꧁𝐌𝐀𝐓𝐄 𝐋𝐀𝐓𝐈𝐍𝐀꧂ 𖦹ʙᴏʀʀᴀᴅᴏʀ𖦹

☾︎ CAPITULO 3 ☽︎

...Borrador...

°Mayte°

Despierto sintiendo los rayos del sol, que se filtran por las cortinas de la habitación, en el rostro.

—¡No, la luz, me quema!–me quejo mientras me intento tapar con las sabanas, que parecen estar enredadas con mis pies.

Hasta que dejo de sentir la luz en mis ojos los abro con cuidado, viendo a mi hermano parado a un lado mío con los brazos cruzado y con una sonrisa burlona. Al parecer el cerro la cortina. Aun esta con su pantalón de piyama que le llega a las caderas y arriba lleva una tira hueso, dejando al descubierto sus brazos tonificados. No me sorprende lo mucho que las chicas se le quedan viendo, el condenado es atractivo no lo voy a negar. Pero viene de familia, que les voy a decir. Yo también tengo lo mío. Ambos somos muy parecidos, de tez morena y cabello chino, misma nariz y con labios rellenos. La única diferencia son el color de nuestros ojos el los tiene verde oliva y yo grises. También nos gusta hacer ejercicio juntos, es una manera de nosotros para descargar estrés. eso explica el porque de nuestro buen físico. Cualquiera que nos vea se daría cuenta que somos hermanos.

—¿Qué? –digo con voz ronca por recién haber despertado. No tengo idea de que hora es.

—Son las 6 de la mañana– me dice obvio, como esperando que con decir eso se resolvería el calentamiento global. Luego cambia su expresión a una sonrisa burlona– Y... ¿Estabas soñando con el chico de ayer?

—¡¿Qué?! –lo veo horrorizada por lo dicho. ¿Como se le ocurre?–¡Claro que no! ¿Por qué piensas eso?

Puede que, por alguna extraña razón que desconozco, haya la mínima probabilidad de que quizá sí haya estado soñando con Kyle. Pero eso es algo que obviamente diré nunca de los nunca. Y mucho menos a mi hermano. Conociéndolo, no me dejaría en paz con el tema.

Aunque, cuando se fue anoche estuve pensando en que no le di mi número. si bien nos pusimos de acuerdo que nos recogería, no hubiera estado de mas darnos el número. Ahora que lo vuelvo a pensar. Es un completo extraño, y saldremos con él. Si seré pendeja. Pero por muy raro que suene, confío en él. Y no entiendo el por qué.

—¿Estás segura? –me dice sacándome de mis pensamientos. Levanta una ceja en mi dirección– porque hace un momento parecía que murmurabas su nombre en sueños.

—¿Qué? Puff, por supuesto que no. Seguro escuchaste mal– suelto una risa nerviosa mientras me levanto, negando lo obvio. Dios, que tonta.

—Vale, haré como que te creo- veo como se dirige a la puerta– ahora date una ducha, iré haciendo el desayunó.

—Claro, papá. –le digo en burla.

A veces olvidó por completo que yo soy la mayor aquí. Sin duda mi hermano es el más responsable de los dos. Y a veces puede llegar a ser muy aburrido, pero tiene sus momentos de diversión. Igual, así lo quiero. Es lo único que me queda.
Me dirijo al armario despejando me de mis pensamientos. Saco mi uniforme, porque si, tengo clases en una hora y media. Aún queda un mes para que terminen las clases, o sea el el quinto semestre, y luego vienen las vacaciones de invierno. Aunque, esta vez no será lo mismo, pues será la primera navidad sin mis abuelos. Eso sin quitar el echo de que casi se cumple un año sin ellos.

Entro al baño de mi habitación desnudándome, me veo en el espejo de cuerpo completo. Anoche no me quería ver por que sabía no me gustaría. Puedo notar algunos rasguños en mi cuello y brazos, y tengo un moretón en mi mejilla izquierda. Lo bueno es que parece que ya se están quitando. Aunque es raro.

Me meto a la ducha y dejo que el agua me relaje.
Lo de anoche, ya es la tercera vez que me pasa en este mes. ¿Qué tan mala suerte puedo tener? Las anteriores veces pude escapar sin un rasguño, más bien los rasguñados fueron los otros. Pero está vez, el hombre era más fuerte.
Me sentí vulnerable.
Y lo que me dijo... ¿Algo que soy como ellas? ¿A qué se refería?
Mejor dejo de pensar en eso.