Capítulo 24

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Elsa tachaba al último cliente de la agenda. Aún estaba un poco descentrada, las cosas habían pasado con demasiada rapidez. Adam le explicó la situación, y ella no pudo rebatir su decisión. Había llegado el momento de que su fingida relación terminara.  En 4 meses habría un bebé que no querían ocultar, y ella no sería su madre, así que tenía que desaparecer de la ecuación. Una figura metida en unos jeans desgastados se paró frente a ella, y alzó la vista. No tenía más clientes pendientes, y al verle, sintió que se le formaba un nudo en el estómago, era Chris.

-           ¿Estás bien?.- ella asintió.- Lo siento.-

-           No es culpa tuya.-

-           Si lo hubiese sabido antes... quizás podría haberte avisado.-

-           Eso no habría cambiado las cosas, sólo las hubiese precipitado.-

-           Es cierto.-

-           ¿Por qué has venido?.-

-           No quería que estuvieses sola. A veces, tener alguien dispuesto a escuchar, ayuda. Aunque no tengas nada que decir.-

Elsa asintió, dejando que sus ojos volvieran a la agenda. Adam tenía razón, le gustaba a Chris, más de lo que ella pensaba. Podía sentir la química entre ellos, si, quizás funcionara. La cazadora tenía una presa. Una vez estuviese atrapado, podía decidir si quedárselo o dejarlo libre. En aquel momento, sería una tonta si no aprovechase la situación. Porque aquella pieza, lo merecía. ¡Vaya si lo merecía!.

-           ¿Quieres un café?.-

Chris la siguió hasta el pequeño office, donde había una pequeña mesa y algunas sillas. Junto a la pared: una cafetera, un microondas y una nevera. Ella llenó una taza, le preguntó con qué la quería, y después se la tendió. Se sentaron uno frente al otro, y permanecieron en silencio un rato.

-           ¿Qué vas a hacer ahora?.-

-           Supongo que encontraré un apartamento y me llevaré mis cosas. Ya he mirado algunos por internet.-

-           En mi edificio alquilan un par de ellos, ¿si quieres puedo preguntar?.-

-           No quiero ser maleducada, pero no, gracias. Vuestro concepto de "básico" no es el mismo que el mío. No necesito algo tan grande para mi sola.-

-           Puede que tengas razón.-

-           De verdad, sólo necesito una cama, y un armario grande donde meter mis cosas. Al fin y al cabo, soy una chica.-

-           No pides mucho.-

-           Porque no lo necesito.-

Elsa miró su reloj y soltó el aire.

-           Tengo que irme. He concertado una cita para ver un apartamento.-

-           Te acompañaré.-

-           Sabes, en ocasiones como esta es cuando echo en falta no haber hecho amigos aquí.-

-           Puedo ser tu amigo, si quieres.-

-           En este momento, me sirves.-

Le miró directamente a los ojos y le dedicó una sonrisa triste.

-           Gracias.-

Siguiendo las indicaciones a través de la tableta de Elsa, llegaron a una zona residencial, aunque no tenía un aspecto demasiado "elegante".

-           ¿Estás segura de que es aquí?.-

-           Eso pone.-

Ella le tendió la pantalla iluminada, y él se desabrochó el cinturón de seguridad.

-           De acuerdo, vamos entonces.-

Mientras subían por las escaleras hacia el portal, encontraron a un hombre que los esperaba junto a la puerta. Elsa saludó y el hombre se presentó como el casero. Caminaron los tres por los pasillos, subieron en el ascensor, y nada más cerrarse las puertas, oyeron los gritos desde detrás de la puerta de uno de los apartamentos. También se escuchaba una música estridente dos puertas más allá. Chris observaba los ojos excesivamente abiertos de Elsa, y cuando un portazo los sobresaltó a los dos. Él la cogió de la mano y tiró de ella de  nuevo hacia el ascensor.

-           Creo que no se ajusta a lo que buscábamos. Siento haberle hecho perder el tiempo.-

El hombre se encogió de hombros al tiempo que las puertas se cerraban.

-           ¡Ni de coña te vas a quedar aquí!.-

-           En internet no tenía tan mala pinta.-

Elsa comenzó a reír y Chris la siguió, aliviando su enfado.

-           Tienes razón, será mejor que me lleves al trabajo.-

-           ¿Te vas a quedar allí esta noche?.-

-           ¿Dónde crees que dormí la noche pasada?.-

-           Pero...-

-           Tiene ducha, cocina, y un sofá para dormir. Mi armario es una pequeña taquilla, pero al menos no tengo vecinos molestos.-

Elsa esbozó una leve sonrisa, sabiendo que Chris pensaría en el alboroto que encontraron antes en el pasillo.

-           Esta noche te quedas conmigo. Tengo un cuarto de invitados.-

-           No, no puedo.-

-           Pues en un hotel. ¿Porqué no te has ido a un hotel?, no eres una indigente, puedes permitírtelo.-

-           Porque en cuanto me levante por la mañana, tendré una nube de periodistas pegados a mi culo. Es registrarte, y a la media hora están llamando a la puerta. Lo sé, pasó en Londres y aquí no va a ser diferente.-

-           Puedes contratar seguridad.-

-           Ya, contrato guardaespaldas para ir a todas partes. Adam tendría que hacer lo mismo. Lo acosarán igual que a mí, y no podrá centrarse en su trabajo. Ni yo no podré centrarme en el mío. ¿Cuánto tiempo crees que durará esto?.

-           La prensa se cansará pronto. Cuando encuentre otro escándalo.-

-           Prefiero no darles nada. Que busquen otra noticia.-

-           Entonces no hay más que hablar, te vienes a mi casa.-

-           No...-

-           No voy a negociar.-

Elsa se resignó y sonrió sin ganas.

-           De acuerdo. Pero encontraré un apartamento mañana y me iré.-

-           Voy a ir contigo a ver esos apartamentos, si no los apruebo te quedarás en casa. Y no hay nada más que hablar al respecto.-

-           Si, papá.-

-           ¡No soy tu padre!.-

-           Lo sé. Mi padre es mayor que yo.-

-           Muy graciosa.-

-           ¿A que sí?.-

-           Serás mayor que yo, pero yo soy más grande que tú.-

Elsa sonreía mientras caminaba al lado de Chris. La diferencia de edad no le importaba, y a Chris estaba claro que tampoco.

Una nueva cazadoraWhere stories live. Discover now