Capitulo 9

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Maratón 1/3

Después de varios días volví donde Carol, ella me recibió con los brazos abiertos como si fuera su hija y eso me hizo sentir bien. Me enseño a preparar tortas de chocolate, estuve todo el día practicando como hacer diferentes películas mientras Carol atendía a la gente, varios niños estaban en el lugar comiendo con sus madres que con disimulo me lanzaban miradas curiosas.
Las puertas se abrieron abruptamente, tres hombres robustos y desaliñados entraron al lugar, el rostro de Calor perdió el color, igual que la de todas las mujeres del lugar, tomaron las manos de sus hijos intentando salir disimuladamente del local, pero dos de los hombres que eran rubios se pararon enfrente de la puerta.
El pelirrojo que parecía el jefe observo el lugar con cuidado, las mujeres agarraron a sus hijos y los pusieron detrás de ellas. Con disimulo atraje varios cuchillos, los ojos de Carol me miraron con asombro pero no dijo nada.
- un lugar muy pintoresco- la voz del pelirrojo era ronca. Su nariz tenia el tabique salido formando una montaña gigante, sus ojos verdes eran repulsivos, tenía barba de algunos días que le daban un aspecto más rudo.
- ustedes no son de esta manada - gruño una mujer.
- obviamente no- sonrío con sorna- no podríamos ser parte de una manada tan débil.- los otros hombres rieron.
- ¿que es lo que quieren? - hable con ferocidad.
-vinimos a buscar a alguien- sus ojos me examinaron - no sabia que ahora tenían a humanos de mascotas.
Le sonreí con amargura.
- ¿a quién viene a buscar? - hablo Carol con fuerza.
- al alfa por supuesto.
Los vellos de mi nuca se erizaron.
- como puede ver no esta acá- me cruce de brazos y lo observe.
- no se demorara en llegar. -Tomo una silla y nos observo divertido. - esa torta de chocolate se ve deliciosa.
Carol temblaba, podía ver su nerviosismo igual que la otras mujeres, con disimulo meti un cuchillo debajo de mi delantal. Corte un pedazo de torta y la deposite en la mesa que tenía enfrente de él. El hombre pelirrojo miro mi cuerpo con deseo, le lance una mirada coqueta, puso sus grandes manos en mis caderas, sentí una gran repulsión hacia ese hombre, sus manos comenzaron a moverse a mi trasero.
- que grandes brazos tienes - susurre de una manera seductora.
- también puedes averiguar que otra cosa esta grande.
Ronronee. Y me acerque a él. Con un ágil movimiento saque el cuchillo y se lo clave en el estomago, sus manos agarraron mi cuello con ferocidad. Con la fuerza que nunca había tenido lo tome por el cuello y lo levante, la respiración me estaba fallando, apreté un poco mas y me soltó con un fuerte golpe lo lance al otro lado de la habitación los dos hombres rubios se lanzaron a mi, en ese momento la puerta de hizo añicos y un furioso Christopher entro, tomo por el cuello a los dos hombres, sus ojos amarillos demostraban la ira que lo invadía, con un movimiento fuerte los estrelló contra el piso, Adam y Mike entraron con rapidez y agarraron a los rubios. Christopher camino hacia el pelirrojo que seguía en el piso con el cuchillo enterado en su estómago. Otros dos de sus guardias entraron
- llévenselos a las celdas- ordenó con una voz tan autoritaria que me puso los pelos de punta. Nos observo a todas - ¿están bien? - los niños al ver al alfa se mantenían derechos y firmes, aunque sus rostros estaban pálidos no flaquearon, ellos asintieron, las mujeres temblaron un poco pero asintieron, hombres desconocidos para mi entraron corriendo al lugar, cada uno corrió a sus esposas y hijos y las abrazaron con fuerza. Yo me sentí tan fuera de lugar que retrocedí. La mano de Carol toco mi brazo y sonrío para tranquilizarme.
- gracias- susurro. Mike observo a su madre con preocupación, ella le regalo una mirada tranquilizadora.
- Eva - la voz de Christopher me llamo- la chica cuchillo ataca una vez más - sonrío con orgullo.
- esa chica tiene un culo maravilloso- la voz del pelirrojo nos sobresalto a todos, los dos guardias hacían fuerza para llevarlo pero el se resistía. - si no hubieras interrumpido quizá nos estaríamos divirtiendo.
-¿la tocaste? - gruño con ferocidad Christopher.
- ella me sedujo- quería escupirle en la cara a ese idiota.
Los ojos de Christopher me analizaron, decepcionados quizás.
- no paso nada Christopher- intente tranquilizarlo.
- ¿dejaste que te tocara? - susurro dolido.
- sabia lo que estaba haciendo.
- ¡demonios no! - golpeo la pared. - vámonos Eva.
- no. Me. Des. Ordenes- hable entre dientes.
- yo hago lo que se me de la gana. Ahora vámonos- sus ojos cambiaban de verde a dorados.
- Christopher no es la primera vez que hago algo así.
- ¿seducir?
- seducir y matar- mi voz sonó más fría de lo que espere. Intente irme pero su mano me detuvo.
- deja de escapar.
- quiero estar sola. - desvíe la mirada.
- hablemos - pidió.
-¿para que? ¿Para que me grites? Tu no confías en mi. - hable desesperada.
- nunca se como vas a reaccionar, no se leerte.
- solo confía en mi.
- el te toco.
- tenia todo bajo control.
Me tomo por la cintura me cargo en su hombro. Comencé a maldecirlo, todos nos miraban con atención, quizás divertidos, las mujeres me sonrieron con agradecimiento. Carol tenía una sonrisa plantada en su cara. Refunfuñe frustrada. Cuando llego a la casa subió las escaleras con rapidez, abrió la puerta de su habitación y me tiro a la cama. Se subió sobre mi, tomo mis brazos dejándolos a cada lado de mi rostro. Sus ojos verdes brillaban. Su boca comenzó a dejarme suaves besos en mi rostro, para ir bajando a mi cuello, un jadeo salió de mi boca cuando mordió de manera sensual mi piel sensible, su boca descendió cerca de mis pechos, su nariz rozo la suave tela que nos separaba, mi cuerpo hervía de tal manera que me encontraba jadeando como loca. Soltó mis manos yo yo aproveche para atraer su rostro al mío y fundirnos en un apasionado beso. Sus caderas presionaron las mías, nuestras bocas ahogaban los jadeos, sus manos estaban en todas partes igual que las mías.
- ¿algún hombre te toco de esta manera?- susurro en mi oído.
Sentí como sus palabras fueron un balde de agua fría, mi cuerpo se tensó y gire mi rostro para que no viera mis ojos cristalizados. - Eva...
Giro mi rostro.
- déjame en paz - susurre con la voz entrecortada.
-ninfa... No- seco las lagrimas traicioneras que derrame. - perdóname.
- no entiendo porque siempre piensas lo peor de mi.- me removí incomoda- déjame sola.
- ninfa...- intento besarme, pero con fuerza lo quite de encima mío
- ¡que me dejes sola! - grite enfurecida.

Salí de la habitación tan enojada que mi cuerpo temblaba, entre a la primera habitación que encontré, me encerré con llave y comencé a golpear y tirar todo lo que encontraba a mi paso, estaba cansada y sola... Sola.
Esa palabra me entristecía el alma, ¿por que yo entre tantas personas tenía que vivir con tanta amargura desde niña? ¿Por qué Christopher me había tratado como una prostituta si lo único que quería hacer era salvar a esa gente? Solté un grito de frustración, unos brazos cálidos se envolvieron a mi alrededor, intente alejarme pero no gane nada.
- lo siento - la voz de Christopher me paralizo - yo no quería hacerte sentir mal, es lo que menos quiero. - beso mi cabeza - eres lo mas importante que tengo. Me enfurece pensar que otro hombre te ha tocado, porque soy un maldigo egoísta que te quiere solo para mi.- sus brazos se aflojaron - Ninfa... No me odies.
- yo solo quería salvarlas- murmure con angustia.
- lo sé... Pero yo soy un maldito idiota que se cegó por los celos. Perdóname ¿si?- suplico.
- aun simple perdón no arregla nada.
- entonces déjame arreglarlo - volteo mi cuerpo y beso mi frente.
Voltee a mirar la puerta que estaba segura le había trancado, pero ¡oh sorpresa! La había tumbado.
-¿que tienes con las pobres puertas? Ya es la segunda que derrumbas.
- ¿y tu que tienes con las habitaciones? Siempre te encierras- me sonrió con dulzura.

Como lo prometí aquí viene el maratón, solo espero les allá gustado, y sigan votando mis amores!!
El de la foto de me parece a Christopher ¿ustedes que piensan?

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