Horacio es un chico de 16 años que sufre de anorexia y de otros problemas de salud mental.
Él siempre dice que lo tiene controlado, pero eso no es verdad.
Un día conoció a un chico el cual lo defendió de uno de los abusones de su escuela.
Desde ese...
(música opcional, no hace falta q la pongáis es para escuchar de fondo)
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*Perspectiva Horacio*
Al día siguiente me levanté y me preparé para ir a clase, pero me extrañó no ver a mi padre en el salón durmiendo en el sofá, normalmente estaba dormido o consumiendo más alcohol.
Al final no le di mucha importancia, tal vez por fin decidió hacer algo productivo con su vida.
Hay mente, como te equivocas...
Ese día tampoco desayuné, ya se había convertido en una rutina para mí, no soportaba tener ese pensamiento de que iba a subir unos quilos.
Una cosa tan sencilla, que luego lamentaría...
Cuando por fin salí de mi casa, fui como siempre a la parada del bus, a esperar a que llegara para poder ir a clase.
Cuando entre, me senté en el final de todo del bus.
"Con un poco de suerte ningún idiota se sentara conmigo" - me dije a mi mismo.
Como siempre, me puse mis auriculares y espere hasta que llegáramos al instituto escuchando música.
La primera canción que se reprodujo fue "Higth Enough de K.Flay" . Debo admitir que desde mi punto de vista es una buena canción.
(Aquí si queréis podéis poner la canción)
Estaba tan centrado en mis pensamientos, que no note que alguien estaba a mi lado, no fue hasta que ese alguien me tocó el hombro. Yo me giré esperando que no sea ningún gilipollas. Cuando mis ojos pudieron apreciar a la persona que estaba delante de mí note como se me aceleraba el corazón, ni yo mismo entendí porque reaccioné así.
- Puedo sentarme contigo? - Pregunto ese ruso de tez pálida.
Yo simplemente asentí con la cabeza y volví a lo mío. Él simplemente se sentó a mi lado con una ligera sonrisa.
No intercambiamos palabras durante el trayecto hacia el instituto, solo había un silencio de lo más cómodo, acompañado de algunas miradas tímidas que siempre acababan mirando en otra dirección.
Cuando llegamos nos despedimos y nos fuimos a nuestras respectivas clases, que resultaba que las siguientes clases nos tocaba untos juntos.
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