-           Tranquilo, esta noche, de los monstruos me encargo yo. Así que ponte el pijama, lávate los dientes, y a dormir.-

-           Sí, mama.-

Media hora más tarde, Chris estaba de costado, contemplando el perfil de Elsa, recortado por la luz de la luna. Había deseado tenerla en su cama desde... ya no lo recordaba. Y ahora que lo había conseguido, su cuerpo estaba petrificado. No podía, lo deseaba, pero no podía. Dejó escapar un suspiro, y se volteó de espaldas, dejando que su mirada se perdiera en el techo.

-           ¿No puedes dormir?.-

-           Lo haré, dentro de un rato.-

Sintió el cuerpo de Elsa pegarse a su costado, y el cálido brazo extenderse sobre su tenso estómago.

-           No te preocupes, yo cuidaré de ti.-

Chris la deslizó dentro de su propio brazo y la apretó un poco más, al tiempo que la encajaba mejor bajo su hombro.

-           Catwoman al rescate.-

-           Cuando saco las garras, soy mortal.-

-           Vale, pero no la descuartices sobre la alfombra, la sangre cuesta quitarla.-

Rieron suavemente, y el sueño los atrapó a ambos abrazados.

Cuando Chris despertó por la mañana, sintió el cuerpo caliente de Elsa pegado al suyo. Una sonrisa se dibujó en su cara. No, no habían tenido sexo, pero había sido la mejor noche de su vida. Nunca pensó que acostarse a su lado, y amanecer junto a ella, dejarían aquella sensación de sobrecogedora calma dentro de su pecho. Hasta aquel momento, no había entendido realmente el significado de la frase "estar bien". Si tendría que definirlo de alguna manera, sería como decir que no necesitaba nada más, se sentía completo. Era un puzle en el que se había colocado la última pieza.

-           Buenos días.-

-           Buenos días.-

-           ¿Dormiste bien?.-

-           Como un bebé.-

-           Será mejor que nos levantemos, creo que es tarde.-

-           ¿Vienes a darte una ducha?.-

-           Mejor prepararé el café. Si me meto en la ducha contigo...-

Chris salió de la cama de un salto, o eso o empezaba a comérsela en la cama, con pijama y todo.

-           Promesas, promesas.-

Elsa oyó el agua correr, y se encaminó a la cocina. Como esperaba, con el ruido del agua, Olivia apareció camino de la habitación. Elsa la detuvo con su voz a medio camino.

-           Yo que tu no daría un paso más en esa dirección.-

-           ¿Es una amenaza o algo así?.-

Elsa posó las tazas en la isleta de la cocina mientras sonreía con malicia.

-           ¿Necesito hacerlo?.-

-           No puedes competir conmigo. Eres vieja para él, y no tienes lo que busca.-

-           Discúlpame si pensaba que era Chris el que decidía eso.-

-           Yo solo lo estoy ayudando a elegir lo que mejor le conviene.-

-           Que eres tú, evidentemente, porque eres...-

Una nueva cazadoraWhere stories live. Discover now