★7★

230 45 16
                                    

No pensó que enserio aquello fuera a salir bien.

Claro que la risas, las cuales no cesaban, eran la evidencia de su error.

Todo lo que Seo le había contado había terminado siendo cierto, en todos los juego estaban sus iniciales en primer lugar.

Estaba acostumbrado a verlo serio o sonriendo levemente pero su risa quizás era la melodía que todo el mundo debería escuchar cuando estaban tristes, ya que era tan contagiosa y linda que te alegraba el día.

— ¡No! ¡Vas a ganarme!— grito Changbin mirándolo sorprendido y JeongIn río presionando con más esmero los botones.— ¡Aaah! ¡No!

— ¡Si!— grito él cuando la línea de vida del personaje de Changbin quedó sin color alguno con un 0% encima.— ¡We are the champions! ¡My friend!— canto a todo volúmen y cuando giro a mirarlo el mayor tenía un pucherito y lo miraba con ojos de borreguito a punto de morir.— No me mires así, la pelea fue justa.

— Lo sé pero...— se acercó y lo abrazo riendo aún.

— Este será nuestro secreto, hyung.— le aseguró.

— Eso no reparará mi corazón roto.— suspiro correspondiendo el abrazo.

— Mmm ¿Y si vamos a comer ya?— preguntó alejándose un poco y Seo asintió mirándolo fijamente a los ojos. Fue en ese momento que se dio cuenta de cuan cerca estaba y se lo rápido que latía su corazón. 

— Sí, vayamos a cenar.— Murmuró suavemente el contrario acercándose un poco a él, haciéndolo cerrar los ojos. Expectante.
Quiso maldecir en voz alta cuando Seo simplemente le quitó una pestaña suelta que tenía a punto de entrar en su ojo.— Listo.— susurro luego separándose de él.

— Gra-gracias.— susurro sintiendo el calor en su cara, orejas y cuello. Que vergüenza. El había pensado que... Que algo más podía suceder.

Pero claro que no, Seo era un caballero.

Un estúpido y maldito caballero que no entendió que hubo una chispa allí y encima tenía el descaro de tomarle la mano.

Quizás sus hormonas estaban locas y lo hacían alucinar cosas donde no sucedía nada. Sí, seguramente era eso. Estaba alucinando que aquella mano era tan cálida y suave que no quería soltarla, que el dedo pulgar de Seo no estaba acariciando suavemente su mano disimuladamente.

Se dejó llevar y devolvió la caricia con algo de duda. ¿Estaba bien eso? Quizás no porque de pronto el mayor dejo de caminar mirándolo sorprendido.

— Y-yo...— Lo siento iba a decir pero sin más esté lo beso.

Fue dulce, suave. Un roce demasiado tímido como sí tuviera miedo de lo que fuera a suceder en ese momento. ¿Tenía miedo de ser rechazado?

Al parecer así era porque cuando Innie devolvió el beso con la misma timidez esté lo abrazo por la cintura con uno de sus abrazos mientras su otra mano sostenía aún la suya acariciandola levemente.

Ambos sintieron cosquillas en sus estómagos y quizás compradieron lo de sentir fuegos artificiales cuando besabas a la persona indicada. Claro que ninguno era consciente de lo que él otro sentía.

Cuando se separaron sus frentes estaban juntas y ambos estabas completamente sonrojados pero aún así JeongIn le sonrió primero con timidez antes de alejarse un poco. Era un desastre de nervios.

Nunca había besado a alguien que no fuera Bang Chan. Era muy distinto, demasiado. Y le había gustado, demasiado también. 

Por otro lado Changbin sentía su corazón en sus oídos, nunca había sentido algo así en su vida. Como si perteneciera allí.
Al ver lo tímido que lucía Yang, no pudo evitar sentirse del mismo modo.

— Yo...— susurro JeongIn mirándolo mientras se acercaba de nuevo a él acelerando más su corazón de ser posible.

Quizás lo hubiera vuelto a besar si no hubiera reconsido dos risas que conocía demasiado bien allí. Miro tras Seo encontrándose con su ex esposo abrazado y besando al que había pensado era su mejor amigo en la entrada del lugar.

Fue entonces que todo encajó y vio desmoronarse lo último que quedaba de los resto del sueño que había tenido toda su vida hasta que Chan le dijo que ya no lo amaba y quería dejarlo. Sin más.

— ¿JeongIn?— preguntó Seo sosteniéndolo al verlo completamente pálido.— ¿Estás bien?

— Y-yo...— Changbin siguió su mirada y frunció el ceño al ver lo mismo que él.

In pensó que se alejaría, enojado por aquella situación, que le dejaría solo allí derrumbarse pero muy al contrario de eso, lo sostuvo con fuerza por los hombros, pasando su brazo por allí, acurrucandolo en su costado.

— Perdona esto.— le susurro de antemano y casi lo arrastró para aquel lugar por el que debían pasar para ir a su siguiente destino. Llegando allí cerca Seo río fuerte, llamando la atención de varias personas, y tomándolo del mentón lo beso nuevamente. Haciéndolo olvidar por unos segundos dónde estaban y que estaba sucediendo.

Esta vez el beso fue más profundo como sí con ello le dejara en claro a Chan que él tampoco estaba sólo. Que se podía ir bien a la mierda con Kim Seungmin y nunca más regresar.

— Vamos a cenar, amor.— dijo con un tono muy alegre y casi infantil. Lindo a decir verdad. Y él asintió sintiéndose muy chiquito, muy estúpido y usado, no por el hombre que lo acompañaba sino por el que había sido su todo alguna vez.
Una vez estuvieron más alejados de aquel lugar Changbin lo dejo e hizo una reverencia.— Lo siento mucho, debi haberte preguntado.— Se levantó cerrando su mano libre en puño.— Entiendo si quieres que esto termine ahora, puedo llevarte a tu casa y...

— No.— interrumpió colocando su mano sobre la que aún sostenía su cintura.— No quiero pensar en eso ahora, estaba todo muy bien hasta que... Sucedió eso.— dijo volviendo a ponerse algo tímido.— ¿Podemos seguir con nuestra cita?

Seo le sonrió lentamente como si siguiera recalculando sus palabras pero asintió.

— Como tu desees.— Murmuró. Al parecer iba a soltar su abrazo pero Innie se acurruco mejor entre su brazo y su costado, aferrandose a su cadera. Él no protestó como si aquello no le disgustara y se pusieron en marca bajo un silenció algo tenso.— Entonces...— suspiro haciéndolo mirarlo.— ¿Esto ya no es una cita de amigos?

JeongIn se sintió apenado. Los amigos no se besaban de aquella forma tan... Chispeante...

— Cre-creo que ya no.— río levemente. Al parecer el mayor también estaba indeciso como él.

— ¿Te molesta sí...— preguntó antes de que entrarán al local de comida rápida. Sus ojos estaba fijos en sus labios.— Vuelvo a...

Innie rió levemente negando ante la pregunta inconclusa, acercarse a él para besarlo en la mejilla.

— Primero cenemos.— pidió colocando su mano sobre su vientre la cual no paso nada desapercibida obteniendo la completa atención del contrario.— Se le antoja mucho una pizza ahora.— dijo estudiándolo con la mirada.

— ¿Al bebé o a ti?— preguntó sonrojandose un poco más quizás por el hecho de recordar que no estaban para nada solos.

— A ambos.— respondió y este río abriendole la puerta del local para que entrara.

Por Amor. ~ChangJeong~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora