En el reino de Xian Le
gobernaba un joven Omega,
dotado de belleza y valentía
a sus habitantes protegía.
Un día el rey demonio apareció
"Si a su reino quiere salvar...
en la noche de luna roja
a uno de mis hijos
pertenecerá"
Advertencia + 18, actu...
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PoV Normal
¿Quién dijo que manejar un reino sería fácil? ¿Quién dijo que todo en esta vida se puede lograr con esfuerzo y dedicación? Eso era una estupidez y una gran mentira o ilusión... Tal vez quien lo dijo no había tenido la mala fortuna de ser un Omega... y aún más defectuoso... y para colocar la última gota que derramó el vaso, ser cortejado por demonios...
¿Por qué los dioses celestiales eran tan crueles?... ¿Cuál era el afán de querer ponerles pruebas a los simples mortales?... No podían simplemente dejar que todo corriera sin problemas, porque no solo dividieron a todos en mujeres y hombres.
¡No!, Ellos querían que el mundo ardiera, si no eran suficientes las mentes cerradas que había sobre que las mujeres debían solo centrarse en cuidar la casa, criar a los hijos, ser obedientes y bajar la cabeza también debía agregar que solo se aplicaba a las que eran casta beta y los omegas que, aun siendo también hombres, eran considerados el desecho, el error, un simple fallo. ¿Qué pecado se había cometido para que estás reglas tan represivas existieran?, ¿acaso no todos eran humanos?, ¿acaso no todos habían desarrollado la capacidad de pensar y ser mejores que otras especies animales? Ser sumiso, pocas habilidades físicas, pocas habilidades de liderazgo y lo peor, el terror de escuchar la "voz" de los alfas y ser dominados por el aroma de estos.
¡Una verdadera estupidez!
Un nuevo suspiro salió de Xie Lian, ahora comprendía más a su padre, quien había sido un alfa de carácter fuerte y confiable, de un bello cabello negro, dominante pero amable y bondadoso con toda su gente, siempre que lo veía pensaba que podía lograr todo, pero en los últimos años que lo acompañó aquel hermoso cabello negro era acompañado de tonos blancos y grises, sus ojos se veían cansados con ojeras pronunciadas, la piel de jade que siempre estaba de un ligero tono rosado paso a ser pálida y con algunas arrugas, aun así, la gente y el mismo Xie Lian lo admiraban, añoraba llegar a ser como su padre, un buen líder. Y su madre una bella omega de piel porcelana, cabello chocolate largo y sedoso, ojos tan brillantes como perlas, que era capaz de ver a través de sus ojos las travesuras que realizaba. Su matrimonio había sido un arreglo de sus abuelos, esperaban que ambos tuvieran un alfa fuerte digno de ser el rey, sin embargo, la decepción que habían tenido al ser un Omega fue lo que dividió a sus padres de sus abuelos al ya no poder tener más hijos y aún más las nuevas decisiones que tomaba en cuanto el estatus de las castas, ellos no querían lo mismo para su pequeño omega, el no poder estar con quién amaba, el dolor de perder una vida decidida por sí mismo. Ahora estaba entre la espada y la pared por tener que casarse con quién no amaba y aún más no poder saber si es que esa persona existía. En ocasiones temía que, si encontraba a esa persona, está jamás lo aceptaría por su condición y que los ancianos del consejo lo metieran en un matrimonio arreglado, tener que bajar la cabeza ante quien sería su dueño, su esposo, la persona que probablemente sería controlada por los consejeros y así arruinar todo por cuánto luchó su padre.
