★14★

183 34 4
                                    

— Oficial Lee.— llamó su jefe y el se levantó de su escritorio donde estaba llenando unos papeles de un caso que había resultó.

— Si, señor.— dijo con una sonrisa brillante y sus ojitos se abrieron en grande al ver a esas dos personas allí. Los ojos negros del bajito lo estudiaron con atención pero eso no fue lo que lo hizo sonrojar y casi perder el aliento.

— Debes necesito que te encargues de este caso.— dijo el oficial superior.

— No, él no puede.— sentenció el castaño mirándolo con desden. Él no había hecho nada para ganarse su odio pero allí estaba.— Es cercano a esa persona.

Leyó rápido el papel y asintió.

— Él tiene razón, señor, preferiría que pusiera a otro oficial.— pidió haciendo una reverencia, su jefe asintió y persiguió a llamar a otro oficial pero él no se movió.

No podía hacerlo.

No cuando el amor de su vida, quien nunca le correspondió y nunca lo haría, estaba allí. Tan cerca y tan inalcanzable como siempre.

Lee Minho.

El mayor le dedicó una mirada que era un claro "estás estorbando aquí" y con ello se dispuso a irse cuando notó allí a alguien más. Levanto su mano y esté también lo hizo sonriendole, se acercó apresurado. Había estado tan preocupado.

— Hola JeongInnie.— dijo al tenerlo en frente. El menor se puso en pie y ambos se abrazaron.— Estaba preocupado, no contestaste mis mensajes.

— Hyung, no había nada de que hablar.— suspiró Yang.

— Si lo había, Innie, me enteré hace unos días lo de Chris por eso te estuve tratando de contactar.— dijo y se alejo un poco. Observandolo bien, notando que estaba algo más rellenito.— Pero te ves bien.

— ¿E-enserio no sabías?— cuestionó el azabache y noto las lágrimas empezando a acumularse. Él negó.

— Lo juro, no sabía que estaba saliendo con Seungmin, nunca me lo esperé, ellos se odiaban.— Y era cierto. Si lo hubiera sabido estaba seguro que se lo hubiera dicho el mismo porque odiaba los engañas y con tantos años junto a Yang ya lo consideraba su hermano menor. Quizás hasta más que a Chan actualmente desde su última discusión.— Lo siento tanto.

— Está bien, Lixie.— lo tranquilizó el contrario volviendo a abrazarlo.— Ya estamos bien...

— ¿Nosotros? Siempre estuvimos bien, JeongIn-ha.

— Emm.— con algo de picardía el menor se alejo de él soltandolo y negando con la cabeza.— No hablo de ese nosotros.— río colocando su manito sobre su pancita.

— No me digas que... Oh ¡por las barbas de Santa Claus!— grito cuando el contrario asintió. Y cubrió la boca cuando uno de sus superiores lo hizo callar. JeongIn se rió de aquello.— ¡¿De cuanto?! ¿Por qué yo no sabía?

— Lo supe después del divorcio.— le contó.— Ya caso son cuatro meses.

— ¿Christopher sabe? Voy a matarlo si sabe y aún así él ¡ash!— renegó furioso.

— No, no lo sabe, no quería arruinar su felicidad cuando lo supe y... Bueno...— miro en dirección a Changbin que firmaba unos papeles, Felix siguió su mirada cuando noto el sonrojo en sus mejillas.— Y estoy conociendo a alguien.

— Dime que es Lee Minho, por favor.— pidió alarmado mirándolo. No le importaría que JeongIn fuera quien había logrado conquistar a Minho y hacerlo ser feliz sin vivir enamorado de Han, claro que no, pero si era Seo... Él sabía de la obsesión que tenía Chan con ese enano malhumorado pero amable, había pensado que se había calmado cuando se enteró que lo encontró nuevamente por su trabajo y solo días después salió con su idea de divorciarse. No quería ni pensar que podía pasar sí JeongIn...

— No.— río él cubriendo su boquita con su mano.— Es el que lo acompaña. Se llama Seo Changbin.

“Maldición” pensó.

— ¿Seo?

— Sí.— asintió.— Espera, Lix, seguro lo conoces, era compañero de Chan y según me dijo Chan lo molestaba. ¿Sabías de eso?

— Y-yo...

— Oh, claro que lo sabe.— escucho la voz de Minho detrás suyo que lo hizo saltar en su lugar  con sus bellos corporales erizados.— ¿No es así Lee Felix?

— Y-yo sí...— asintió sin querer darse la vuelta cuando aquella mano fuerte se colocó sobre su hombro y el contrario se acercó a su oído haciendolo estremecer más cuando su aliento choco contra su piel.

— Aún te debo una.— le susurro el castaño haciéndolo tragar con fuerza.— Por delatar a tu amiguito.

— Minho deja de molestarlo.— Reclamó Chang logrando que el mayor se alejara de él.— Fue bueno volver a verte, Felix, espero que estés haciendo bien tu trabajo.

— L-lo hago...— dijo sin asintiendo en su dirección pero sin sintiendose intimidado por la presencia del otro Lee allí.

— ¿Ya terminaste hyung?— cuestionó Yang tomando la mano del bajito. Felix noto que aquello fue algo muy natural para su amigo. Demasiado.

Y ni hablar de cómo Seo lo miraba, como si fuera la única persona allí presente.

— Sí.— contestó este sonriendole.

— Bien, entonces tenemos que volver a la empresa.

— No~— protestó Changbin haciendo una voz infantil que hizo que el pecoso se desconcertará.— No quiero trabajar más.

— Debes ir a firmar todos los papeles que me hiciste hacer ayer.— lo regaño Minho.

— ¿Ves? Tienes trabajo Changbin.— le recriminó JeongIn.— No puedes vivir faltando y haciéndome faltar porque seas el jefe.

— Si puedo, porque soy el jefe.— protestó pero Yang negó y él simplemente suspiró haciendo un mohín.— Está bien, vamos al aburrido trabajo.

— Nos vemos, hyung.— dijo Innie despidiéndose con su mano de él y arrastrando a Changbin consigo.

— Nos vemos, Innie.— le sonrió imitando el gesto. Por lo menos sabía que JeongIn estaba bien, que nada malo le había pasado y que sí Changbin había puesto aquella denuncia era porque buscaba protegerlo.

— No pensé que terminarías trabajando aquí.— escuchó decir a Minho y giro a verlo.— No con lo fácil de impresionar que eres.

— Si-siempre quise mmm...— se aclaró la garganta con timidez.— Siempre quise ser policía como mi padre.

— Sí, lo recuerdo.— asintió sacando su caja de cigarrillos y tomando uno, dio unos pasos en dirección a la puerta.— Pero espero que no te metas en problemas por ayudar a un psicópata, eres mejor que eso.

— No lo haré...— Murmuró viéndolo con atención pasar por su lado.

— Eso espero.— suspiro el mayor y giro a mirarlo a los ojos. Le sonrió robándole, por milecima vez en lo que iban de haberse visto ese día, el corazón.— Espero que nos veamos pronto. Cuídate.

— Nos vemos...— suspiró y cuando la puerta se cerró detrás de él, Lix de cubrió las mejillas con sus manitos.— Oh por dios, no puedes venir y alterarme así siempre.— se quejó y se dio dos golpecitos en su pecho con una de sus manitos mientras que con la otra se tiraba un poco de aire.— Maldito hombre perfecto.

— ¡Lee, ven aquí!— llamo su jefe sacándolo de su burbuja.

Se forzó a calmarse y seguir como si no hubiera acabado de ver al amor de su existencia allí, tan sensual como siempre y encima con traje. Debía ser ilegal.

No, es que no podía seguir enamorado de un inalcanzable.

Mejor se concentraba en otra cosa como en tratar de que su compañero se tomará enserio lo de cuidar de Seo y JeongIn de su supuesto mejor amigo, si es que podía seguir llamándole así a ese cretino.

Por Amor. ~ChangJeong~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora