya y me la ayudo a ponérmela. Me sentía tan cansada que no me importaba, levantó las sábanas y me metió debajo de ellas, beso mi frente y susurro algo que no entendí. El sueño en cuestión de minutos se apoderó de mi, llevándome a otro mundo.

¡Bueno mis bellezas esté fue el último capítulo por hoy, espero hayan disfrutado los tres capítulos de hoy, estoy muy agradecida con ustedes sus comentarios y votos me alegran el día. Sigan votando y comentando! ¡Muchos abrazos mis amores!

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