Capitulo 8

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No veía con claridad por donde estaba caminando, la luz de la luna iluminaba un lugar extraño para mi, las paredes eran de piedra con cadenas colgando de ellas, el lugar olía a húmedo y sangre, en una esquina el cuerpo de un hombre colgaba, su espalda estaba recta, su cuerpo que en algún momento debía ser musculoso estaba delgado y acabado, sus brazos musculosos colgaban con cansancio de las cadenas de la pared, su espalda se mantenía recta con orgullo, su cabellera negra fue lo que más llamo mi atención.
Camine hacia el cuerpo del hombre, cuando estuve frente a él, levantó su rostro, su rostro que en sueños anteriores había sido hermoso estaba demacrado.
- ¿Selene? - su voz gruesa sonó desesperada.
Sus ojos se encontraron con los míos y pude ver como su mirada oscura se sorprendía cada vez más.
- ¿E-Eva? - tartamudeo. -¿ Eva? - sus brazos jalaron las cadenas con fuerza, por un momento pensé que las cadenas se romperían, pero el grito aterrador que soltó aquel hombre la lleno de dolor, su piel estaba en carne viva, aquellas cadenas eran de plata.
Intente abrirlas con mis poderes, pero era inútil era como si no tuviera, cuando puse mis manos en las cadenas, estas siguieron derecho como sí fuera un fantasma - es inútil- gruño- tu cuerpo no está aquí, sino tu alma.
- ¿por qué demonios estas aquí? - le pregunte alarmada.
- por amor - sonrió con amargura.
- ¿este sufrimiento lo vale?
- cada segundo de mi miserable existencia. - sus ojos me transmiten tanto afecto que me rompe verlo así.
-¿eres un lobo?
- si.
- ¿qué somos? - me arrodille a su altura para que pudiera descansar su cuello.
Abrió la boca para decir algo, pero una voz nos interrumpió.
- maldito perro que todas las lunas llenas habla. - la voz cada vez estaba más cerca.
- tienes que irte ahora - su mirada estaba alarmada. - intenta volver la próxima luna llena y te explicare, no volveré a tus sueños por un tiempo, ahora veté. Cuídate por favor - su mirada de clavo en mi clavícula y fruncido el ceño- espero ese maldito bastardo que te mordió sea un buen compañero o lo matare con mis propias manos.
Se escucho el sonido de las llaves en una cerradura, indecisa en dejarlo aquí o irme, le di una última mirada y me basto para despertarme.

Dure dos días en la cama, mi cuerpo no respondía y mi humor no me ayudaba mucho. Me comporte como una idiota con Christopher, el se siente culpable y siempre que me ve pide disculpas, el no sabe lo que pasa en el bosque ni lo que pasó esa noches después de desmayarme, cada vez que me mira es como sí escondiera algo, se ve preocupado y irritado, así que los dos en la misma habitación no hacemos un buen equipo.
Me levanté de la cama sin muchas ganas, tome un short negro y una camisa de tirantes simples, baje a la cocina para comer algo, cuando el chef me vio su rostro perdió el color y me pidió que volviera a la habitación pero yo me negué y lo observe todo el tiempo que me preparaba una ensalada de frutas. Cerré los ojos por culpa de la luz que me molestaba, intente concentrarme en otras cosas, fue cuando me di cuenta que escuchaba con claridad las voces de la sala.

- Christopher tienes que entender que ella es humana - hablo Dafne - no todos los organismos aceptan la transformación, son muy pocos los que sobreviven...
- Dafne, ella no va a morir.
- pero tampoco está bien.
- señorita aquí tiene su ensalada - la voz del chef me sobresalto.
- gracias - tome la ensalada y con silencio me acerque a la sala donde pude apreciar a los mejores guerreros de Christopher. me recosté contra la pared y los observe en silencio, estaban todos tan absortos en la conversación que no notaron mi presencia.
- Dafne, ella es diferente - hablo un chico que siempre se mantenía en silencio, era rubio, de ojos cafés y sonrisa encantadora. Christopher le lanzó una mirada furiosa.
Ah, así que Dafne nunca me había visto en acción.
-¿cómo que es diferente? - los ojos de Dafne se agrandaron con sorpresa. Tome un pedazo de fresa me lo metí a la boca. Lo mastique con lentitud.
- ella es un fenómeno - hablo Adam.
Con un movimiento de mi mano lo lance al techo y lo deje ahí. Dafne soltó un chillido que retumbó por toda la casa, todos se pusieron en alerta mientras me buscaron con la mirada. Mordí otro pedazo de mango con tranquilidad, los mire sin expresión alguna.
- ¡maldita sea Demonio, bajame! - grito Adam.
- ¿por qué debería de hacerlo?- hable mientras miraba con atención la fruta y comía otro bocado.
- Eva... - hablo con suavidad Christopher. - aún no te has recuperado del todo, vas a agotarte más rápido bájalo.
- tengo suficiente energía para dejarlo de esta manera - pero en cambio moví su cuerpo para que quedara con la cabeza hacia abajo y sus piernas hacia arriba.
-¡Demonio! - grito Adam. Su rostro estaba rojo.
Seguí comiendo con tranquilidad, intente darme media vuelta para irme, pero las manos de Christopher me detuvieron con gentileza.
- Eva hablemos. - sus ojos me miraron con súplica. Sólo pude asentir - ellos tienen varias teorías de lo que pudo haberte pasado. me gustaría que los escucharás.
Era obvio que Christopher no sabía lo que me había pasado, pero sí eso lo hacia sentir mejor. Me senté en el sofá con las piernas estiradas. Christopher aparto mis piernas con delicadeza para sentarse, luego de dejarlas encima de las suyas. Sus manos me daban pequeños masajes como sí para el fuera sólo una costumbre.
- ¿qué demonios eres? - pregunto Dafne con intriga. Estudie su rostro, pero no había ningún rastro de superioridad o burla.
- ¡un demonio! - grito Adam con enojo.
- Adam esa no fue han buena respuesta - con fuerza lo estrelle contra el techo, él soltó un grito de frustración.
- te juro que te mato Demonio.
Deje de manejar su cuerpo y lo solté sin avisarlo, su cuerpo cayo al piso de una manera brutal. Un jadeo y exclamaciones se escucharon en la habitación, Mike comenzó a reír con ganas, Adam se levantó con cuidado, me fulmino con la mirada luego de salir de la habitación con ira.
- amo a esta chica - exclamo Mike con alegría. Christopher soltó un gruñido, Mike dejo de reír y sonreír - perdón.
Un fuerte dolor de cabeza hizo que cerrara los ojos
- te dije que pararas. - la voz de Christopher tuvo un tono de burla.
Solté un bufido molesta, sentí como su cuerpo se acercaba al mío, me tomo por los hombros y con una ágil movimiento me acostó, puso mi cabeza en sus piernas y antes de que pudiera protestar comenzó acariciar mi cabeza.
- volviendo al tema - hablo Dafne- ¿qué eres Eva? Me estoy imaginando algo pero tengo miedo de decirlo en voz alta.
-¿ qué crees que soy? - le pregunte aún con los ojos cerrados.
-¿una bruja? - su voz sonó insegura.
Una sonrisa se extendió por mi rostro, no pude evitar una carcajada, abrí los ojos y la observe, ella se veía apenada.
- eso es lo que dicen muchos - le sonreí para tranquilizarla - pero no lo soy. Aún estoy en la búsqueda de lo que soy.
- ahora estamos seguros que no eres humana - Dafne parecía muy intrigada - nunca he visto a otra criatura verse afectada por la mordedura de un lobo. - comenzó a caminar por la habitación. Me estaba sintiendo incomoda - ¿y tus padres?
- creo que muertos - suspire. Las manos de Christopher se detuvieron - ¡Hey! No te detengas.
-¿por qué lo crees? - me pregunto Chris.
- he tenido sueños extraños con un hombre. - Christopher soltó un gruñido molesto- es parecido a mi- explique- perro celoso - murmure.
- te escuche - sonó enojado - ¿recuerdas algo de él?
- recuerdo que dijo, que esperaba que el bastardo que me mordí cuidara de mi. - lo mire divertida mientras veía el cambio de sus facciones.
- suena como un padre enojado- río Mike.
-¿puedes dibujarlo?- hablo Dafne.
- creo que podría.
Uno de los chicos que se mantenían en silencio como sí estuvieran en guardia me trajo papel y lápiz. Comencé con la forma de su rostro, su quijada fuerte, sus pómulos marcados, su nariz grande y respingada, sus ojos cafés y tristes, luego su pelo negro como la noche. Cuando termine el dibujo todos lo observaron, pero ninguno pareció reconocer el rostro del hombre.
- tienes cierto parecido - murmuro Chris.
- es un simple dibujo, quizás es cosa de mi imaginación. - murmure incomoda.
- sabes que sí tu cuerpo no responde bien a la mordida que te dio Chris, morirás. - Dafne, no pretendía ser grosera, pero eso me puso la piel de gallina. Estúpido Chris por haberme mordido.
- no va a morir- hablo fuerte Christopher.
- ¿podemos hablar en privado?- le susurre a Chris. El asintió, me tomo de la mano y me llevo a su habitación.
Cuando cerró la puerta, me senté en la cama y lo observe con cuidado.
- Chris, paso algo en el bosque - sus ojos verdes brillaron con furia- y antes que me digas algo, escúchame. - tome aire- en el bosque hay un gnomo que es como el espíritu del bosque, el me dio una flor azul, se evaporó en mis manos y todo comenzó a dolerme, me decía que despertara, luego tu llegaste y tuve un sueño con aquel hombre.- me calle, lo mire a los ojos y con timidez hable- es un hombre lobo, me pidió que fuera la próxima luna llena y me explicaría todo. - el dolor de cabeza disminuyo- no se qué va a pasar, todo serán confuso - me acosté de espaldas a la cama.
- entonces esperaremos hasta la siguiente luna llena- se acostó de lado mirándome con atención.
- ¿ y sí muero? - le susurre - Christopher estoy asustada.
- Hey - acaricio mi rostro- eres Demonio, el terror de todos. Nada te pasara yo estoy aquí. - beso mi frente. Mariposas revolotearon en mi estómago, mi rostro se sonrojó. una parte de mi quería besarlo con ferocidad, poseerlo, sentirlo más cerca. Sus mirada debió entender la mía, porque con un movimiento rápido su cuerpo estaba sobre el mío. Abrí las piernas para que se acomodada mejor, sus ojos buscaron la duda en mi, pero antes de que pudiera cambiar de opinión su boca se lanzó a la mía. Sus labios fueron feroces, nuestras lenguas estaban en una guerra sensual, mi mano derecha se enredaron en su pelo, atrayéndolo más a mi, mientras la otra viajaba por su pecho, sus manos estaban en mi rostro, pero quería sus manos por todo mi cuerpo, tenía ganas de él, quería todo de él, y eso me asustaba, porque no quería lastimarlo, pero tampoco quería alejarme de él. Su boca bajo a mi cuello y sentí como mis caderas se movieron involuntariamente hacia él, Christopher soltó un jadeo que me excito de una manera absurda. Se levantó con rapidez jadeante, con los ojos llenos de deseo, la boca roja y un muy gran problema.
- iré a tomarme una ducha fría - susurro.
Me quede en la cama respirando con dificultad y pensando en lo que acababa de pasar.

Hola mis bellezas, les dejo otro capítulo espero les haya gustado mucho VOTEN y COMENTEN por favor, eso me motiva a subir capítulos más rápido y aprovecho que está semana tengo vacaciones - aunque estoy llena de lecturas- espero lo hayan disfrutado como yo lo disfrute escribiendo, les doy mil gracias por leer, a las chicas que comentan son un amor y cada vez que veo un comentario de ustedes me emociono. Una vez más gracias y voten!

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