Capítulo 4 "Placer"

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Estaba completamente aburrido, eran las dos de la tarde y aún me faltaban dos reuniones por atender, estar a cargo de las empresas de mi padre no era algo sencillo de manejar, pero era algo que debía hacer, luego de la muerte de mi hermano Víctor que llevado por una decepción amorosa prefirió quitarse la vida, mis padres habían decidido irse a otro país, sé que necesitaban alejarse de todo y tener unos días de descanso, pero sobre todo necesitaban tener paz.

Había llamado a Kassandra para que recordara almorzar, he prometido conquistarla y mi plan ha empezado hoy temprano en la mañana, he creado una rutina para mi ángel, una rutina para que sepa lo mucho que me interesa ella, sé qué le prometí alejarme de ella si luego de esta semana pedía que me aleje, sin embargo, eso nunca pasara, no importa si ella no accede, porque de todas formas ya me pertenece.

—Señor Cédric, —Interrumpe Susan mi asistente entrando a mi oficina y sacándome del limbo en el que me hallo—.

—¿Qué pasa Susan?

—El señor George ha cancelado la cita de las tres.

—Está bien.

—¿Necesita algo señor?, —Pregunta la hermosa platinada con una sonrisa—.

—Tú sabes que sí Susan.

—¿Y qué es lo que el señor desea?, —Se acerca a mí moviendo esas caderas se tanto me gustan—.

—Deseo que te quites lo que haya bajo esta falda, —Introduzco mi mano hasta que puedo rozar su sexo—, quítatela y ponte boca abajo en el escritorio, —Ordeno y ella se apresura a obedecer—.

—¿Así señor?, —Me pregunta a la espera de mi siguiente paso—.

—Ni siquiera te he tocado, y ya te has humedecido, —Sonrió al ver el efecto que causó en ella—, eres una chica mala, la azoto con fuerza buscando dejar una marca en su culo—.

Sé que el azote la ha tomado por sorpresa porque sus labios han dejado escapar un grito de sorpresa e intenta moverse, pero no sé lo permito, mi mano se hunde en su cabello con fuerza y alzo un poco su rostro para que pueda ver como me pongo el preservativo.

—Has estado provocándome todo el día, —Vuelvo a azotarla—, odio que lo hagas, sobre todo si estoy en horas de trabajo.

—¿Lo odias? —Me cuestiona—, lo dudo.

—Silencio, —Advierto haciendo más fuerte mi agarre en su pelo—, no te he dado permiso de hablar Susan, no lo hagas o sabes lo que te pasará, ¿entendido?

El silencio invade el lugar y se mezcla con el morbo del momento, ella sabe como son mis castigos, los ha vivido en carne propia más de una vez, y aunque muchas veces los ha disfrutado, sabe que hay algo mal en mí que no puedo controlar y que a veces se sale de control, y no mide las consecuencias de sus actos.

Mis dedos recorren la humedad de su vulva hasta empaparse de ella y aprovecho su docilidad para embestirla en una sola penetración, su cuerpo se mueve junto con el escritorio por la fuerza de mi embestida haciendo que sus manos se aferren al mismo para sostenerse.

—¿Es esto lo que querías?, ¿no es así Susan?, —La cuestiono mientras me sigo moviendo en su interior sin darle tregua alguna, sus gritos empiezan a retumbar en la estancia haciendo eco en mis oídos, aunque mis pensamientos están ella, en esa mujer que días atrás pude someter, Kassandra —.

Pasé mi lengua por su cuello haciendo succiones para que quedara marcada por mí, podía sentir como estaba presa de la excitación y el dolor, y aunque su cuerpo se removía inquieto tratando de zafarse de mi agarre, su sexo correspondía a mis exigencias, salí de ella apenas la sentí correrse y la puse de rodillas frente a mí, subí mi mano a su rostro y apreté sus mejillas.

—Ábrela Susan, —Exigí haciendo que abriera la boca y que recibiera mi erección, sus labios mancharon con labial mi miembro y sus manos se aferraban a mi cintura tratando de mantener el equilibrio para soportar las embestidas que le estoy dando —.

Decidido a perderme en el lívido del momento, cierro mis ojos recordando a esa mujer que tanto me obsesiona, recordando sus labios, su piel, su exquisito cuerpo que vibró con cada beso y caricia que recibió de mí, había evitado a toda costa gemir, su boca se mostraba prisionera a dejarla disfrutar de la intensidad del momento, pero ya habría tiempo para combatir eso, lo que le había hecho aquella noche no era más que una simple demostración de todo lo que le haría, conmigo tenía un mundo lleno de placeres por descubrir.

♛☾ KASSANDRA ☽♛

Había sido un día muy raro hoy, de hecho lo es desde hace unos días, desde que aquel intruso invadió mi casa y mi intimidad, me había despertado en la mañana con una llamada de buenos días y un desayuno que había enviado a casa al igual que el almuerzo, la cena y un ramo de rosas, la situación era una completa locura, era..., era como tener una pareja que se preocupara y esté pendiente de mí, algo que Leo nunca hizo, de seguro estaba volviéndome loca por seguirle el juego a ese del que ni siquiera sabía el nombre y mucho menos había visto su rostro, pero no podía evitarlo, mi mente jugaba conmigo haciendo que pensara en él, todo resultaba demasiado INSANO.


Nota: chicas les dejo mi Instagram, me ayudaría mucho si pudieran seguirme: liz.valk666

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